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  • Emanuel Fellay: “La rentabilidad es finísima y hace falta una revolución impositiva y laboral”

    Parana » 2 Florines

    Fecha: 27/07/2025 10:37

    El joven empresario, socio de EntreNuts, reconoció que este año enfrentan un complejo escenario en el mercado interno, sobre todo por el impacto de los costos que los obliga a ser más eficientes. Planteó la necesidad de que bajen las tasas para que las pymes accedan a financiamiento. A pesar del contexto, destacó que la nueva planta ya está en marcha y proyectan crecer en exportaciones. Por Nahuel Amore EntreNuts es la empresa entrerriana que nació en pandemia y se constituyó en un modelo a seguir a nivel nacional, sobre todo por la impronta joven de los tres socios que la crearon. La fábrica de alimentos, con sede en la ciudad de Colón, cumplió ya cinco años de vida y, a pesar de los vaivenes propios de la macro argentina, sigue adelante con nuevos proyectos, especialmente a partir la nueva planta que les permitirá multiplicar la producción, abastecer al país y crecer con mayor fuerza en el exterior. Emanuel Fellay, la cara más visible de la pyme entrerriana, repasó con orgullo y soltura las inversiones que llevan adelante. La reinversión de utilidades es el capital que los empuja a sumar infraestructura, tecnología y personal calificado, pero advirtió por la necesidad de políticas de financiamiento de largo plazo, más aún en momentos en los que “la rentabilidad es finísima” y los obliga a ser aún más estrategas para eficientizar la elevada estructura de costos. Por otro lado, sin tapujos, coincidió con las reformas estructurales pendientes que reclama la mayoría del sector privado para bajar el costo argentino. “Hoy hace falta una revolución impositiva y laboral”, sintetizó en entrevista con DOS FLORINES. Al respecto, apuntó a las importantes contribuciones sociales para tener trabajadores en blanco e incluso los riesgos latentes de enfrentar juicios laborales. Al mismo tiempo, pidió por una menor carga tributaria e infraestructura energética para que las industrias se desarrollen. Un año complejo —¿En qué situación está hoy la empresa, tras un 2024 de cambios y este año con una caída generalizada del consumo interno? —Para nosotros, 2024 fue al contrario de todo, un año de mucho crecimiento. Crecimos casi por tres en ventas unitarias. Somos una empresa en pleno crecimiento y esa tendencia se dio por sumatoria de nuevos clientes y desarrollo de nuevos mercados que se fueron complementando con la venta actual. Y este año viene siendo complejo. Seguimos con un poco de crecimiento, pero es un año muy difícil en materia de rentabilidad, de costos. Hay que trabajar muy minuciosamente y dedicarle muchísima cabeza para que la rueda siga girando, para el funcionamiento de la empresa. Hay que estar mucho más encima que en tiempos anteriores en que la inflación corregía algunos errores estratégicos de la empresa y hoy no te podés dar ese lujo. —¿En qué, por ejemplo, tienen que ser más eficientes? —Hoy particularmente es la eficiencia en costos por la competitividad. Hay que hacer un buen trabajo en la gestión de proveedores y todos los costos, sea laboral, de materia prima, impuestos, logísticos y demás. Hay que minimizar lo máximo posible para poder maximizar lo máximo posible la rentabilidad que es cada vez más acotada. Hoy el mercado financiero, con el cual nos podríamos apalancar para seguir teniendo crecimiento, también las tasas son exorbitantes. —A pesar de la baja nominal de tasas, el costo de financiamiento se encareció en términos reales. —Sí. Antes estábamos más acostumbrados a tener tasas negativas y ahora pasamos a tener tasas positivas que complejizan el capital de trabajo, la inversión. Un gran problema que tenemos son los plazos. Si hacés una inversión muy grande, el máximo plazo son 5 años y, en ocasiones, 10 años. Eso te ahoga financieramente desde el día uno. No existen los plazos de gracia y el tiempo de pago que te dé un poco más de respiro. —¿De qué modo están siendo más eficientes? ¿Con personal capacitado, con nuevas tecnologías, inteligencia artificial…? —Hoy es mucho management. Estamos con mucha cabeza, mucha estrategia, negociando con nuestros proveedores. La empresa hoy se ha vuelto mucho más poderosa a la hora de negociar con proveedores. Movemos un volumen bastante considerable para lo que es el mercado interno. Hemos logrado con nuestros proveedores trabajar de muy buena manera. Somos una empresa que busca el largo plazo, no somos oportunistas. Hoy hay mucha oferta en el mercado y aparecen precios distorsivos. Pero nosotros pregonamos seguir laburando a largo plazo y desarrollando un negocio conjunto con cada uno de nuestros proveedores. Ahí es donde podemos hacer un poco más la diferencia. Inteligencia artificial estamos intentando incorporar. Venimos caminando sistemas y también tecnología. Invertimos mucho en maquinaria y ahora estamos camino a implementar inteligencia artificial en toda nuestra línea de producción, para hacer un seguimiento y tener toda la información sistematizada para tener un estilo de Chat GPT dentro de nuestro IRP. Hoy la información es poder y te sirve muchísimo para tomar decisiones. —Desde sus inicios en 2020, se caracterizaron por ser un equipo joven con una impronta distinta. ¿Hoy cómo es la plantilla de personal que lleva a cabo estos cambios? —Hemos ido cumpliendo un poco más de años y se va tirando para arriba el promedio de edad. Seguimos teniendo un equipo joven, pero también en puestos estratégicos hemos sumado experiencia de gente que viene de otros sectores y es necesario, porque les toca liderar equipos y llevar adelante proyectos más complejos. Estamos pregonando la experiencia porque los tres socios venimos de la ciencia económica y lideramos una empresa de alimentos. En todas las aristas de la empresa buscamos gente que nos complemente y aporte esa expertise que no tenemos para poder tomar las mejores decisiones. Nueva etapa de la empresa —Ya cumplieron cinco años y pasaron la etapa más difícil de consolidación y crecimiento inicial de la pyme. ¿En qué momento está la empresa? —Hemos logrado consolidarnos. Ahora hicimos una inversión muy grande de nuestra planta nueva que estamos pronto a inaugurar y que ya empezó a funcionar hace un mes y medio más. Nos hemos consolidado como una empresa productiva, con certificación, ampliando mercados y ahora resolvimos uno de los grandes inconvenientes que teníamos que era la capacidad productiva. Desde que arrancamos, estuvimos un poquito atrás de lo que nos demandaba el mercado. Pero ahora cumplimos el sueño de poder salir a desarrollarnos en mercados internacionales y crecer en el mercado nacional. Nuestro gran desafío para el resto del año y de los próximos es poder terminar de establecernos en el mercado nacional y seguir ampliando el mercado internacional. —Del 100%, ¿cuánto se destina al mercado nacional y cuánto exportan? —Hoy estamos más o menos en un 90% de mercado nacional y un 10% de exportación. Pero es un número relativo porque antes no podíamos atender el mercado exterior porque no teníamos capacidad productiva para hacerlo e tampoco normas que algunos países nos ponían como requisito. Hoy sí podemos hacerlo. Creemos y queremos trabajar para que de acá los próximos 3 o 5 años las exportaciones pasen a ser cerca del 50% de la facturación de la empresa y obviamente seguir creciendo en el mercado nacional que nos aporta gran parte de nuestra facturación y liquidez. —¿A qué países exportan actualmente? —Hoy estamos en Chile, Uruguay, Brasil, Estados Unidos, Arabia Saudita y ahora que obtuvimos la certificación estamos desarrollando mercados como Reino Unido, República Checa y estamos negociando con varios países para poder ampliar nuestra participación en el comercio exterior. —¿Hay algún mercado exterior que les atrae poder captar o son materias pendientes? —Sí. Hay mercados más exóticos. Sabemos que Medio Oriente es un mercado de mucho consumo; Asia también, China particularmente. Estados Unidos es el mayor consumidor del mundo per cápita y es nuestro mayor mercado hoy. Podés entrar en esos mercados que mueven un volumen astronómico para nuestra empresa, pero también donde la rentabilidad es mucho más chica. Ahí ya empezás a competir netamente por precio y creo que hoy, al ponernos de igual a igual, competimos con India, con China, con Estados Unidos, con países que ya están mucho más industrializados, con más tecnología, con créditos a largo plazo, menos burocracia, menos impuestos. Toda esa maraña hace que a la hora de ponernos de igual e igual, no seamos competitivos. Tenemos que ir estratégicamente desarrollando mercados nicho donde podamos diferenciarnos. Rentabilidad y competitividad para las pymes —Mencionaste varias veces la palabra rentabilidad. ¿La ecuación está muy fina? ¿Trabajan a pérdida? —Sí, la realidad es que hoy la rentabilidad es finísima. El crecimiento de los costos fijos, la no posibilidad de aumento de precios para ser competitivo en el mercado, genera una reducción muy grande en la rentabilidad que te afecta a la caja diaria, al día a día. Impacta más a nosotros que venimos desde hace cinco años tomando créditos e invirtiendo el 100% de toda la rentabilidad y la utilidad de la empresa para seguir creciendo. Por ahí llegan momentos en los cuales no te da el punto de equilibrio financiero y hay meses en los que queda algún numerito en rojo, pero siempre trabajando para mejorarlo. Son cosas que pueden pasar. El mercado está muy cambiante. Hay meses buenos y no tan buenos. Hay que ir a aggiornándose al mercado y siendo cada vez más estrategas con los costos variables y fijos para minimizar esos riesgos. —Si tuvieras frente a frente al gobernador, el presidente o un ministro importante, ¿qué sugerencia le harías que hace falta para que las pymes tengan una mirada más allá del corto plazo? —Hay dos temas principales. Hoy hace falta una revolución impositiva y laboral. Hay muchas cosas para las pymes que nos complejizan. Venimos creciendo y somos casi 75 personas dentro de la empresa en tan sólo cinco años, pero hoy por ejemplo contratamos un empleado y pagamos un empleo y medio y un poquito más entre aportes y cargas sociales de contribuciones. Hay muchas cosas que hoy nos ponen un freno a la hora de tomar gente, comos los juicios laborales, el litigio y demás. —¿Les preocupa la litigiosidad laboral? —Siempre preocupa porque tenés prácticamente todas las de perder. —¿Y a nivel impositivo? —A nivel impositivo, si tuviéramos dentro de la cadena de impuestos algunas reducciones, seríamos muchísimo más competitivos a nivel de exportación y podríamos exportar tres, cuatro o cinco veces más de lo que lo hacemos hoy. Hay centavos que nos diferencian de un mercado mucho más grande donde podemos entrar e ingresar divisas que necesita el país. Hacen falta simples cosas. No estamos pidiendo una reforma total impositiva y laboral, pero sí que nos saquen un poco el pie de encima y la soga del cuello. Es necesario. —Esta problemática sale a la luz mucho más en momentos de costos altos… —Sí, lo mismo de los costos fijos, los servicios, la energía. Ahora invertimos cerca de 2 millones de dólares en esta planta nueva y tuvimos que pagar cerca de 100 millones de pesos para traernos la luz no más. A su vez, tenemos que pagar los impuestos y el servicio. A la luz te la tendrían que brindar para que vos puedas establecerte y desarrollarte. A esos 100 millones de pesos podrías invertirlos en otras cosas que te generen un rédito y, por el contrario, solamente los estás invirtiendo para que te llegue un servicio. El mismo prestador te lo tendría que dar. Hoy en la ciudad de Colón se está trabajando en un parque industrial y podríamos crecer como empresa acá. Hoy tenemos distintos tipos de procesos productivos separados: dos plantas acá, en Córdoba producimos maní, en Maciá hacemos miel… Todas esas cosas complejizan a la industria y no la dejan desarrollarse. —¿Y qué otro tema plantearías a un funcionario? —Por último el tema crediticio. Es sumamente importante para las pymes. No hay crecimiento sin endeudamiento. No hay forma de que rentabilidad anterior o con la actual las empresas podamos crecer e invertir. La renta es muy chica y te llevaría muchísimo tiempo lograr un crecimiento con una rentabilidad propia. Una inversión de largo plazo requiere de tasas más considerables. Estamos pagando un capital de trabajo 42% y cuando te cruzás a Brasil están pagando el 4 o 5% anual. Es abismal la diferencia y eso en la competitividad mundial se nota.

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