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» AgenciaFe
Fecha: 31/07/2025 00:31
El presente de Jerónimo Dómina en Unión se volvió un reflejo claro de cómo un conflicto contractual puede derivar en una situación incómoda tanto para el jugador como para el club. En la jornada de este martes, durante el acceso a la prensa al entrenamiento en Casasol, UNO Santa Fe con la periodista Melani Rivas, captó imágenes que expusieron una realidad que ya es inocultable: el delantero trabaja diferenciado del resto del plantel, apartado del grupo principal, en medio del estancamiento en las negociaciones por la renovación de su contrato. Dómina continúa entrenando bajo las órdenes del cuerpo técnico, pero sin ser parte de la estructura futbolística que Leonardo Madelón prepara partido tras partido. No fue convocado en los últimos encuentros, y desde el club se sostiene la postura: sin firma, no hay lugar en el equipo. Dómina Con contrato vigente hasta el 31 de diciembre, Dómina atraviesa un período complejo, en el que el escenario más probable —si no hay un acuerdo— es que quede al margen de la competencia oficial durante varios meses, hasta que se libere con el pase en su poder. Futuro incierto y carrera en pausa Desde el entorno del futbolista, que está próximo a cumplir 20 años, todavía no aceptan las condiciones ofrecidas por la dirigencia. Mientras tanto, el tiempo pasa, las fechas se acumulan y el delantero santafesino observa desde afuera cómo su carrera entra en pausa justo cuando debería estar despegando. Dómina debutó en Primera con apenas 17 años y rápidamente se ganó el respeto de los hinchas, con buenas actuaciones y goles que lo posicionaban como una de las grandes proyecciones del club. Sin embargo, la falta de entendimiento contractual lo dejó “colgado”, en términos futboleros, sin minutos, sin convocatorias y cada vez más lejos del equipo. Unión, entre la firmeza y la expectativa Desde Unión mantienen la expectativa de poder revertir el conflicto, pero por ahora las posturas siguen distantes. El cuerpo técnico sigue de cerca su evolución física, aunque sin contemplarlo en la rotación de un plantel que afronta un calendario exigente y al que, paradójicamente, le vendría bien una alternativa ofensiva como Dómina. En tanto, el jugador sigue entrenando en soledad, apartado y bajo seguimiento físico, en lo que parece ser una espera sin final claro. Su imagen, trabajando al margen en Casasol, refleja una situación que duele: la de un juvenil con proyección, encerrado en un conflicto que lo deja sin cancha y sin futuro definido.
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