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  • La reflexión de María Julia Oliván tras 45 días de internación: “¿Cómo hacer que no se nos escape la vida?”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 31/07/2025 16:31

    A más de un mes de su accidente doméstico, María Julia Oliván reflexionó sobre su recuperación y el cariño que recibió a lo largo del tiempo (Video: Instagram) El devenir cotidiano de María Julia Oliván se vio interrumpido de un instante a otro cuando un accidente doméstico alteró por completo su vida. Lo que comenzó como una noche común, buscando el abrigo de la chimenea en su casa, terminó en una emergencia médica inesperada: el intento de encender el fuego con etanol provocó una explosión que le causó quemaduras graves. Desde entonces, la periodista quedó internada de urgencia en el Hospital Alemán, donde, a más de un mes del incidente, atraviesa una larga y desafiante recuperación. Desde la habitación que se convirtió en su refugio estos días, María Julia decidió enfrentar a la cámara y compartir con sus seguidores el difícil proceso que le tocó transitar. “Hoy hace un mes y medio que estoy en el Hospital Alemán después de que me quemé en casa. Ya saben ustedes el accidente. Pasé por 14 intervenciones quirúrgicas para curar en toda la pierna, mi pierna y mi mano, que ya está muy bien. Estuve hasta hace tres o cuatro días en terapia intermedia. Realmente me divertí mucho allí. Lloré, sufrí, me reí”, resumió, recorriendo todos los matices de una experiencia límite. El accidente puso a prueba no solo su cuerpo, sino también su círculo más cercano. Las visitas se convirtieron en momentos importantes. “Vinieron un montón de amigos que hacía mucho que no veía... a mi mamá, siempre cerca, bancando todas las operaciones; en Ariel, cuidando al nene; en mis suegros, todos los fines de semana. Mi hermana, una crack. Siempre cerca mío, mi sobrino. Bueno, la verdad que mis amigos…”, agregó emocionada. La red de afectos fue clave para soportar los días de internación, donde hubo lágrimas, abrazos, risas y encuentros postergados que finalmente sucedieron dentro de las paredes del hospital. El accidente fue también, para la periodista, el punto de partida para redescubrir los vínculos que la rodean. La periodista fue acompañada no solo de su familia, sino de también de sus amigos (Instagram) Aun desde su recuperación, no perdió sentido crítico ni capacidad de reflexión. "¿Cómo una cosa tan de mier… puede hacerte encontrar con valores y con momentos tan lindos? Nunca se hace tiempo para nada. No puedo ir allá. No puedo ir a Monte Grande, donde están los que me quieren desde que era chica. No puedo hacerme un tiempo para encontrarme con otros amigos. Este de acá de capital, no puedo, no quiero, no llego, no estoy. Siempre ando corriendo y qué suerte que se canceló todo. No se canceló todo porque Border siguió funcionando con un equipazo que tengo también”, relató, poniendo en evidencia la paradoja de un tiempo frenado a la fuerza, pero lleno de descubrimientos y apoyos. La periodista, referente de medios y de la inclusión, reconoció abiertamente el trabajo en equipo detrás de su proyecto y valoró especialmente la solidaridad de quienes la acompañan a diario en la vida y el trabajo. “Y este accidente me hizo ver el equipazo que tengo. No estoy hablando de todo Borders, sino que estoy hablando de los que se pusieron la camiseta. Dijeron: ‘Loco, Juli se lastimó. Vamos a darlo todo’”, destacó. El tiempo de hospitalización, lejos de aislarla, le permitió reconectar con la “familia elegida” que supo armar con los años. La mano de María Julia fue una de las partes que sufrió menos heridas que quedaron luego del accidente No faltaron momentos de dolor ni análisis sobre la exposición mediática. “Me cuentan que muchos en las redes se reían diciendo que cómo era que yo había sido maldecida. La pasé, y la sigo pasando, porque no sé cuánto me falta acá. Ahora ya estoy extrañando groso a mi gordo, mi bebé, que está súper charlatán, súper piola. Lo amo, lo extraño con todo mi corazón. También fue un descanso estar acá, porque no me quedó otra que estar”, confesó, sumando la nostalgia por la distancia con su hijo a la lista de batallas diarias. En uno de los últimos videos, Oliván profundizó en una mirada que trasciende el dolor y la urgencia: “¿Cómo no perderse esas cosas lindas que por apuro dejamos pasar? ¿Y cómo hacer que no se nos escape la vida? Su experiencia revalorizó las pequeñas escenas de afecto cotidiano, esas que quedan de lado entre las rutinas. “Ver a mi mamá sentada ahí, al lado de mi cama, como si yo fuese una nena, cuidándome y viniendo a hacer masajes, como cuando era chiquita, en los pies y en las manos mientras esperábamos una operación; y recuperar el amor de una hermana que está siempre corriendo también como yo. Y ahora paró y también me cuidó. O de mi sobrino, que teóricamente está estudiando siempre, vino a verme. Te das cuenta de que la gente que tenés al lado es de oro…”. A lo largo de su recuperación, la periodista mostró las heridas que quedaron en su rostro (Instagram) El día del accidente, la reacción solidaria no se hizo esperar: “Las veinte personas que laburan conmigo dijeron ‘Juli se quemó’, hubo tres que agarraron lo que tenían y se pusieron la camiseta con todo. Y les salió muy bien porque así se empieza, con un buen corazón, con una buena motivación, con curiosidad y la verdad que son unos genios. Ustedes saben de quién estoy hablando, así que les mando besos”. En ese sentido, continuó: “Y siendo los héroes y heroínas de todos los que estamos acá, de todos los que estamos acá, pertenezco a otra familia. Además de la familia de la discapacidad, vieron que yo siempre digo que, ojo, porque todos podemos sufrir un accidente algún día que nos deje con una discapacidad permanente o, tal vez, por un tiempo. Mirá lo que me va a pasar. O sea, es un montón, es un montón. Tengo una discapacidad, que no es permanente, pero que es por ahora, y estoy empezando mis clases para aprender a caminar”. Uno tras otro, fueron pasados los días con sus respectivos cuidados e intervenciones. Hubo catorce operaciones, estancias en terapia intermedia, rutinas médicas y lo constante fue el afecto de familia, amigos y equipos de trabajo. La periodista aprendió en carne propia lo que tantos años se dedicó a difundir: la importancia de apoyarse, de aceptar ayuda, de encontrar oportunidades y aprendizajes, aun en medio de la adversidad.

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