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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/07/2025 18:37
Julieta Silva, presa No son días sencillos en los tribunales para Julieta Silva, la mujer reconocida públicamente por haber asesinado en 2017 en Mendoza a Genaro Fortunato: lo atropelló y mató a la salida de un boliche. Este lunes por la mañana, perdió el beneficio de la prisión domiciliaria y fue enviada nuevamente a un penal. Lo que la llevó a prisión a Silva no fue la denuncia por violencia de género de su ex y padre de su hija que culminó en una causa por lesiones, sino una presentación anterior ante la Justicia por desobediencia y amenazas. Quien tomó la decisión de mandarla presa de nuevo fue el fiscal Fabricio Sidoti debido a un incumplimiento relacionado con la hija de su ex pareja: aparentemente, Silva tomó contacto con la menor a pesar de que estaba prohibido. Así, volvió al penal de San Rafael, el mismo donde ya había estado detenida en 2018 por la muerte de su novio Genaro Fortunato. Antes de ingresar a la cárcel, la mujer fue trasladada al cuerpo médico donde se le hicieron pericias de rigor. La mujer cuando fue detenida por el crimen de Genaro Fortunato A casi ocho años del hecho que la llevó a juicio por la muerte de su entonces pareja, el rugbier Genaro Fortunato, la situación judicial de Silva volvió a complicarse. Este lunes, la Fiscalía de Instrucción Nº2 de San Rafael, encabezada por el Sidoti, informó que Silva fue imputada en una nueva causa por los delitos de desobediencia y amenazas, en el marco de un expediente previo en el que ya había sido acusada por lesiones leves agravadas por el vínculo contra su actual pareja. De acuerdo con el comunicado oficial difundido por el Ministerio Público Fiscal de Mendoza, el nuevo expediente se originó en una denuncia radicada el 17 de julio. En esa presentación se reportó el incumplimiento de una orden de una jueza de Familia de restricción de acercamiento que le había sido impuesta a Silva respecto de la hija de su pareja y de la ex pareja de este hombre. Silva durante el juicio en el que fue condenada por homicidio culposo En ese mismo contexto, también se habrían registrado amenazas verbales, cuyos detalles no fueron divulgados, pero que surgieron con claridad a partir de declaraciones testimoniales incorporadas a la causa. Por todo esto volvió a la cárcel. Por ello, las autoridades también dispusieron la intervención del Equipo Técnico Interdisciplinario (ETI) a fin de garantizar la protección de la hija menor de edad de Silva. En ese marco, se resolvió que la niña quede bajo el cuidado de su abuela materna, como medida de resguardo inmediato. Violencia de género La imputación de este lunes se suma a la ya existente por un hecho ocurrido el pasado 12 de julio, cuando su actual esposo llamó de forma desesperada al 911 para denunciar una situación de violencia doméstica. Genaro Fortunato Según trascendió, el hombre realizó la llamada desde el baño de la vivienda, donde se había encerrado ante la agresividad de Silva. Cuando la Policía ingresó al domicilio, constató que el denunciante presentaba lesiones compatibles con violencia física, entre ellas una escoriación y una tumefacción. Tras esa denuncia, la justicia le impuso a Silva una prohibición de contacto con la víctima y le dictó prisión domiciliaria, permitiendo su permanencia en el hogar bajo el monitoreo de una tobillera electrónica, debido a que la pareja tiene una hija en común de apenas un año. “No fue más que una discusión“, dijo Silva tras ser imputada por “lesiones leves agravadas por el vínculo”, minimizando la situación que la volvió a poner en la misma de la Justicia la semana pasada. “Esto con el tiempo se va a arreglar, lo que está pesando acá es mi nombre“, agregó el pasado viernes. No terminaría ahí. La muerte de Genaro El nombre de Julieta Silva se hizo conocido en septiembre de 2017, cuando fue protagonista de un hecho que conmocionó a Mendoza. En la puerta del boliche “Mona Bar”, en San Rafael, atropelló y mató a Fortunato, quien corría a la par de su auto tras una discusión. Ambos estaban alcoholizados: ella con 0,98 gramos de alcohol por litro de sangre, él con 1,80. Según el fallo judicial, Silva realizó una maniobra de giro en U sin percatarse de que Fortunato estaba en el suelo intentando incorporarse. La rueda del vehículo le aplastó el cráneo. Por ese hecho, fue condenada en 2018 a tres años y nueve meses de prisión, además de ocho años de inhabilitación para conducir, en un fallo unánime del tribunal mendocino que consideró que se trató de un homicidio culposo agravado. La condena fue ratificada por la Suprema Corte de Justicia de Mendoza en 2019. En 2020, habiendo cumplido dos tercios de la pena, Silva recuperó la libertad. En diciembre de 2022, volvió a ser noticia al anunciarse su casamiento. El actual esposo es ahora quien la denunció por violencia de género y por haber tomado contacto con la hija que tenía de una relación previa.
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