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  • Alfredo Caballero, intendente de La Escondida: «Queremos un municipio sustentable, ordenado y con oportunidades»

    » Primerochaco

    Fecha: 31/07/2025 22:45

    A casi dos años de asumir, el jefe comunal de La Escondida repasa los desafíos de su gestión, la crisis económica que golpea a los municipios, su apuesta por el turismo y la inversión privada, y la organización del Tercer Festival del Guiso, símbolo de identidad y creatividad comunitaria. En los primeros meses de su mandato, Alfredo Caballero tuvo que enfrentar no solo una crisis económica sin precedentes, sino también una herencia municipal compleja: una administración desordenada, sobredimensionada en su planta de personal, y con recursos cada vez más escasos. Sin embargo, lejos de rendirse, decidió dar un giro: apostó por el orden, por la planificación austera, por el trabajo con el sector privado y por algo que en muchos municipios parece una utopía: la sustentabilidad. Desde su oficina en La Escondida —una localidad chaqueña de 10.000 habitantes—, Caballero habló con tono calmo, voz tomada por una afección de garganta, pero con convicciones firmes: “Encontramos un municipio desbordado. Teníamos casi 500 empleados, lo que para una localidad de este tamaño es insostenible. Tuvimos que reorganizar, reducir, y priorizar. Hoy el foco está en garantizar servicios esenciales, pagar sueldos en tiempo y forma y contener a las familias más vulnerables”. El costo de gobernar en tiempos difíciles Caballero llegó a la intendencia tras una ajustada elección en 2023, representando al partido NEPAR (Nuevo Espacio de Participación), que lidera Juan José Bergia. Fue una sorpresa para muchos: un intendente que no venía de los partidos tradicionales y que logró ganar en un contexto adverso. “Desde marzo la caída de coparticipación es brutal. La motosierra de Nación nos impacta directo: los municipios somos los primeros en recibir el reclamo de la gente, pero los últimos en recibir recursos”, afirma. Pese a ese contexto, resalta los logros del primer tramo de su gestión: “Con recursos propios compramos tractores, camionetas, una combi y hasta un colectivo. Aprovechamos ese momento de mayor ingreso. Hoy la realidad cambió y tuvimos que frenar obras y priorizar sueldos y servicios”. La apuesta por el sector privado Frente a la escasez de fondos públicos, el intendente puso el foco en el sector privado. “Ya no alcanza con ir a golpear puertas en Nación o Provincia. Tenés que pensar qué podés hacer con lo que tenés y con quién te podés asociar”, dice. Así comenzaron rondas con empresarios y se firmaron convenios con empresas tecnológicas y del rubro alimenticio. “Logramos que una empresa de fibra óptica se radique acá. Generó cinco puestos de trabajo directos y más en momentos de instalación. Ahora estamos avanzando con un frigorífico que va a invertir más de mil millones de pesos. No es poca cosa para una localidad como la nuestra”, cuenta Caballero. La condición que puso el municipio fue clara: priorizar mano de obra local. “Queremos que cada puesto que se cree, sea para gente de La Escondida. No queremos que nadie quede afuera del desarrollo”. Turismo y economía circular: la visión de largo plazo Además del sector productivo, el turismo aparece como una gran oportunidad. “Estamos ubicados sobre Ruta 16, en el centro de los principales parques provinciales. Nuestra meta es convertirnos en una ‘Ciudad Jardín’ y en una parada obligatoria para quienes viajan por la provincia”, afirma el jefe comunal. Pero es consciente de que falta infraestructura: “No tenemos una cadena hotelera consolidada, la gastronomía es dispersa, y los atractivos aún no están bien organizados. Pero eso no nos frena. Si nosotros mismos decimos que no tenemos nada para ofrecer, nunca vamos a salir adelante”, sostiene. Una mirada crítica al modelo nacional Sobre el modelo económico actual, Caballero no esquiva la crítica: “Lo de Milei no quedó solo en Buenos Aires. El ajuste llegó hasta el último pueblo del interior. Y a nosotros nos golpea muy fuerte porque dependemos de la coparticipación. Entiendo que había que ordenar, pero el costo lo está pagando el que menos tiene”. Y agrega: “Yo soy un tipo que viene del sector privado. Entiendo lo que es cuidar recursos. Pero una cosa es ordenar, y otra es desmantelar. Los municipios no podemos hacer magia. Por eso también estamos buscando que los vecinos entiendan que algunos servicios que antes se hacían gratis, hoy requieren al menos el pago del combustible. No es capricho, es necesidad”. El campo y la producción: el gran desafío cultural La zona rural de La Escondida tiene potencial, pero aún no está plenamente desarrollada. “Venimos de una cultura industrial, marcada por la fábrica de tanino. El modelo era que el padre trabajaba allí y el hijo estudiaba para irse. Falta cultura productiva”, describe. La ganadería es predominante, pero la horticultura es incipiente. “Tenemos buenas tierras, pero no producimos lo que consumimos. Todo viene de afuera. Eso encarece todo y nos hace dependientes. Estamos intentando revertir eso con asistencia técnica y acompañamiento, pero es un proceso cultural que lleva tiempo”, explica. El Festival del Guiso: identidad, orgullo y autogestión Uno de los eventos más esperados del año en La Escondida es el Festival del Guiso, que este 16 de agosto tendrá su tercera edición. Lejos de ser solo una fiesta popular, se ha convertido en un símbolo del espíritu de resiliencia y creatividad que caracteriza a la gestión de Caballero. “El primer festival nació en 2023, en el paraje 548, con apenas 23 cocineros. Todo a pulmón, con donaciones de vecinos, carniceros, comerciantes. El año pasado tuvimos 56 cocineros y casi 5.000 personas. Este año vamos por más”, dice entusiasmado. Para esta edición, habrá una olla comunitaria para 2.000 personas, con más de 200 kilos de arroz, 100 kilos de carne y 300 litros de agua. Todo cocinado en equipo y compartido con el público. También habrá shows en vivo —como Los Charros de Tonchi y Carlos Zacarías—, sorteos, emprendedores y un ambiente familiar. “Algunos criticaron que hagamos el festival en un año tan difícil. Pero yo les digo: plata no hay, pero sí hay voluntad, organización y amigos. Esto no se financia con fondos públicos, sino con la ayuda de empresas, vecinos y comercios. El guiso es símbolo de unidad. Y si lo hacemos bien, también se transforma en motor económico”, señala. El futuro: orden, comunidad y oportunidades Alfredo Caballero sabe que no tiene una tarea fácil. Gobernar en tiempos de crisis nunca lo es. Pero se muestra firme en su convicción: “El futuro de La Escondida no puede depender eternamente del Estado. Tenemos que generar oportunidades desde adentro, con esfuerzo, con alianzas, con visión”. Y concluye: “Yo creo en un municipio ordenado, sustentable, que cuide cada peso y que piense a largo plazo. No se trata solo de administrar, se trata de construir comunidad”. Con austeridad, imaginación y un fuerte sentido de pertenencia, Alfredo Caballero encara el desafío de transformar La Escondida en un municipio que camine con sus propios pies, sin resignar derechos ni identidad. Su historia es la de cientos de pueblos del interior que, frente a la adversidad, deciden no bajar los brazos.

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