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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/08/2025 02:31
"La mejora del valor del dólar percibido por el agro se suma a la que el sector ya había obtenido con la unificación cambiaria a fines de abril" Julio fue un mes atípico, por diversas circunstancias, entre las que se destacaron: Con ese escenario, Infobae entrevistó a Sebastián Cao, analista económico de Econométrica, uno de los jóvenes analistas de la coyuntura consultados por las empresas para conocer su visión del presente y las expectativas para el corto plazo. — ¿Con la baja de retenciones, cuánto mejora el valor del dólar para el campo? — Sin duda se trata de un alivio fiscal significativo que impacta en la rentabilidad sectorial pero la mejora en el tipo de cambio depende del tipo de producción. En el caso de la soja, una reducción definitiva de los derechos de exportación de 7 puntos porcentuales -del 33% al 26%-, equivale a una mejora del tipo de cambio del 10,5%. En cultivos que ya estaban menos gravados, como el trigo o el girasol, y que fueron beneficiados con una baja de retenciones de 2,5% y 1,5% respectivamente, la mejora en el valor del dólar ronda el 2,8% y el 1,6% según el caso. Esta mejora del valor del dólar percibido se suma a la que el sector ya había obtenido con la unificación cambiaria a fines de abril. — ¿Considera que se trata de una devaluación encubierta? — Si bien hay una mejora del tipo de cambio exportador neto no puede interpretarse como una devaluación ni por su alcance limitado ni por sus efectos económicos acotados, y en buena medida ya incorporados en los precios durante la reducción transitoria de retenciones producida en el primer semestre de 2025, se trata de una corrección parcial de la cuña fiscal sectorial, que debe además analizarse en un contexto de caída de precios internacionales y apreciación real del peso sobre una porción significativa de sus costos, que deterioraron gravemente los márgenes del sector haciendo peligrar la actividad agropecuaria por el excesivo peso del estado. “La baja permanente de las retenciones significa una corrección parcial de la cuña fiscal sectorial, que debe además analizarse en un contexto de caída de precios internacionales y apreciación real del peso” — ¿Cabe esperar que se disipen las críticas de muchos economistas sobre el supuesto atraso cambiario? — Las críticas debieran haberse disipado a partir del 10 de julio, cuando dejaron de existir las Letras Fiscales de Liquidez (LEFI), y cualquier tasa de política monetaria como referencia. Con ese cambio se eliminó cualquier posibilidad de fijar una tasa excesivamente alta en términos reales que favorezca el “carry” y contribuya a atrasar el tipo de cambio. En definitiva, hoy tanto el tipo de cambio como la tasa de interés se determinan en el mercado, por lo que no existen fundamentos para afirmar que el tipo de cambio no refleja su valor en equilibrio. — La baja de las retenciones a la carne y al maíz, ¿tendrá un efecto negativo sobre los precios internos para el consumidor? — En el corto plazo es esperable un ajuste de precios relativos, porque los productores reciben un mayor ingreso por sus exportaciones y los precios internos se acoplan a los internacionales, pero en el mediano plazo los incentivos a producir más generan una mayor oferta moderando los precios relativos. De cualquier modo este efecto ya fue internalizado en los precios con la reducción temporal de las retenciones a principios de año, y que se reflejó en gran parte en el salto discreto del IPC entre marzo y abril. "Hoy tanto el tipo de cambio como la tasa de interés se determinan en el mercado, por lo que no existen fundamentos para afirmar que el tipo de cambio no refleja su valor en equilibrio" — ¿La baja de retenciones tiene costo fiscal o se compensará con mayores ingresos? — En el corto plazo hay un costo fiscal, pero acotado, y que se concentró junto con la liquidación de la cosecha gruesa hasta el mes de junio, del orden del 0,15%-0,2% del PBI -de lo que se recuperará aproximadamente un 0,5% del PBI por el Impuesto a las Ganancias-, y con efectos fiscales prácticamente nulos para el segundo semestre. “A mediano y largo plazo, la mejora en la rentabilidad del agro y la previsibilidad tributaria, alentarán la inversión y mayor producción” A mediano y largo plazo, la mejora en la rentabilidad del agro y la previsibilidad tributaria, alentarán la inversión y mayor producción, lo que resultará en aumento de los ingresos fiscales, ya no solo para el Estado nacional, sino también para las provincias. Desde 2015, las retenciones a la soja bajaron en términos netos del 35% al 33%, mientras que las del maíz lo hicieron del 20% al 12%. En ese mismo período, la superficie sembrada con soja se redujo en 4 millones de hectáreas, mientras que la de maíz se incrementó en 4,2 millones, en un claro efecto sustitución motivado por el aumento del diferencial de retenciones. — ¿Cree posible que aumente la producción agropecuaria tras estas medidas? — La Bolsa de Comercio de Rosario estima que, como resultado de la reducción parcial de retenciones y la unificación cambiaria, la producción agropecuaria podría aumentar un aumento del 8% en los próximos 10 años. "La Bolsa de Comercio de Rosario estima que, como resultado de la reducción parcial de retenciones y la unificación cambiaria, la producción agropecuaria podría aumentar un aumento del 8% en los próximos 10 años" — El balance cambiario de junio del BCRA arrojó un superávit de cuenta corriente de más de USD 2.000 millones. ¿Lo considera un fenómeno transitorio? — En efecto, se trata de un fenómeno transitorio. El balance cambiario refleja el flujo efectivo que pasa por el mercado oficial de cambios, y ese superávit respondió a la liquidación anticipada de exportaciones frente al vencimiento de la reducción temporal de los derechos de exportación que operó el 30 de junio. — ¿Esperaba los elogios del FMI a la gestión de Economía, pese a no haberse cumplido la meta de acumulación de reservas? — Sí, porque el FMI también evalúa la consistencia macroeconómica, el orden fiscal, la baja sostenida de la inflación, y sobre todo la voluntad demostrada de reformas, más allá de la acumulación de reservas. En este sentido, el Fondo destacó la robustez del programa, la solidez del ancla fiscal y monetaria, así como la transición ordenada hacia un régimen cambiario flotante donde se eliminaron la mayoría de los controles cambiarios. — ¿Podrá Economía acumular reservas en el tercer trimestre, tras las liquidaciones anticipadas de divisas del agro en los meses previos? — Sin dudas será un desafío. No obstante, solo en julio se acumularon alrededor de USD 1.500 millones por parte del Tesoro, con recursos fiscales, sin intervención cambiaria del BCRA y la consecuente emisión de pesos que no se pueden esterilizar. “Más que una incapacidad del gobierno para acumular reservas, el problema en la falta de acceso a financiamiento, gracias a nuestra historial de incumplimientos” Siguiendo la metodología del FMI, y partiendo de un piso negativo de USD 11.000 millones en noviembre de 2023, las Reservas internacionales Netas fueron prácticamente nulas en junio, mientras que la estimación para julio volvió a negativo en unos USD 5.000 millones tras los pagos de servicios de deuda a principios del mes. "Prácticamente nulas en junio, mientras que la estimación para julio volvió a negativo en unos USD 5.000 millones tras los pagos de servicios de deuda" En definitiva, más que una incapacidad del gobierno para acumular reservas, el problema en la falta de acceso a financiamiento, gracias a nuestra historial de incumplimientos, que permita renovar los vencimientos de capital en condiciones favorables de mercado. — La inflación descendió al rango del 2% mensual. ¿Cree que se trata de un piso o de un techo? — Creo que se trata de un techo. Más aún si consideramos que la inflación núcleo -aquella porción más estable y persistente del nivel de precios- ya perforó el 2% en junio. Sin shocks externos ni eventos disruptivos locales de corto plazo, es razonable esperar que esta tendencia continúe, y que la inflación núcleo ronde el 1% mensual hacia fin de año. — El sector privado se ha acostumbrado a que el Gobierno marque pautas para la toma de decisiones y espera más señales para invertir. ¿No alcanza con el orden macroeconómico? — El orden macroeconómico es una condición necesaria, pero evidentemente no suficiente. La estabilidad económica y la recomposición de la confianza son clave, pero para invertir en la economía real, el sector privado necesita un marco de reglas claras, menores cargas fiscales sobre la rentabilidad empresarial, menor conflictividad en el frente laboral y, sobre todo, algún grado de certeza de que esas condiciones no van a cambiar arbitrariamente. “Sin shocks externos ni eventos disruptivos locales de corto plazo, es razonable esperar que esta tendencia continúe, y que la inflación núcleo ronde el 1% mensual hacia fin de año” En ese sentido, el RIGI apunta precisamente a eso: ofrecer 30 años de estabilidad normativa como ancla para decisiones de inversión de largo plazo. — ¿Cómo evalúa la política monetaria, financiera y la intervención en el mercado de futuros del BCRA? — La evaluación es muy positiva. El desarme de los pasivos remunerados del BCRA fue clave para frenar la emisión endógena y contribuir a la desaceleración inflacionaria, junto con una política monetaria contractiva y consistente. Destaco que la salida del cepo y la unificación cambiaria se dieron de forma ordenada, sin sobresaltos, y mientras el tipo de cambio se ha depreciado alrededor del 15% hasta julio, la inflación, proyectando ese mes, tan solo acumuló 4,9%, reflejando un bajo traspaso a precios (passtrough), algo que parecía imposible meses atrás. "En cuanto al mercado de futuros, la intervención del BCRA considero ha sido acotada, sobre todo si lo comparamos con gestiones pasadas, orientada a anclar expectativas en momentos puntuales de volatilidad" En cuanto al mercado de futuros, la intervención del BCRA considero ha sido acotada, sobre todo si lo comparamos con gestiones pasadas, orientada a anclar expectativas en momentos puntuales de volatilidad, y que no implica de ningún modo el uso de reservas. — ¿Se avecina un ciclo de menores tasas de interés en Estados Unidos y cómo podría repercutir esto en las finanzas argentinas? — En su última reunión de julio, la Reserva Federal decidió mantener sin cambios su tasas de interés, dado que el desempleo estadounidense sigue estable y la inflación, si bien moderada, aún se mantiene levemente por encima de la meta del 2% anual, pero un recorte prematuro de tasas teniendo en cuenta la incertidumbre que todavía existe por la escalada arancelaria, podría debilitar aún más el dólar frente a otras monedas, alejando la inflación del objetivo de la FED. — ¿Qué supuestos considera relevantes en las pautas del Presupuesto para 2026? — Sin dudas, el supuesto de crecimiento económico será central. El FMI proyecta un 4,5 % para 2026, y el equipo económico suele coincidir con esa estimación. También será clave la pauta de inflación, que podría descender a un dígito para todo 2026, y aunque que el tipo de cambio oficial suele seguir la pauta de inflación, no sería descabellado que empieza a trazar su propia trayectoria como lo viene haciendo desde la salida del cepo. Será clave la pauta de inflación, que podría descender a un dígito para todo 2026, y no sería descabellado que el tipo de cambio empiece a trazar su propia trayectoria Otro supuesto relevante será el tamaño del superávit fiscal proyectado, así como la posible incorporación de reformas estructurales, en particular en materia tributaria, previsional, o posibles privatizaciones. Más allá de los números, lo importante será la consistencia del programa y la señal de continuidad que envíe al mercado. — Para finalizar, ¿qué mensaje o reflexión considera importante compartir en este momento para quienes analizan el futuro económico de la Argentina? — Creo que estamos en la antesala de punto de inflexión histórico. Los argentinos tendremos la oportunidad de elegir entre dilapidar, una vez más, el mayor bienestar conseguido -la brutal caída de la inflación y la significativa reducción la pobreza son indicadores contundentes de esta mejoría-, o bien consolidar este camino de reformas estructurales, que nos permita converger nuevamente hacia la prosperidad económica que han logrado los países desarrollados, a través de la inversión, el empleo y la apertura económica, rumbo que abandonamos hace más de 70 años para nunca más volver, hasta hoy. Fotos: Maximiliano Luna
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