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  • Denuncian que agresión en Holy fue premeditada y se suman pruebas

    » Elterritorio

    Fecha: 26/07/2025 13:45

    Se prevé que en días declaren testigos en la causa que indaga las circunstancias de la golpiza que sufrió Rodrigo Ocampos en un boliche. Piden que se investigue como intento de homicidio sábado 26 de julio de 2025 | 2:00hs. Rodrigo Ocampos detalla las secuelas del ataque de patovicas en un local de la Costanera por el cual se abrió una causa penal y pide que se investigue como intento de homicidio. Para su abogado, hubo premeditación. Rodrigo Ocampos (21) todavía tiene serias dificultades para ver y escuchar del lado derecho. Reconoce que la lesión aún le duele, después de 12 días de aquella golpiza que sufrió en el Club Holy y que lo dejó en la vereda de la Costanera con el rostro ensangrentado. Con la visión borrosa y un ojo prácticamente rojo sangre, la preocupación que antes tenía por trabajar todos los días en su barbería pasó a otro plano: hoy lo que importa es poder recuperarse, y dejar atrás el miedo de salir a la calle. Es que todavía teme ser perseguido o amenazado por las personas que denunció como sus agresores. Recuerda que fueron al menos cinco los agentes de seguridad del local bailable los que lo enfrentaron esa noche del 12 de julio. Según denunció ante el Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, uno de ellos lo tumbó por las escaleras y, una vez en el piso en un sector al lado del ascensor, lo golpearon y patearon. “Sigo agravado por lo que me pasó, me duele este lado del oído (derecho), no escucho bien. Me sigo haciendo estudios, moviéndome entre oculista y clínicos, todo de forma particular. Y el daño psicológico: literalmente no puedo salir a la calle, me da miedo”, confió a El Territorio. Por este hecho hay dos “patovicas” denunciados por “lesiones recíprocas”, carátula penal provisoria mientras se reúnen más elementos probatorios para que el par de acusados sean investigados por intento de homicidio. “Es lo que pudo haber pasado”, lamenta Rodrigo, todavía cabizbajo. En ese marco, el miércoles último se realizaron allanamientos en el boliche para reconstruir la presunta agresión y tomar cámaras de seguridad, equipos que -reconoció personal del lugar- no funcionan desde esa noche del 12 de julio. Federico Esquivel, abogado querellante en la causa, anticipó que junto a la Fiscalía de Instrucción ya solicitaron el acceso a las cámaras de 911 de la Policía: “Esos domos van a poder dar fe de que no lo golpearon afuera, lo golpearon adentro”, ratificó. Mientras, ya se avanza en la citación de testigos para que cuenten sus versiones sobre lo sucedido. Por otro lado, El Territorio intentó contactarse con Club Holy para conocer su postura sobre la investigación penal iniciada y las condiciones laborales en las que se encuentran los denunciados, pero no obtuvo respuestas. Versión policial y de un patovica Ocampos comentó que días atrás uno de los agentes de seguridad del local bailable lo llamó “y me empieza a relatar cómo pasó todo, y yo lo afirmo, fue así cómo pasó”. Esa comunicación sería una de las tantas pruebas que tendría la querella a su favor para ratificar que la agresión ocurrió dentro del boliche y no en las afueras, como sostuvo la gerencia de Club Holy en un comunicado que se hizo masivo el lunes pasado. Ya echado del lugar aquella noche, Rodrigo reconstruyó que “personal policial me esposó a un costado después que me dieron la golpiza. Yo pedía a todo momento que me lleven al hospital, si mi cara estaba completamente sangrando, y ahí me metieron adentro del móvil y me llevaron al hospital, primero al Favaloro y después al Madariaga”. Según comentó, “los policías dijeron que no vieron nada, que me encontraron herido afuera. Completamente desconocen de lo que pasó adentro”. Esquivel, por su parte, explicó en qué instancia procesal está la causa iniciada el 14 de julio. “Al margen de los testigos, existen otros elementos probatorios, como videos, conversaciones, grabaciones y la filmación de uno de los de seguridad en el que confirma que la agresión sucedió dentro del local bailable”, sostuvo. Antes de solicitar el cambio de carátula “estamos esperando algunas pruebas que hay que producir para llegar a una resolución pronta”. Y aunque es una investigación incipiente desde la parte denunciante tienen expectativas de que el caso tenga un fallo favorable y que se repare, de alguna manera, el violento episodio que vivió Ocampos. “Tenemos a Rodrigo aquí de milagro. No le rompieron el cuello, no le rompieron la cabeza ni lo mataron”, advirtió el abogado quien defendió que “hubo una clara tentativa de homicidio agravada, no solamente por la cantidad de personas que lo agredieron, sino porque todos ellos tenían conocimiento en artes marciales”. “La verdad es que es un chico de 20 años que lo único que quiso hacer fue salir a divertirse con sus amigos y amigas, y lamentablemente pasó por esta situación horrible”, se lamenta mientras Rodrigo acompaña atento la conversación. Demanda por daños y perjuicios En esa línea, el letrado anticipó a este diario que “van a dispararse acciones, tanto en la parte penal, pero también se van a iniciar acciones civiles con respecto a una demanda de daño y perjuicio, está claramente tipificado de que aquí hubo un daño y perjuicio muy grave”, sostuvo. A la altura del caso, no sólo preocupan los daños físicos en Rodrigo, sino las complicaciones que este episodio le trajo para sostener su cotidianidad y su economía. Al respecto, Rodrigo ratificó que “nadie del local se comunicó conmigo en ningún momento”. Valoración acompañada por el letrado, quien lamentó: “Ningún representante legal ni siquiera dueño ni gerente se acercó hacia esta parte a ofrecerle por lo menos ayuda médica o saber si se encuentra bien Rodrigo”. Al referirse al comunicado de Club Holy viralizado esta semana, Rodrigo desmintió esa versión y recalcó que “varias personas se comunicaron conmigo también, que ese mismo día estuvieron, y afirman todo lo que pasó”. Denuncian que no fue caso aislado Rodrigo confirmó a este diario que él no sería el único en haber sido violentado por personal de seguridad del local bailable. “Justamente un día antes, un amigo me contó que vivió algo similar, que lo agarraron literal y cayó por las escaleras. Y ese mismo día pasó algo así con otra persona y eran los mismos patovicas, incluso hay videos”, ratificó. Esquivel coincidió en la existencia de numerosos hechos de violencia, aunque reconoció que “no se animan a denunciar, por represalias, por miedo”. Con los recientes allanamientos se habrían desvelado otras irregularidades en el boliche, que podrían abrir nuevas investigaciones. “Que no exista otro Cromañón acá en Posadas, a eso me refiero, que no tiene nada que ver con el hecho que le sucedió a Rodrigo”, aclaró Esquivel quien también advirtió de una “conducta contumaz” de parte de quienes operan el local. “Si te das cuenta de que ya tenés un indicio de que no les importa nada, no le importa la vida de las personas. Entonces, si no le importa la vida de las personas, menos le va a importar la vida de Rodrigo”. “El hecho sucedió dentro del boliche, y fue agredido por varias personas, entre cuatro o cinco, de las cuales dos él pudo identificar. Por los rostros, por el Facebook, por las redes, logró identificarlos. Fueron cinco personas contra un chico de 40 kilos, que tengan conocimiento en artes marciales es un cóctel explosivo para cualquier ser humano normal”, consideró el letrado. Sin protocolo Ocampos y su abogado cuestionaron la versión difundida por el boliche que sugiere que el joven habría provocado disturbios dentro del local y recalcaron que “aunque así hubiese sido, que no fue, no justifica de ningún modo lo que ocurrió después”. Según relataron, Rodrigo fue invitado a retirarse del boliche y acató la indicación sin resistirse, lo que descartaría cualquier tipo de conducta violenta de su parte dentro del lugar. “Él no se puso ni rebelde ni se puso a pelear ni nada de esas cosas. Hubo una premeditación y en eso se va a basar esta parte, que a las 3 horas van y lo revientan a palo”, amplió el abogado. Para Ocampos, esto también contradice la idea de que fue una reacción espontánea a un disturbio: “Si yo realmente hubiese empezado un disturbio, en ese mismo momento me sacaban del boliche. No tiene sustento lo que dicen”, defendió. Esquivel agregó que incluso en situaciones en las que una persona tiene una actitud desafiante, los procedimientos son otros: “Te invitan a retirarte, llaman al 911 si no colaborás, quiero decir, hay protocolos que se deben cumplir. en cualquier parte del país. Lo que no pueden hacer es llevarte a un lugar escondido y darte una paliza. Eso está claro y es inadmisible”. Tanto el joven como su patrocinante legal esperan que el caso siente un precedente en la justicia misionera. O si no, lamentó, “vamos a tener de vuelta un caso Mercol, un Fernando Báez Sosa, un Centeno y yo creo que no debe ser así. Yo creo que si nos vamos al boliche nos vamos a distender, a reunir con amigos, no para volver en una bolsa negra”. La versión del local bailable: “Altercado” A poco de que trascendiera la denuncia de Ocampos, Club Holy publicó un comunicado en el que se desligan del hecho. En el escrito se argumenta que “el hecho aludido se inició cuando un individuo comenzó a provocar disturbios dentro del establecimiento, poniendo en riesgo la seguridad y bienestar de los demás asistentes. En razón de ello, fue retirado del lugar por el personal de seguridad del local, conforme a los protocolos establecidos, y en todo momento con un accionar proporcional, adecuado y respetuoso”. Luego se añade: “Ya en la vía pública y fuera del ámbito de responsabilidad de la empresa, dicho individuo esperó la salida de uno de los integrantes del personal de seguridad, con claras intenciones de enfrentarlo físicamente. Esta situación derivó en un altercado en la vía pública, respecto del cual cabe señalar que, conforme surge de las actuaciones judiciales correspondientes, fue el agresor quien debió ser reducido mediante el uso de la fuerza mínima y necesaria hasta la llegada del personal policial interviniente”. El boliche reiteró que “el incidente en cuestión no se produjo dentro del local ni fue consecuencia de un accionar indebido por parte del personal de seguridad, sino de un hecho completamente aislado, acaecido en la vía pública, ajeno al control operativo de este establecimiento. Desde Club Holy reafirmamos nuestro compromiso con la seguridad, el respeto y la convivencia pacífica, manteniéndonos siempre a disposición de las autoridades competentes para colaborar con todo lo que sea requerido a fin de esclarecer cualquier hecho”.

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