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» La Capital
Fecha: 31/07/2025 14:16
En un clásico de República de la Sexta, Atalaya le ganó a Temperley con un triple en el último instante. Incidentes en la final del básquet. Es el final y la hinchada de Atalaya salta al rectángulo de juego a celebrar el título del básquet rosarino, en un épico final ante Temperley. Atalaya se consagró campeón de la Copa 99 Aniversario de la Asociación Rosarina de básquet al derrotar a Temperley por 61 a 60. Con un triple sobre el cierre de la mano de Facundo Maruelli dio vuelta el partido, con una épica que quedará para la historia del básquet rosarino. Finalizado el encuentro hubo algunos incidentes entre los hinchas que terminaron con la intervención de la policía y gases lacrimógenos. Hay partidos que recuerdan la esencia del básquet y lo impredecible que puede ser. Esta final otorgó un marco imponente con las hinchadas más convocantes de la ciudad y un resultado que dejó a todos boquiabiertos. La historia comenzó días atrás, ya que el encuentro estaba planificado para el domingo 27 de julio, pero por cuestiones climáticas se decidió postergar. Es que se hablaba de Atalaya y Temperley, un duelo con mayúsculas en el que la seguridad de los asistentes no era cosa menor. Tras el cambio de día, este miércoles se llevó a cabo el partido que tenía pactado su comienzo a las 21.30 en el Cruce Alberdi, cancha neutral de Rosario Central. Las hinchadas ya desde temprano comenzaron a copar el estadio, de modo que ya para las 20.30hs había cola en el ingreso: era el aviso de lo que se venía. Un marco inigualable en el que la capacidad para 1600 personas estaba a tope. >>Leer más: La gran final del básquet de la Rosarina La gente de Temperley llegó con micros que salieron de su club. Banderas, bombos, y mucha gente que en la esquina de calle Catamarca se reunieron en la previa para anticipar el aliento a su equipo. Tenían destinado el ingreso por esta misma calle junto con los neutrales. Del otro lado, los azules llevaron también una multitud de gente que tenía reservada su tribuna y su ingreso sería por calle San Nicolás, justamente para evitar el choque de hinchadas. Medidas absolutamente necesarias para un cruce que siempre se torna picante. El inicio del partido se vio retrasado por algunos inconvenientes que venían del lado de la tribuna azul, pero finalmente minutos más tarde de lo pactado se dio inicio a esta gran final. La gran final del básquet rosarino El partido se abrió rápidamente para Temperley, que con una ráfaga de dobles comenzó a marcar una diferencia de once puntos en los primeros minutos. El respiro para los de Juan Pablo Lupo (Atalaya) vino de parte de Esteban Celotti, que reanimó al equipo con un triple. Atalaya no encontraba el juego y la pica entre alguno de los jugadores ya se empezaba a sentir. El clima se mantenía picante en ambas tribunas. Los cánticos no faltaban en ninguno de los dos bandos. El primer cuarto fue todo para Temperley, con una efectividad de parte de Boixader, que lo dejaba a los del negro arriba por 9. >Leer más: Las chicas de Náutico, las mejores En el segundo cuarto, Yanson impuso su categoría y se transformó ya en lo más destacado de los azules, pero sin embargo poco le alcanzó para achicar la distancia. Con dos dobles seguidos de Moresco, el Negro estaba cómodo con 14 puntos por encima de Atalaya. Tras un triple de Yanson, los dirigidos por Lupo se fueron al descanso con una derrota parcial de 28-39. Un segundo tiempo inolvidable hasta la chicharra El segundo tiempo ya fue otra historia. El tercer parcial iba a comenzar también con ráfagas de conversiones para Temperley de la mano de Moresco, entre otros, pero el cierre fue reanimado por un triple de Yanson que achicaba la diferencia a 8. Y finalmente el último cuarto fue de esos que merecen una mención especial. Atalaya venía de perder todo el partido, pero con algunos errores de los dirigidos por Mariano Juncos (Temperley) y conversiones claves, como un doble y falta de la mano de Giraudo, a cuatro minutos del cierre, se acercaron a tan sólo 5 puntos de Temperley. Con este resultado parcial, el estadio estaba encendido. Ambas hinchadas resonaban con cánticos y la tensión se adueñaba de la cancha. Con una canasta de Verdaro los azules achican aún más la diferencia y Temperley se mantenía errático. Tal fue así que recién en los últimos dos minutos un libre de Fredes volvió a reanimar el marcador, para que los del Negro quedaran a 4 puntos arriba nada más. Pero bastó una canasta de Baridon para que la diferencia entre ambos fuera de tan sólo un doble. >>Leer más: Las curiosidades del básquet de la Rosarina Y ese final fue para alquilar balcones. A un minuto del cierre, aún Atalaya se mantenía a tan sólo dos puntos por debajo de Temperley, con un infartante 58-60. Y faltando tan sólo 3 segundos Maruelli, que había entrado en el minuto y medio final, embocó un triple épico con un estadio totalmente encendido y se transformó en el héroe de la noche. Sonó la chicharra y el pibe que creció en Atalaya le otorgó el mayor momento de gloria al club de sus amores sacando de la galera un tiro de tres. Ahí se corporizó lo impredecible del básquet, que con un Temperley que llegó a sacar diferencia de hasta 20 puntos, se le terminó yendo de las manos una final que quedará para el recuerdo en este clásico de la Sexta. El otro final, el indeseado Capítulo aparte merecieron los lamentables incidentes tras el fin del partido. Ambas hinchadas saltaron a la cancha y comenzaron a enfrentarse. Ante esto, la policía intervino y tiró gas lacrimógeno por lo que, sobre todo la hinchada de Temperley, tuvo que retirarse por el efecto del mismo. Una escena lamentable en la que hubo niños llorando y adultos corriendo para escapar del gas. Un final empañado, pero que no borró la épica con la que Atalaya se adueñó del básquet de la ciudad.
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