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  • Era cantado que el atraso cambiario iba a pasar su factura

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 31/07/2025 18:41

    Javier Milei Es increíble que Javier Milei, quien dice que el suyo es el mejor gobierno de la historia, cometa errores tan infantiles. Solo repasar la historia económica argentina le permitiría evitar equívocos tan groseros. Recordemos que Milei dijo que iba a intervenir en el mercado cuando el dólar estuviera en la banda inferior y que no iban a intervenir en el medio. No solo el Banco Central estuvo interviniendo en el mercado de futuros para frenar el aumento del dólar, sino que, además, pagaron tasas de interés incompatibles con cualquier actividad privada lícita. Poco tiempo atrás el ministro de Economía, Luis Caputo, dijo: “Si crees que el dólar está barato, comprá campeón”. A los pocos días el dólar empezaba su escalada alcista. El desarme de las Lefis no solo fue improvisado dejando en el mercado un buen volumen de liquidez, sino que también demostró que el problema cuasifiscal nunca se terminó de resolver Se sabe que usar el tipo de cambio como ancla para mostrar una tasa de inflación más baja, inevitablemente termina mal. Le pasó a José Martínez de Hoz con la tablita cambiaria, y la posterior frase histórica de su sucesor, Lorenzo Sigaut: “El que apuesta al dólar pierde”. Ocurrió con el plan primavera en 1988, cuando pusieron la zanahoria de la tasa de interés para que no fueran al dólar y todo terminó el 6 de febrero de 1989 cuando el BCRA levantó la bandera blanca de rendición. Luego vino el famoso: “Les hablé con el corazón y me contestaron con el bolsillo”. Cristina Kirchner tuvo que aguantar el dólar atrasado hasta las elecciones presidenciales de 2011. y al otro día de ganarlas estableció el cepo cambiario. En la era de Juntos por el Cambio usaron las Lebacs para hacer carry trade y todo terminó en abril de 2018 con el BCRA teniendo una hemorragia de dólares. Es evidente que el Gobierno no tiene en claro cuál es la política cambiaria que quiere aplicar Ante la suba del dólar de estos días, Milei no tuvo mejor idea que decir que había bancos atrás de la suba del dólar. Es decir, buscaba culpables al “estilo k”. Le faltó agregar que hay un golpe de mercado. Las causas de la suba del dólar o de la depreciación del peso son varias. En primer lugar, es común que los inversores prefieran esperar las elecciones posicionados en dólares. En segundo lugar, no existe el inversor que devengue eternamente las utilidades. En algún momento las realiza. Eso hace quien apuesta al carry trade, realiza las ganancias. Pero si cambió a pesos USD 10 millones de dólares para apostar a la tasa y en el período gana el 10% contra el dólar, cuando sale a realizar la ganancia no lo hace por USD 10 millones, lo hace por USD 11 millones, el capital invertido más la ganancia devengada. En tercer lugar, al bajar transitoriamente las retenciones para conseguir rápido algunos dólares, determina que hoy los dólares que tendrían que estar entrando ya hayan entrado antes. El cepo nunca se terminó de levantar para las empresas, solo para las personas físicas, de manera que el tipo de cambio nunca flotó libremente entre las bandas En cuarto lugar, el Gobierno se vio obligado a salir al mercado a comprar dólares porque el FMI le está exigiendo que mejore su posición de reservas. En quinto lugar, el desarme de las Lefis no solo fue improvisado dejando en el mercado un buen volumen de liquidez, sino que también demostró que el problema cuasifiscal nunca se terminó de resolver. Solamente cambió del BCRA al tesoro y eso lo demuestra las altas tasas de interés que tuvo que pagar en la licitación del martes pasado. Y ni con tasas tan altas pudo hacer el rollover de todos los vencimientos. Cuando uno ve que el Tesoro pagó tasas que llegaron el 65% contra un tipo de cambio de $1.229 para diciembre y una inflación esperada del 22% según el presupuesto, queda en evidencia que esa tasa de interés real es impagable y tiende a aumentar el gasto público por mayor cantidad de intereses a pagar. Desde el Gobierno se dice que ahora es diferente porque no hay déficit fiscal. En rigor hay déficit financiero cuando se computan los intereses devengados por las Lecaps, Lefis y Boncaps, pero puede no haber déficit fiscal pero sí suficiente stock de carry trade como para generar un tembladeral en el mercado de cambios. Cualquier economista que haya seguido la economía argentina en los últimos 50 años sabía cómo iba a terminar este intervencionismo en el mercado de cambios Como último dato, el cepo nunca se terminó de levantar para las empresas, solo para las personas físicas, de manera que el tipo de cambio nunca flotó libremente entre las bandas. Empezaron con un crawling peg del 2% mensual. Luego fueron al 1% mensual. Después hablaron de inflación cero vendiendo en el “contado con liqui” dólares provenientes de las exportaciones. Ahora tenemos una banda cambiaria donde el Central interviene, pero ya está cerca del techo y la autoridad monetaria no tiene pólvora para frenar una suba constante del tipo de cambio. Salvo que el FMI lo autorice a vender dólares de los que le prestó. Es evidente que el Gobierno no tiene en claro cuál es la política cambiaria que quiere aplicar porque cambia todo el tiempo de reglas. El mercado lo percibe. Sabe que el BCRA está flojo de reservas, que las tasas son impagables y que el tipo de cambio está artificialmente atrasado. Cualquier economista que haya seguido la economía argentina en los últimos 40 o 50 años sabía cómo iba a terminar este intervencionismo en el mercado de cambios. En definitiva, de gritar que iba a cerrar el BCRA y dolarizar la economía, el Presidente terminó utilizando el BCRA para regular la tasa de interés, el tipo de cambio y fortalecer el peso artificialmente. Todo lo contrario, a las promesas de campaña.

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