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» Data Chaco
Fecha: 27/07/2025 20:00
Puerto San Julián, una pequeña localidad de 17 mil habitantes en la provincia de Santa Cruz, convive desde hace seis años con un crimen que aún no tiene resolución. Zulma Malvar, la única obstetra del pueblo, fue encontrada asesinada en su casa el 18 de julio de 2019. Desde entonces, la causa judicial no logró identificar al responsable , y los reclamos de justicia por parte de su familia y la comunidad no cesan. Zulma tenía 63 años y una extensa trayectoria en el sistema de salud local. Vivía sola junto a su madre, de edad avanzada, y era reconocida por haber asistido a cientos de nacimientos en la región. Aquella mañana, tenía dos cesáreas programadas, pero nunca se presentó al hospital Distrital Miguel Lombardich. Su hijo Alejandro, al recibir el aviso por su ausencia, fue quien llegó a su casa y la encontró sin vida en el patio: estaba boca abajo, semidesnuda, con signos de haber sido brutalmente golpeada y estrangulada . La autopsia confirmó que murió por asfixia. "No entendemos lo que pasó. Ella era muy querida acá", expresó Alejandro, su hijo mayor, en diálogo con medios nacionales. A pesar del impacto social del caso, el expediente judicial no muestra avances concretos y los investigadores todavía esperan resultados de pericias clave. La escena y las primeras dudas Desde el primer momento, se descartó la hipótesis de un robo. La puerta no estaba forzada y la billetera de Zulma seguía sobre la mesa, con dinero en su interior. Nada faltaba de la casa. Para los investigadores, esto refuerza la posibilidad de que la víctima conociera al asesino y que lo haya dejado entrar. En el domicilio también se encontraba su madre, Nélida, de 86 años, quien padecía demencia senil. No presentaba signos de violencia y falleció tres meses después, sin haber tomado conciencia de lo ocurrido con su hija. "La causa está activa, pero el paso del tiempo la afecta. Aún esperamos dos pericias: el cotejo de ADN de dos personas que vivían cerca de mi mamá y se mudaron a Chubut, y la geolocalización de un celular vinculado al expediente. Esas son nuestras últimas esperanzas", explicó Alejandro. Sospechas, omisiones y un expediente de 5.000 fojas La investigación judicial, a cargo del Juzgado de Instrucción Penal Nº 1 de Santa Cruz, acumula 25 cuerpos y más de 5.000 fojas. Aunque se tomaron decenas de declaraciones y se realizaron numerosos estudios forenses, no hay una línea firme de investigación. Se encontraron rastros genéticos de dos personas, un hombre y una mujer, que están siendo cotejados con unas 20 muestras. Sin embargo, aún se aguardan los resultados de dos individuos que ya no residen en Puerto San Julián. Además, desde hace tres años, la familia espera un perfil criminológico que nunca se elaboró. "Los primeros días de una investigación son fundamentales, y nosotros llevamos años sin saber el resultado de pericias que podrían haber sido clave" , lamentó el hijo de Zulma. Uno de los aspectos más polémicos del expediente fue la aparición de un supuesto forense en la escena del crimen, que tomó fotografías del cuerpo y las compartió con varias personas. "Dijo que era forense, pero no lo era. Declaró recién cuatro años después y fue sobreseído. No entiendo por qué lo protegen. Hubo testimonios que lo señalaron como violento, incluso que mi mamá le tenía miedo, pero yo no lo conocía. Ella nunca me habló de él", sostuvo Alejandro. Una vida dedicada a cuidar vidas Zulma Malvar nació en San Juan, estudió en Córdoba y se instaló en Puerto San Julián en 1995. Era madre de tres hijos (Alejandro, Paula y Andrés) y abuela de una joven de 24 años. Además de trabajar en el hospital, también ejercía como docente en la Universidad Nacional de la Patagonia Austral. "Vivía para su trabajo. Ayudó a nacer a muchos chicos y adolescentes del pueblo. No tenía horarios: si había una urgencia, ella iba", recordó su hijo. En su tiempo libre, cultivaba plantas y practicaba mosaiquismo, actividades que planeaba retomar con más dedicación al momento de su jubilación. Marchas y silencio En los últimos días, los vecinos de Puerto San Julián volvieron a marchar para pedir justicia. En las paredes, las avenidas y hasta en las esquinas del pueblo, se repite la misma pregunta que aún no tiene respuesta: ¿Quién mató a Zulma? "Hay gente que no se anima a hablar", aseguró Alejandro. A seis años del crimen, la herida continúa abierta y la familia teme que el caso quede impune. El asesino sigue libre, mientras el pueblo entero espera justicia por la mujer que acompañó tantas vidas desde su primer respiro. Notas Relacionadas
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