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Parana » AIM Digital
Fecha: 27/07/2025 05:18
Científicos han logrado fotografiar por primera vez los filamentos de la red cósmica que forma la estructura invisible que conecta las galaxias y alimenta su crecimiento desde hace casi 12.000 millones de años. Aunque parezca contraintuitivo, el espacio no está vacío. Está atravesado por una inmensa red de hilos de materia tan tenues que pasan desapercibidos incluso para nuestros telescopios más potentes. Los astrónomos llaman a esta estructura la red cósmica, el andamiaje invisible sobre el que se construye todo el universo visible. Hasta ahora, estos filamentos existían solo en modelos informáticos y teorías científicas. Pero un equipo internacional de investigadores ha conseguido capturar por primera vez esta tela de araña que mantiene unido el cosmos. El equipo internacional de investigadores —liderado por científicos de la Universidad de Milano-Bicocca y el Instituto Max Planck de Astrofísica—ha obtenido una imagen de alta definición sin precedentes de un filamento cósmico dentro de esta red que conecta dos galaxias activas en formación. Lo ha logrado usando MUSE (Multi-Unit Spectroscopic Explorer), un espectrógrafo instalado en el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile. "Al capturar la tenue luz emitida por este filamento, que viajó durante casi 12 000 millones de años para llegar a la Tierra, pudimos caracterizar con precisión su forma", explica Davide Tornotti, estudiante de doctorado en la Universidad de Milano-Bicocca y uno de los autores del artículo publicado en Nature Astronomy. "Por primera vez, pudimos trazar el límite entre el gas que reside en las galaxias y el material contenido en la red cósmica mediante mediciones directas". Los filamentos que unen el cosmos Los investigadores aseguran que la materia que hay entre el espacio de las galaxias se distribuye en una vasta red de estructuras filamentosas interconectadas que forman lo que conocemos como red cósmica. Esta arquitectura invisible constituye uno de los pilares de la cosmología moderna y los astrofísicos creen que está construida principalmente por materia oscura, una escurridiza sustancia que todavía no hemos podido observar, pero que representa aproximadamente el 85 por ciento de toda la materia del universo. En las intersecciones de estos filamentos emergen las galaxias más brillantes, mientras que dentro de los propios filamentos, asegura el equipo, el gas fluye para alimentar la formación de estrellas. La red cósmica actúa como el andamiaje sobre el cual se construyen todas las estructuras visibles del universo. Sin embargo, estudiar el gas dentro de esta red cósmica ha sido hasta ahora imposible. "El gas intergaláctico ha sido detectado principalmente de forma indirecta a través de su absorción de luz de fuentes brillantes de fondo", explican los investigadores. Incluso el elemento más abundante, el hidrógeno, emite solo un brillo tenue, haciendo básicamente imposible para los instrumentos de generación anterior observar directamente estos filamentos. Primera foto de la red cósmica Tornotti y su equipo tuvieron que realizar uno de los análisis más ambiciosos que se han realizado nunca con Muse en una sola región del cielo. El experimento conllevó cientos de horas de observación a lo largo de varias temporadas hasta que se logró detectar el filamento. La imagen muestra un filamento que se extiende a través de una distancia de 3 millones de años luz, conectando dos galaxias que albergan agujeros negros supermasivos activos. Esta observación significa un salto hacia atrás en el tiempo y captura una instantánea del cosmos en su infancia, cuando el universo tenía apenas unos 2.000 millones de años de edad. El filamento proviene de una región del cielo donde dos antiguos cuásares brillan a más de 11.000 millones de años luz de distancia. El equipo asegura que la imagen se reveló gracias al brillo que ilumina desde atrás un tenue puente de hidrógeno que se extiende entre ellos. La luz deja ver un gas difuso fluyendo a lo largo de una autopista gravitacional hacia las afueras de las galaxias. Una nueva forma de entender el universo El equipo del Instituto Max Planck comparó estos resultados con las simulaciones por superordenador del universo que predicen la emisión de filamentos que se espera según el modelo cosmológico actual. Cuando los investigadores superpusieron el filamento predicho por la máquina sobre el observado en la imagen, la concordancia entre ambas fue sorprendentemente precisa. Los detalles finos del brillo se alinearon con nudos en el modelo, sugiriendo que las simulaciones habían acertado lo que ha diseñado el universo de manera natural con una fidelidad impresionante. "Cuando se compara con la novedosa imagen de alta definición de la red cósmica, encontramos un acuerdo sustancial entre la teoría actual y las observaciones", asegura Tornotti. Este descubrimiento abre nuevas vías para entender las propiedades del gas dentro de los filamentos intergalácticos y para ampliar nuestra comprensión de la formación y evolución de las galaxias. El gas que fluye a lo largo de estos filamentos no solo termina convertido en estrellas, sino que da forma a cómo se ven las galaxias, aportando hidrógeno fresco a sus discos y alimentando brazos espirales y las explosiones de radiación, aseguran. A pesar de estos fantásticos resultados, los científicos mantienen la cautela. "Estamos emocionados por esta observación directa de alta definición de un filamento cósmico. Pero como dicen en Baviera: 'Eine ist keine' (una no cuenta)", afirma Fabrizio Arrigoni Battaia, científico del Instituto Max Planck de Astrofísica y otro de los autores del estudio. "Así que estamos recopilando más datos para descubrir más estructuras de este tipo, con el objetivo final de tener una visión completa de cómo se distribuye y fluye el gas en la red cósmica".
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