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  • El BCRA cumplió 90 años

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 27/07/2025 08:32

    El aniversario del BCRA pasó inadvertido porque no hay nada que celebrar: su pasado es trágico (Foto: Reuters) Este año, el Banco Central de la República Argentina cumplió 90 años desde su creación en 1935. Su aniversario pasó inadvertido porque no hay nada que celebrar: su pasado es trágico. En ese período: Le sumó 16 ceros a la moneda Implementó cinco signos monetarios Atravesó dos hiperinflaciones En varias oportunidades agotó todas sus reservas internacionales . La mayor parte de su existencia estuvo marcada por alta inflación, controles cambiarios y prohibiciones de diversa índole, entre otras calamidades monetarias. Argentina es reconocida mundialmente por su problema crónico con la inflación, lo que implica, en definitiva, que es conocida por tener un Banco Central deficiente. Respecto al control de cambios, el BCRA impuso restricciones durante cerca de 70 años, es decir, el 75% de su historia. Esta política fue una constante, adoptada por gobiernos militares, peronistas o radicales, sin distinción. Impuso restricciones cambiarias durante cerca de 70 años, es decir, el 75% de su historia Durante los únicos 20 años sin cepo (un cuarto del tiempo), el tipo de cambio estuvo unificado, pero no era libre. La Convertibilidad fue el único período de estabilidad monetaria desde la creación del BCRA, aunque el tipo de cambio no flotaba, sino que permanecía fijado por ley. En otros períodos tampoco flotó: el Estado liquidaba todas sus reservas para mantener el valor del dólar (período de Cristina Fernández de Kirchner, primera presidencia), o tomaba deuda externa para el mismo fin (gobierno de Cambiemos). El fracaso del BCRA se debe, fundamentalmente, a que nunca respetó su mandato institucional. En lugar de cuidar la moneda, realizó emisiones para financiar al Estado. Casi noventa años en los que solo funcionó como la caja del Estado. En las últimas nueve décadas, las cuentas públicas reflejaron un abultado déficit fiscal, financiado principalmente con emisión monetaria En las últimas nueve décadas, las cuentas públicas reflejaron un abultado déficit fiscal, financiado principalmente con emisión monetaria en magnitudes suficientes para consolidar una elevada inflación crónica. Al inicio de la Convertibilidad, se alcanzó un equilibrio transitorio en las cuentas públicas gracias a los ingresos extraordinarios provenientes de las privatizaciones. A comienzos del nuevo milenio, se registró un superávit fiscal, aunque fue consecuencia del cese en el pago de la deuda pública.+ Juan Domingo Perón nacionalizó el BCRA para tener acceso directo a la emisión monetaria y financiar al Estado Juan Domingo Perón nacionalizó el BCRA para tener acceso directo a la emisión monetaria y financiar al Estado. Puede afirmarse que fue la única política de Estado constante durante casi noventa años: poner en marcha la impresora de billetes sin distinción de signo político. Desde entonces, Argentina experimentó anualmente inflaciones de dos dígitos en forma crónica. Durante la tercera presidencia de Perón, el déficit fiscal y la inflación treparon a tres dígitos porcentuales, desembocando en la hiperinflación de 1989/90 con índices que superaron el cinco mil por ciento. Durante la tercera presidencia de Perón, el déficit fiscal y la inflación treparon a tres dígitos porcentuales En los años noventa, cuando se eliminó el financiamiento al Estado, la inflación descendió a cero. Fue la primera vez, desde la existencia del BCRA, que Argentina no registró inflación. Con el kirchnerismo, reaparecieron las viejas prácticas. El BCRA volvió a emitir para financiar al Estado y la inflación retomó su carácter crónico. El déficit fiscal se incrementó hasta el quince por ciento del PBI, y tras el paso del peronismo, la inflación subió nuevamente a tres dígitos, dejando a la sociedad al borde de otra hiperinflación. Con el kirchnerismo, reaparecieron las viejas prácticas. El BCRA volvió a emitir para financiar al Estado y la inflación retomó su carácter crónico Durante casi noventa años, la política argentina se manejó sin restricción presupuestaria, gastando para conseguir votos y emitiendo para financiarlo. Cuando la inflación emergía, la dirigencia culpaba al sector privado e imponía controles de precios y cambiarios. Estas medidas contaban con el respaldo teórico de economistas locales que aún hoy sostienen el concepto de “inflación multicausal”. En 2023 el déficit fiscal consolidado llegó al 15% del PBI y el BCRA emitió el 13% del PBI, lo que equivalió a tres bases monetarias en un solo año, además de mantener pesos restringidos por otras tres. En 2023 el déficit fiscal consolidado llegó al 15% del PBI y el BCRA emitió el 13% del PBI, lo que equivalió a tres bases monetarias en un solo año El exceso de pesos amenazaba con desencadenar una nueva hiperinflación, que el gobierno de Javier Milei pudo desactivar con notable pericia. Ese fue el inicio de una nueva etapa en la gestión del BCRA. El upgrade institucional del BCRA El esquema monetario consolidado actualmente representa una transformación institucional trascendental para el BCRA. Este nuevo marco se caracteriza por la implementación de metas de agregados monetarios, junto a un tipo de cambio libre y tasas de interés determinadas por el mercado. Por primera vez en su historia, la institución opera bajo un esquema en el que el tipo de cambio y la tasa de interés flotan, mientras el Banco Central promete un control estricto sobre la creación primaria de dinero (Base Monetaria). La política monetaria se torna creíble y realizable gracias a la eliminación del déficit fiscal, una condición nunca antes lograda en el siglo. La política monetaria se torna creíble y realizable gracias a la eliminación del déficit fiscal En 2024, Argentina realizó un ajuste histórico del 15% del PBI para equilibrar las finanzas públicas, lo que implicó la reducción de un tercio del tamaño del Estado. El país pasó de tener el mayor déficit fiscal del mundo a integrar el grupo de cinco países con equilibrio en sus cuentas públicas, junto a Suiza y Noruega. El país pasó de tener el mayor déficit fiscal del mundo a integrar el grupo de cinco países con equilibrio en sus cuentas pública El equilibrio fiscal alcanzado por el Tesoro Nacional elimina la necesidad de que el BCRA emita para financiar al Gobierno. De igual forma, la eliminación de la deuda remunerada del Banco Central erradicó el déficit cuasifiscal y suprimió otra fuente de expansión monetaria. El BCRA también dejó de emitir dinero para acumular reservas dentro de bandas preestablecidas. De ahora en adelante, el Tesoro con superávit fiscal será el encargado de adquirir dólares para el pago de la deuda. De ahora en adelante, el Tesoro con superávit fiscal será el encargado de adquirir dólares para el pago de la deuda Esta serie de medidas otorga al BCRA un control pleno sobre la creación primaria de dinero. La creación secundaria corresponde al crédito en la economía. El crédito entre privados no genera inflación, un tema que se abordará en otro análisis. En los últimos dieciocho meses, el BCRA gestionó la transformación de la liquidez heredada (tres bases monetarias en Leliq) en base monetaria tradicional. Este proceso se llevó a cabo al ritmo permitido por la recuperación de la demanda de pesos impulsada por el crecimiento económico. Esencialmente, la voluminosa bola de Leliq se convirtió en base monetaria no remunerada. La voluminosa bola de Leliq se convirtió en base monetaria no remunerada La Base Monetaria crecía mientras la Base Monetaria Amplia permaneció estable. Esta dinámica fue clave para el saneamiento monetario, logrando evitar nuevas presiones inflacionarias. En términos sencillos, el crecimiento económico aumentaba la demanda de pesos, mientras el BCRA había dejado de emitir desde hacía un año. Así, la única fuente de pesos para el sector privado fue desarmar posiciones en títulos públicos, ya sean del BCRA o del Tesoro. La mayor demanda de pesos facilitó el desarme de los pasivos remunerados del BCRA sin impedir que la inflación continuara su descenso. Este mecanismo operará hasta eliminar totalmente el exceso de pesos y permitir la liberación total del mercado de cambios. Tasa de interés y tipo de cambio libres La implementación de metas de agregados monetarios con tipo de cambio libre y tasas de mercado implica un cambio de paradigma. Argentina, durante décadas bajo dominancia fiscal, nunca pudo implementar este sistema. La implementación de metas de agregados monetarios con tipo de cambio libre y tasas de mercado implica un cambio de paradigma Se trata de un salto de magnitud inédita en política económica. El equilibrio fiscal y la estabilidad monetaria sientan las bases para un sistema en el que todos los precios, incluso el tipo de cambio y las tasas de interés, son libres. Es la primera vez, desde la fundación del BCRA, que esto sucede. En una economía con precios libres, se evita la acumulación de tensiones sobre las variables económicas, ya que los precios cumplen la función de señales genuinas en la asignación de recursos. Si la oferta de pesos es insuficiente, la tasa de interés subirá; si faltan dólares, aumentará el tipo de cambio. Si la oferta de pesos es insuficiente, la tasa de interés subirá; si faltan dólares, aumentará el tipo de cambio Mercado y entidades financieras atraviesan un proceso de adaptación a esta nueva estructura. La gestión de liquidez por parte de las instituciones financieras ha sufrido una transformación radical, porque el BCRA dejó de intervenir directamente en el mercado de tasas. Surgió rápidamente un mercado de liquidez entre privados, sin injerencia del BCRA. Ahora, la influencia del BCRA sobre la tasa resulta indirecta y se ejerce mediante operaciones de mercado abierto, reservadas exclusivamente para cumplir las metas de agregados monetarios. Este aspecto es fundamental para definir el nuevo rol del Banco Central, enfocado solo en la estabilidad general de precios y el valor de la moneda, excluyendo la fijación de precios relativos. Tras noventa años de fracasos, el equilibrio en las cuentas públicas permitió eliminar la dominancia fiscal (Foto: Reuters) En síntesis, el upgrade institucional del BCRA es histórico. Tras 90 años de fracasos, el equilibrio en las cuentas públicas permitió eliminar la dominancia fiscal. El BCRA tiene ahora control pleno sobre la creación de dinero, lo que hace posible la flotación del tipo de cambio y de las tasas de interés. En perspectiva histórica, la inflación crónica fue consecuencia de una forma particular de hacer política en Argentina: gastar para captar votos y financiar ese gasto con el BCRA. El denominado “plan platita” fue la última expresión de un esquema repetido durante décadas. Abandonar noventa años de inflación exige un nuevo consenso social que afiance la prudencia fiscal como Política de Estado. El autor es director de la consultora Econométrica

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