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Parana » El Once Digital
Fecha: 31/07/2025 11:30
Tras los dichos del fisicoculturista Sergio Parodi, quien vinculó el fallecimiento de Alejandra “Locomotora” Oliveras con un presunto consumo de esteroides anabólicos, se reabrió el debate sobre el impacto de estas sustancias en la salud. En ese marco, Elonce dialogó con el médico cardiólogo Néstor Lódolo quien brindó un profundo análisis de los riesgos a corto y largo plazo asociados al uso no terapéutico de anabólicos. Las “consecuencias silenciosas” del uso de anabólicos “Estas sustancias no son terapéuticas. Hay que alertar que, más allá de su uso creciente, acompañan una realidad de estrés social y exigencia deportiva que se ha extendido tanto en el ámbito amateur como profesional”, introdujo Lódolo . Según explicó, los esteroides anabólicos androgénicos son derivados de la testosterona y su uso debe limitarse a indicaciones médicas específicas. “El problema es que su uso modifica la estructura corporal y la composición muscular, generando dependencia. A partir de allí empiezan las consecuencias silenciosas. Uno de los efectos más relevantes es la retención excesiva de sodio, lo que incrementa el volumen de agua en el cuerpo y conduce a hipertensión arterial, especialmente peligrosa en adultos mayores”, indicó el especialista. Consecuencias de la falta de control en el uso de anabólicos - Los efectos Lódolo advirtió que los esteroides también afectan el sistema hematopoyético. “Modifican los factores de coagulación, alteran la cantidad de plaquetas y dañan el endotelio, que es la capa interna de los vasos sanguíneos. Esto genera una mayor probabilidad de formar micro o macro coágulos que pueden derivar en eventos cardiovasculares graves”, explicó. Además, alertó sobre un daño progresivo en el eje hormonal que involucra la glándula hipofisaria y la suprarrenal: “Ese eje regula el cortisol, una hormona vital. Al bloquear su producción, se desencadenan desequilibrios endocrinos profundos. Son múltiples los efectos secundarios de estas sustancias y, lamentablemente, muchas veces no provienen de indicaciones médicas, sino de un mercado negro vinculado a gimnasios o suplementos sin control sanitario”. Lódolo también diferenció los esteroides de los suplementos comunes como creatina o aminoácidos: “No tienen nada que ver. Pero incluso en esos casos hay que verificar que no haya enfermedades previas como diabetes, hipertensión, daño hepático o renal. La mayoría de los productos disponibles tiene altos niveles de azúcar y sodio, y su uso sin control puede tener efectos colaterales”. Un llamado a las familias y al control estatal El especialista insistió en la responsabilidad compartida entre el entorno familiar y las instituciones. “He atendido jóvenes de 14 o 15 años que consumen hasta 12 cápsulas por día de productos que no sabemos qué contienen. Los padres llegan desesperados, pero ya es tarde. La venta de estos productos muchas veces triplica los ingresos de gimnasios y queda fuera del control de las autoridades sanitarias”. “Mi consejo es claro: no tomar nada que te ofrezcan en la calle o en el gimnasio. Nuestra salud está en los alimentos. El problema de fondo muchas veces es la autoestima, la necesidad de lograr resultados inmediatos a cualquier costo. Como sociedad debemos proteger a los chicos, aun cuando creemos que están bien solo porque hacen actividad física”, concluyó.
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