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Concordia » Saltograndeextra
Fecha: 03/08/2025 19:02
La presidenta de la Federación del Citrus de Entre Ríos, Melania Zorzi, advirtió sobre el grave impacto que las bajas temperaturas de julio provocaron en la fruta, la cosecha y el empleo rural. El sector aguarda la declaración de la emergencia provincial para acceder a asistencia. Las heladas registradas durante el mes de julio provocaron serios daños en la producción citrícola del litoral entrerriano, afectando tanto la calidad de la fruta como el rendimiento de las plantas y la continuidad del empleo rural. Así lo expresó Melania Zorzi, presidenta de la Federación del Citrus de Entre Ríos, tras recorrer junto a autoridades provinciales las zonas afectadas. En diálogo con Diario Río Uruguay, Zorzi confirmó que ya se solicitó formalmente la declaración de emergencia. “Recibimos la visita de funcionarios provinciales para verificar la magnitud de los daños”, explicó. “Estuvimos en San Pedro, una zona que ya había sido golpeada por el granizo, y ahora las heladas agravaron la situación. Muchas plantas son irrecuperables”, alertó. La recorrida también incluyó Villa del Rosario, Santa Ana, Federación y Concordia. Allí, las pérdidas fueron especialmente severas en mandarinas. “Hay fruta caída y otra que sigue en planta, pero ambas presentan deterioro. El aspecto es malo, y el sabor también. Se siente como quemado, helado e incluso alcoholizado”, describió. Zorzi detalló que el frío extremo acelera la maduración de los cítricos, afectando su dulzor y comercialización. Un especialista consultado explicó que, al congelarse el interior de la fruta, se rompen las vesículas que contienen el jugo, liberando enzimas que alteran su sabor al oxidar los azúcares. Pese a que el pedido de emergencia se hizo pocos días después de las heladas, se esperó a que los funcionarios pudieran ver el daño directamente. Ahora resta que el comité de emergencia se reúna para autorizar el decreto. “La emergencia provincial es clave para poder gestionar la emergencia nacional, que permite prórrogas en impuestos como el IVA, ganancias y contribuciones patronales”, explicó Zorzi. El impacto también se siente en el empleo. “Hay menos trabajo disponible. Ahora son las cuadrillas las que se ofrecen, pero hay poca cosecha y la fruta caída es difícil de recuperar. Aunque va a la industria, ésta no puede absorberla toda”, advirtió. Por último, Zorzi se refirió al rol del INTA en este contexto, señalando que el organismo atraviesa un momento de fuerte incertidumbre institucional. “Valoramos su trabajo histórico y estamos por firmar un convenio para sostener el sistema de certificación de plantas cítricas, pero el Estado ya avisó que no puede continuar cubriendo ese servicio. El INTA hoy tampoco sabe cuál será su futuro”, lamentó. La producción citrícola del litoral entrerriano enfrenta así uno de sus momentos más críticos, con un clima adverso, daño económico y un horizonte cargado de interrogantes.
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