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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 28/07/2025 04:32
El Gobierno sugirió que podría haber cambios en el esquema de metas con el FMI. Reuters El directorio del Fondo Monetario sesionará esta semana y, de aprobar la revisión de metas de reservas y de superávit, algo que descuentan en el Gobierno, enviará USD 2.000 millones al Banco Central. En el mercado creen que la próxima fase del programa con el FMI incluirá modificaciones a los objetivos de acumulación de dólares para hacerlos menos exigentes, y el propio Luis Caputo mencionó la semana pasada que el acuerdo técnico implicará algo “mejor” que el vigente. El organismo mencionó que el board discutirá el resultado de las negociaciones entre los funcionarios del equipo económico y el staff técnico sobre el final de julio y se espera que ese tratamiento tenga lugar el jueves. De esa forma, el proceso entre la culminación de la revisión de metas y el debate que dé luz verde a un nuevo desembolso, que típicamente tarda un par de semanas, se realizará de manera exprés. El FMI elogió la marcha del programa económico, destacó que el reajuste del esquema cambiario hacia un dólar flotante se hizo sin mayores inconvenientes y que la moneda norteamericana se mantuvo en el centro de la banda. No hizo mención a las metas en concreto: en el mercado la estimación era que el BCRA quedó al menos USD 4.000 millones por debajo de lo necesario, pero que sobrecumplió el objetivo de superávit. Acortando distancias En este sentido, el Tesoro retomó la estrategia de acumulación de reservas en la segunda mitad de julio, en un intento por acortar la distancia con esas metas y en medio del intercambio técnico con Washington. Según la consultora Vectorial, “los depósitos en dólares del Tesoro se incrementaron en 890 millones de dólares entre el 10 de julio y el lunes 21 de julio”, de los cuales una parte provino de un desembolso de 300 millones de la CAF. A partir de esa información, la consultora estimó que las compras netas del Tesoro oscilaron entre 550 y 600 millones de dólares durante ese período. LCG interpretó esta política como “un gesto para con el FMI en medio de la primera revisión del programa”, teniendo en cuenta que la meta de acumulación de reservas correspondiente a esa instancia no se cumplió. A pesar del esfuerzo, y luego de efectuar pagos por los títulos Bonares y Globales, las reservas brutas cayeron USD 1.400 millones en comparación con el cierre de junio. Esa contracción evidenció las dificultades para sostener el flujo positivo de divisas, aún en un contexto de asistencia multilateral. En paralelo, se firmaron nuevos acuerdos con organismos internacionales, que apuntaron a engrosar las arcas del Banco Central. LCG detalló que ingresaron USD 530 millones del BIRF y USD 1.200 millones del BID, aunque advirtió que no es claro cuándo tendrá lugar cada desembolso. Además, aún quedan pendientes USD 2.000 millones por parte del FMI, correspondientes a la revisión de junio que se cristalizará esta semana. Daza, Bausili y Caputo, saliendo por un streaming libertario Desde GMA Capital se agregó que, según adelantó el ministro de Economía, Luis Caputo, en comentarios realizados en la transmición que protagonizan funcionarios de su equipo en el canal de streaming Carajo, el programa, en esta nueva etapa podría incluir un “ajuste a la baja en la meta de acumulación de reservas”. El ministro de Economía habló de que lo convenido con el FMI es un “mejor acuerdo” que el actual, por lo que podría indicar que habrá novedades o reajustes en las metas y condiciones. La consultora financiera señaló que este cambio “podría tener un efecto dual”: por un lado, facilitar el cumplimiento del programa y, por el otro, implicar “menores esfuerzos por parte del BCRA para acumular reservas”, un aspecto que el mercado sigue con atención. Vectorial remarcó que la aprobación del FMI se dio “sin haber llegado a cumplir la meta de Reservas y sin waiver”. Para esa firma, el verdadero desafío radica en alcanzar los USD 8.600 millones necesarios para afrontar los pagos de deuda del Tesoro entre agosto y enero de 2026, a los que deben sumarse otros USD 1.160 millones correspondientes a compromisos del BCRA por los Bopreal. En este contexto, el Tesoro deberá continuar con las compras en el mercado, lo que “inevitablemente pondrá más presión alcista sobre el tipo de cambio”, advirtió el informe. Cuántas reservas Actualmente, las reservas netas se ubican en torno a los USD 5.000 millones, según estimaciones privadas. Para cumplir con la meta de septiembre acordada con el FMI, LCG calculó que aún restan por acumular otros USD 5.000 millones. Si se contemplan los compromisos asumidos y los desembolsos esperados, la exigencia neta se reduce a USD 4.820 millones. Esa cifra, sin embargo, aún representa un volumen difícil de alcanzar, especialmente si se consideran las opciones disponibles: “más deuda (difícil con el EMBI en torno a 750 puntos), lo producido por privatizaciones de empresas públicas (complicado en el cortísimo plazo) o mayores compras del Tesoro o BCRA al estilo de lo ocurrido en los últimos dos meses”. Ante un escenario, a priori, con menos ingresos de divisas que en el primer semestre, LCG alertó que “mayores tensiones en el mercado de cambios están a la vuelta de la esquina”. En esa línea, Suramericana Visión planteó que el ingreso transitorio de divisas podría “incrementar la liquidez en dólares disponible para el Banco Central”, lo que ayudaría a moderar las presiones cambiarias en los meses previos a las elecciones. No obstante, esa consultora también anticipó que el Gobierno intentaría “extender la fecha de corte para la siguiente revisión de las metas del programa”, con el objetivo de ganar tiempo para reforzar las reservas. Bajo esa estrategia, se habilitaría una suerte de pausa en las compras de divisas tras el desembolso del FMI y hasta después del ciclo electoral. Esa decisión buscaría “contener las tensiones cambiarias en ese interín”, señalaron. Hoja de ruta En el marco de esta hoja de ruta, Suramericana proyectó una economía que, en la antesala electoral, logró “mantener acotada la volatilidad del tipo de cambio” y una inflación mensual por debajo del 2%, aunque “a costa de una desaceleración del nivel de actividad, tasas de interés más altas y un mayor endeudamiento con el FMI”. Por último, un informe publicado por la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia expuso la magnitud del vínculo financiero de la Argentina con el Fondo Monetario. Según ese análisis, el país “lidera en todos los indicadores de deuda con el FMI”: es el que más le debe (USD 55.000 millones), el que presenta el mayor excedente respecto de su cuota (USD 38.000 millones, 1.263%) y el que tiene el endeudamiento más alto en relación a su PBI (8,1 por ciento). Estos datos reflejan la centralidad que asumió el organismo en la política económica argentina en los últimos años.
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