27/07/2025 04:52
27/07/2025 04:52
27/07/2025 04:52
27/07/2025 04:51
27/07/2025 04:51
27/07/2025 04:51
27/07/2025 04:50
27/07/2025 04:50
27/07/2025 04:43
27/07/2025 04:43
» Data Chaco
Fecha: 26/07/2025 21:07
Juan Carlos Tuyaré. Cada vez son más las enseñanzas en Internet afirmando que los creyentes son inmunes a la condenación eterna; pero, lo más grave –desde nuestro punto de vista- es que esas enseñanzas, como lo hemos dicho y argumentado en otras ocasiones, se están filtrando en la iglesia. Bajo el amparo de la certeza que "nada puede separar al creyente de Dios" se fomenta un blindaje espiritual, que desde el punto de vista bíblico, es por lo menos discutible. Peligrosa tranquilidad Con el fin de llevar una supuesta tranquilidad a los creyentes, pretenden enseñar a la iglesia que no hay condenación para quienes están en Cristo, haciendo alusión a la mitad de un pasaje bíblico que contiene la carta que el apóstol Pablo envió a los cristianos romanos, miembros de la iglesia primitiva. Efectivamente, la primera mitad del texto del versículo en esa carta, dice: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,…" (Pero después de la coma, Pablo aclara): "los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu de Dios". Dicho de otro modo, la promesa completa que hace Pablo es: "Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu". Esta falsa enseñanza remarca que el creyente no debe tener miedo de perder la salvación de su alma, y que debe vivir sin esa preocupación. Sin embargo, el apóstol Pablo remarca lo contrario cuando le escribe a los cristianos de Filipos, a quienes les dice: "Ocúpense de su salvación con temor y temblor…para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación perversa, en medio de la cual resplandecen como luminarias en el mundo" Existe una condición El apóstol Pedro agregó: "Si el justo con dificultad se salva, ¿En dónde aparecerá el impío y el pecador?" Enfatiza la importancia de la perseverancia en la fe y la necesidad de vivir una vida justa y piadosa, ya que incluso los justos enfrentan desafíos en su camino a la salvación. Además, sirve como una seria advertencia sobre las consecuencias de la impiedad y el pecado de aquellos que vienen postergando su acercamiento a Dios. Existe entonces una condición para que se cumpla la promesa de la salvación: que los creyentes no anden conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Ahora bien, ¿Qué significa no andar conforme a la carne? Lo explicamos, existen dos tipos de cristianos: los sensatos y los insensatos. También a los gálatas Pablo, en otra carta, se lo explica con lujo de detalles a los cristianos de Galacia, conocidos como los gálatas. A ellos les amonesta para que anden en el Espíritu y no en la carne, porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, y por lo tanto se pone en riesgo la salvación. Mediante un listado de conductas equivocadas, le aclara a los miembros de la iglesia que manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgias, y cosas semejantes a éstas; y les agrega: "acerca de las cuales los amonesto, como ya les dije antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios." A la iglesia Esta carta fue escrita a los cristianos gálatas, es decir a aquellos que ya habían recibido a Cristo como salvador, pero seguían con sus conductas pecaminosas; dicho de otro modo, le escribe a la iglesia, no a quienes están fuera de ella. Lo que significa que quienes estaban dentro de la iglesia, a pesar de haber aceptado a Jesús como su Salvador personal, no estaban comportándose como indica el requisito y de continuar así, quedarían afuera de la posibilidad de ingresar en el reino de Dios. Siempre fue así en la historia entre Dios y los hombres, en el Antiguo y también en el Nuevo Testamento, las promesas de Dios continuamente fueron a cambio de obediencia, lo que significa que el creyente genuino tiene que participar con sus decisiones. La salvación es gratis, pero Sabemos, por el mismo Pablo, que la salvación del alma es gratis, pero el mismo afirma que el estar en la iglesia, por sí solo, no asegura mantener la salvación. Por supuesto que un creyente debería estar en la iglesia, pero eso no es suficiente, hace falta obedecer, porque de lo contrario se puede perder la salvación por causa de practicar una conducta inapropiada. Reiteramos, insiste el mismo apóstol cuando le escribe a los filipenses y les aconseja que se ocupen de la salvación de ellos con temor y temblor; para que sean irreprensibles y sin manchas en medio de una generación maligna y perversa. Al contrario de lo que algunos piensan, el libre albedrio también existe entre los creyentes porque tienen la libertad de elegir si serán sensatos o insensatos. Dios no obliga a nadie, solo señala cuales son las condiciones para ingresar en Su reino. Dios no rompe su pacto de salvación, somos nosotros los que podemos tomar la decisión de alejarnos. Por si quedare alguna duda al respecto, el mismo Jesús enseñó que los cristianos serán objeto de persecuciones y aborrecidos de todos por causa de Su nombre, pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo. Reitera la necesidad de perseverar hasta el fin en la fe y en el fruto de ella. La expresión perseverar es de fundamental importancia; con persecución o sin ella, significa mantenerse firme y constante en una manera de ser y de obrar. Sería bueno entonces que cuando se enseñe acerca de las promesas divinas para el cristiano, también se enseñe cuáles son las condiciones para recibirlas. No hacerlo, es traicionar al creyente.
Ver noticia original