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» Diario Cordoba
Fecha: 29/07/2025 10:39
El Gobierno ha elaborado un proyecto que modifica la ley de los jueces y estos organizan una huelga porque dicen que dicha ley ataca a la independencia judicial. Más allá de lo discutible de la cuestión, esta ley resta condiciones laborales favorables en cuanto a sustituciones, vacantes y modo de ascenso. Por tanto, puede que, bajo el honorable manto del ataque a la división de poderes, lo que subyace es una huelga contra unas condiciones que provocan descontento en el colectivo. Intentando ser objetivo, lo que no admite duda es el mal hacer del Gobierno habiendo tramitado esta ley por vía de urgencia, es decir, saltándose las opiniones que de la misma pudieran dar el Consejo de Estado, Consejo General del Poder Judicial e incluso organismos europeos. Porque, además de que una ley que afecta a uno de los poderes del Estado precisa una negociación más conciliadora, la vía de urgencia no es acorde porque la misma solo compete para situaciones de extrema necesidad social como podría ser una ley exprés ante una epidemia. Pero si la ley que regula a los jueces lleva casi 40 años casi sin moverse, díganme de qué urgencia hablamos. Por tanto, bajo el manto de la urgencia el Gobierno se evita los informes desfavorables de instituciones de reconocida influencia y prestigio. Eso es jugar con ventaja. Y en democracia jugar así es hacerlo en fraude de ley, que es cuando se utiliza una ley para lo que no ha sido creada. Por eso creo que el texto ataca a toda la legalidad democrática, pero no estrictamente a la independencia judicial. Porque si hablamos de ataque a la independencia judicial está más claro el bloqueo que los políticos han sometido durante años a la renovación del órgano de gobierno de los jueces y, sin embargo, sus señorías no han gritado en huelga alguna. Ello demuestra que las huelgas se suelen hacer no tanto cuando te quitan competencias como cuando te tocan el pan y las vacaciones. Además, siempre se ve la paja en el ojo ajeno. Porque no es menos cierto que estamos asistiendo a lo contrario, es decir, a la intromisión del poder judicial en el poder ejecutivo; resulta vomitivo que el fallo del Constitucional en el recurso contra la amnistía dependa de la mayoría progresista de los jueces y no de la excelencia que hoy reclaman en la huelga. O más aún, hoy hay jueces interviniendo descaradamente en poner o quitar gobiernos. Por ejemplo, el juez Peinado tiene una cruzada contra Pedro Sánchez. Y no lo digo por la imputación de su esposa en sí, sino en referencia a la imputación del ministro de justicia inmediatamente después de haber declarado como testigo. Ello es un síntoma claro de arbitrariedad y ya les explico: verán, como abogado he visto imputaciones por falso testimonio, pero solo en las vistas orales que es cuando se practican todas las pruebas sometidas a contradicción y se evidencia una descarada mentira para beneficiar a una de las partes. Y por eso, en el informe de conclusiones definitivas, el fiscal y no el juez, solicita que se remita testimonio al juzgado de guardia para incoar un procedimiento por posible delito de falso testimonio. Pero hacerlo durante la instrucción interrumpiendo diez minutos la declaración para investigarla es procesalmente aberrante. Pero es que, si nos vamos al otro bando ideológico, en la actual imputación del exministro Montoro, un juez catalán (qué casualidad) mantiene el secreto sumarial durante siete años. El secreto de sumario es un legal pero anormal acontecimiento procesal que sacrifica el sagrado derecho de defensa y por eso la ley de enjuiciamiento criminal solo lo permite durante un mes, que es cierto que se puede prorrogar por meses, pero siempre bajo un estricto control constitucional. Pero de ahí a prorrogarlo siete años es otra descaradísima arbitrariedad que hace trizas la tutela judicial efectiva del imputado. Por tanto, con todo respeto, la huelga de los jueces contra el gobierno para evitar que el poder ejecutivo se entrometa en el poder judicial me parece tan discutible como respetable. Pero menos discutible y más respetable me parecería que dicha huelga de jueces se dirigiera también contra muchos de ellos para evitar que el poder judicial se entrometa hoy como nunca en el poder político. *Abogado Suscríbete para seguir leyendo
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