02/08/2025 08:38
02/08/2025 08:37
02/08/2025 08:35
02/08/2025 08:34
02/08/2025 08:33
02/08/2025 08:33
02/08/2025 08:33
02/08/2025 08:33
02/08/2025 08:33
02/08/2025 08:32
Parana » ER 24
Fecha: 02/08/2025 01:32
¿PERIODISMO ENSOBRADO?: Tirar la piedra y después alquilar el micrófono para recaudar El guión es casi siempre el mismo. Primero se publica la denuncia —propia o ajena—, con datos más o menos certeros sobre un funcionario en problemas. La noticia circula, se instala, molesta. Pero acto seguido, cuando el humo comienza a disiparse, el mismo medio que agitó las brasas le ofrece al acusado un cómodo espacio de defensa, sin repreguntas, sin contrapunto, sin contexto judicial, sin una mínima incomodidad periodística. Solo el micrófono abierto y un titular complaciente. Eso volvió a pasar con el exfuncionario Daniel Elías, quien enfrenta una denuncia penal presentada por el periodista Hernán «Pichi» Blazquez y reflejada oportunamente por este medio ER24. A través de una nota publicada el 1° de agosto en Análisis Digital, Elías ensaya su defensa y hasta se victimiza, sin que nadie le recuerde los hechos investigados, la presentación judicial en curso ni las pruebas ofrecidas. Se limita a relatar que su salida fue parte de una «ley de emergencia», y el medio lo deja correr. La nota más parece una declaración jurada que una entrevista. Este patrón no es nuevo. Ya sucedió antes con Diego Lara, señalado en causas sensibles por su paso por el Tribunal de Cuentas, quien también encontró en Análisis un espacio de “descargo”, tan cuidado como funcional. Lo mismo con Adán Bahl en plena tormenta por contrataciones directas, con Ángel Giano cada vez que el Senado era foco de polémicas, o con Alicia Feltes, la exministra de Obras Públicas apuntada por sobreprecios, que siempre tuvo tribuna cuando el agua le llegaba al cuello. El procedimiento es simple: cuando otro medio (o la Justicia, o algún denunciante incómodo) lanza la bomba, Análisis reproduce. Pero cuando se trata de cuidar relaciones, preservar equilibrios o facilitar reseteos, el mismo medio ofrece cobijo. Un pase de facturas mediático que funciona como válvula de escape. La ecuación cierra. El medio queda “informando todo”, el funcionario logra hablar sin ser interpelado, y el lector recibe una versión edulcorada que deja la sensación de que todo fue apenas un malentendido. ¿Periodismo? ¿Estrategia? ¿Negociación editorial? Lo concreto es que el modelo de Cuestión de Fondo y la revista Análisis Digital «tirar la piedra y luego alquilar el micrófono y recaudar» se ha vuelto una herramienta más de supervivencia política para quienes deberían estar dando explicaciones en los estrados judiciales, no en notas de color. Mientras tanto, las causas siguen. Las denuncias también. Y la verdad, como siempre, queda a mitad de camino entre el título de impacto y la entrevista sin preguntas.
Ver noticia original