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» Radio Sudamericana
Fecha: 30/07/2025 00:21
Lunes 28 de Julio de 2025 - Actualizada a las: 11:43hs. del 29-07-2025 CRISIS HABITACIONAL El joven investigador correntino Matías Araujo escribió un libro titulado “Nación Inquilina”, donde analiza más de un siglo de historia del alquiler en Argentina. En diálogo con Radio Sudamericana, advirtió que hoy la vivienda dejó de ser un derecho para convertirse en un lujo, y que los jóvenes ya no pueden acceder ni siquiera a un alquiler sin ayuda familiar. El joven licenciado en Ciencias Sociales Matías Araujo presentó su primer libro, “Nación Inquilina. Historia de la vivienda en alquiler en la Argentina desde 1907 hasta la actualidad”, una obra que recorre más de un siglo de políticas, crisis y realidades sobre el acceso a la vivienda en nuestro país. Matías de 25 años y oriundo de Corrientes, explicó que el libro nació a partir de su experiencia personal como inquilino en Buenos Aires, mientras negociaba su contrato de alquiler en un contexto de alta inflación y reformas legales. "Empecé escribiendo una geografía inquilina de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, publicando mapas y estadísticas sobre la situación habitacional. Ahí entendí que detrás de cada número había una historia", relató. Matías trabaja actualmente como investigador. El libro es de descarga gratuita desde el sitio oficial tejidourbano.net Durante la entrevista, el autor destacó que el problema habitacional en Argentina "no es nuevo, pero hoy es estructural", y señaló que su investigación confirma que el déficit habitacional comenzó a profundizarse en la década del 90, con la dolarización del valor de las viviendas, y se agravó tras la crisis del 2001. "La vivienda pasó de ser un derecho a un lujo, y hoy el alquiler ya no es un paso intermedio, sino el techo al que muchos solo pueden aspirar", advirtió. JÓVENES QUE NO SE PUDEN IR DE LA CASA DE LOS PADRES En ese sentido, profundizó sobre cómo el modelo actual ha excluido a las nuevas generaciones. “Antes, en la Argentina, una persona de clase media a los 30 años ya había podido ahorrar para comprar su primera vivienda, incluso formando una familia. Hoy, eso es prácticamente imposible”, afirmó. Y agregó: “Los jóvenes no se van de la casa de sus padres pero no porque quieren quedarse, sino porque no pueden pagar ni un alquiler solos, y mucho menos pensar en comprar”. Explicó que hay una franja etaria —entre los 25 y los 35 años— que históricamente accedía a la vivienda propia, pero que hoy ve esa posibilidad cada vez más lejana. “Hoy, a los 40, mucha gente sigue alquilando, sin posibilidad de pensar en una hipoteca ni en un crédito accesible. Y mientras tanto, el precio de compra está dolarizado, pero los ingresos siguen en pesos. Esa brecha es cada vez más insalvable”. "Desde 2016 dos millones y medio de jóvenes no se pueden enmancipar, es decir el 40% de los jovenes... y lo que tenes creciendo son jubilados con la mínima que no pueden salir de la situación del alquiler y que son pobres o indigentes", señaló. Según el autor, esta situación tiene consecuencias sociales profundas: “Se posterga la independencia económica, la planificación familiar y hasta la salud mental. Porque vivir sin certezas, mudándose cada dos años, sin saber si te van a renovar el contrato o si vas a poder pagar el mes que viene, afecta el bienestar cotidiano”. Y advirtió que se está consolidando una forma de ciudadanía incompleta: “Si no tenés vivienda propia, no podés construir un proyecto a largo plazo. Vivís en la incertidumbre. Y eso limita la posibilidad de ejercer plenamente tus derechos”. A nivel local, aportó datos sobre Corrientes: “El 15% de los habitantes alquila, y muchos viven en condiciones indignas. Hay personas que pagan alquiler en casas precarias, sin servicios, o en asentamientos. Esa informalidad urbana es la consecuencia de un mercado que no responde a la necesidad real”. Por esto el Estado debe tener un rol activo y decidido. “Cuando falta vivienda, en realidad falta trabajo. Y cuando una persona no puede pagar el alquiler, su única opción es la villa o la calle. Si no discutimos la vivienda como política pública, seguiremos atrapados en la emergencia sin poder pensar en un futuro”. La publicación de Nación Inquilina busca no solo poner en agenda un tema postergado, sino también aportar herramientas para la discusión informada. “Los mismos tres temas que se discutían en 1921 —plazos de contrato, desalojos y precio del alquiler— siguen vigentes. Pero no se puede seguir aplicando las mismas soluciones de hace 100 años a problemas que se transformaron”, concluyó.
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