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» AgenciaFe
Fecha: 01/08/2025 18:00
La mañana del viernes comenzó con máxima tensión en el barrio Nueva Esperanza, en el norte de la ciudad de Santa Fe. Un agente policial disparó al menos tres veces contra su pareja en una vivienda ubicada en calle Europa y callejón Aguirre, y luego se atrincheró armado en el fondo del domicilio, generando una extensa intervención del Grupo de Operaciones Especiales (GOE). La mujer fue trasladada de urgencia al Hospital Iturraspe con heridas graves en el abdomen, la espalda y bajo una axila y fue intervenida quirúrgicamente. Su estado es reservado. Su hija adolescente sufrió un traumatismo leve al intentar escapar El agresor fue reducido y derivado al Hospital Cullen con una herida en la pierna. “Toda la noche gritaba ‘las voy a matar’” Una vecina del agresor, que vive pared de por medio, relató la dramática secuencia de violencia que comenzó la noche anterior y denunció que las autoridades hicieron oídos sordos a reiteradas denuncias previas: “Esto empezó a las 6.30, pero desde las 11.30 de la noche la señora gritaba pidiendo auxilio. Yo activé mi alarma para que venga alguien, pero no sabíamos qué hacer. Se escuchaban ruidos, vidrios rotos, y él gritaba ‘las voy a matar, soy impune, tengo carpeta’. Toda la noche fue un calvario”, relató. “Cuando escuchamos los tiros, un vecino la socorrió a la mujer. Ella ya estaba herida y la que gritó fue una de las hijas de él, que no es hija de la víctima. Tiene unos 21 años”, agregó. Una larga historia de violencia ignorada La vecina también apuntó contra la inacción del sistema judicial: “Yo lo denuncié seis veces por violencia contra esa mujer. Pero como él era policía, las denuncias terminaban cajoneadas. Nadie me escuchaba. ¿Cuántas veces lo dije? ¿Por qué tuvo que pasar esto para que recién ahora le saquen el arma?”, se preguntó con indignación. “Encima tenía la guarda judicial de una nietita, ¿cómo puede ser? Esta familia ya venía sufriendo desde hace rato y nadie hizo nada. Siempre andaba con el arma reglamentaria encima, incluso cuando venía a la carnicería. Todos en el barrio sabíamos que era una bomba de tiempo”. Además, denunció otros episodios violentos, como el disparo a su propio perro y problemas con colegas de la fuerza, lo que derivó en su traslado a la comisaría de Recreo. “Anoche dijeron que era por un cumpleaños, pero no. Fue una noche de terror. Este tipo vivía armado, con problemas psicológicos y antecedentes de violencia.
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