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» Radio Sudamericana
Fecha: 27/07/2025 13:44
Domingo 27 de Julio de 2025 - Actualizada a las: 13:20hs. del 27-07-2025 ESTUDIOS Un estudio de la consultora Ad Hoc reveló que Javier Milei lidera el ranking de insultos en redes entre figuras políticas. Lucas Raffo, politólogo y autor del informe, analizó en Radio Sudamericana cómo se construye poder con agresividad digital, qué papel juegan los medios y por qué esta estética puede tener un alto costo social. El presidente Javier Milei es el político argentino que más insultos profirió en redes sociales en los últimos dos años y medio. Así lo reveló un estudio de la consultora Ad Hoc, que contabilizó más de 1.500 insultos en posteos o interacciones realizadas por el mandatario en plataformas digitales. La cifra lo ubica por encima de cualquier otro dirigente de cualquier espacio político. El informe titulado “La provocación permanente”, que analiza 27,5 millones de insultos publicados en redes entre enero de 2023 y junio de 2025, destacó que la violencia verbal creció un 90% desde que comenzó la gestión libertaria, y el presidente no solo no escapa de esa lógica, sino que la protagoniza. error cargando audio... “Lo que vemos es que Milei marca el tono de la conversación digital. Es el principal provocador no anónimo, y además es premiado electoralmente por eso. Genera agenda a través del insulto”, explicó Lucas Raffo, politólogo y director de Ad Hoc, en diálogo con Radio Sudamericana. Según el informe, las redes sociales pasaron de ser espacios de diálogo a convertirse en territorios de provocación y agresividad. El estudio clasifica a los actores digitales en tres tipos: trolls, provocadores y amplificadores. Milei cumple el rol de provocador con legitimidad pública, cuya influencia impacta tanto en el discurso de otros dirigentes como en la cultura política general. “Hay una estética del insulto que se legitima desde la cúspide del poder. Milei propone ese estilo, y otros lo imitan: empresarios, periodistas, opositores y oficialistas. Eso genera un clima de época violento, crispado, con pocas chances de diálogo”, advirtió Raffo. La consultora identificó que el insulto no es exclusivo de La Libertad Avanza: también lo reproducen figuras del PRO, del peronismo y de medios masivos, lo que convierte a la confrontación permanente en un fenómeno transversal. Las redes ya no conectan: entretienen y polarizan El estudio señala que la atención es el recurso más valioso en el ecosistema digital, y que la agresión, más que las propuestas, se volvió la vía rápida para captarla. “Las plataformas dejaron de ser redes para unir personas. Son fábricas de dopamina, diseñadas para entretener y generar adicción. En ese entorno, el que insulta gana visibilidad. Y en política, el que capta atención, gana poder”, destacó. La investigación también sostiene que la mayoría de los usuarios no genera contenido, pero consume lo que produce una minoría muy activa, apenas el 1%, que marca agenda y estilo. Son esas minorías las que sostienen la conversación pública con tono beligerante, en un “círculo vicioso de tribalismo digital”. ¿Qué consecuencias tiene esta lógica? Uno de los riesgos es que la violencia verbal se naturalice como única forma de expresión política válida. Según Raffo, esto puede derivar en mayor apatía social, caída de la participación electoral, polarización emocional y deslegitimación del sistema democrático como espacio de acuerdos. “El insulto paga a corto plazo, pero cobra a largo plazo. Hay una sociedad cansada, exigida, con menos paciencia. Si el clima de agresión se instala como única vía para llamar la atención, el resultado puede ser devastador”, alertó el analista. En este sentido, el informe recuerda que el rol del presidente debería ser el de un conductor templado: “Cuando hay una sociedad enojada, el liderazgo debería aportar mesura. Pero en este caso, el poder refuerza la violencia, no la modera”, lamentó Raffo. ¿Qué pasará cuando el insulto deje de funcionar? La sostenibilidad de este estilo confrontativo es una de las dudas que se plantean en el análisis. Según Raffo, la historia reciente de la política argentina muestra que el respaldo social puede diluirse cuando las formas, y no solo el fondo, se vuelven intolerables. “Milei aún retiene apoyo por la promesa de estabilidad económica. Pero si eso deja de ser percibido como un logro excepcional, la gente podría empezar a rechazar la agresión permanente. La sociedad ya se hastió antes de otros estilos. Esta estética no está exenta de ese riesgo”, señaló. Datos del informe “La provocación permanente” de Ad Hoc:
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