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  • Argentina encabeza el uso de billeteras virtuales en América Latina

    Parana » AIM Digital

    Fecha: 25/07/2025 10:41

    Los pagos móviles crecieron de forma sostenida en Argentina y, por primera vez en 2024, igualó al efectivo en transacciones presenciales. La forma en que las personas administran su dinero y realizan pagos cambió radicalmente en los últimos años. La revolución digital, impulsada por la necesidad de soluciones más ágiles y seguras, convirtió a las billeteras virtuales en una herramienta cotidiana para millones de usuarios en todo el mundo. Argentina, en particular, no sólo adoptó esta tendencia, sino que se ubicó como líder en América Latina en el uso de estos sistemas de pago. El crecimiento del comercio electrónico, la expansión del acceso a internet y los smartphones, así como las condiciones económicas particulares del país, aceleraron la digitalización financiera y posicionaron a las billeteras digitales como una opción preferida por los consumidores. En el país, este medio ya representa el 25 por ciento de las transacciones, igualando por primera vez al uso de efectivo, según datos de la consultora Claves. Este dato marca un hito en los hábitos financieros de los argentinos, que pasaron de depender casi exclusivamente del dinero físico a explorar nuevas formas de pago. En este mismo escenario, los pagos con tarjeta de débito y crédito se mantienen relevantes, con un 21 por ciento y un 20 por ciento del total de operaciones respectivamente, mientras que los modelos Bnpl (Buy Now, Pay Later) todavía tienen una presencia incipiente. La pandemia de Covid-19 fue un catalizador clave de este cambio. En un contexto de aislamiento social y restricciones sanitarias, el pago sin contacto se volvió una necesidad. Las billeteras digitales, al permitir transacciones desde el celular y sin manipulación de billetes, se convirtieron en aliadas esenciales. Pero incluso superada la emergencia sanitaria, su uso no decayó; al contrario, siguió creciendo y diversificándose. Entre las plataformas más utilizadas por los argentinos, se destacan Mercado Pago, Modo y Ualá, que concentran la mayor parte del volumen de operaciones digitales. Estas aplicaciones han ampliado su abanico de servicios mucho más allá del simple envío de dinero y hoy permiten pagar servicios, recargar celulares, invertir, obtener préstamos personales; incluso, ganar intereses diarios sobre los fondos depositados. En el caso de Mercado Pago, su expansión se consolidó también a nivel regional, con fuerte presencia en países como Brasil, donde se impone el sistema de transferencias A2A (Account to Account), sin intermediación de tarjetas. Cabe señalar que Argentina lidera en la región en adopción de billeteras virtuales por diversos factores, entre ellos, el alto nivel de conectividad móvil, el uso extendido de smartphones y un contexto inflacionario que estimula el movimiento ágil del dinero. Además, muchas personas siguen fuera del sistema bancario tradicional, lo que hizo que las billeteras digitales incluyeran a una parte de la población históricamente marginada de los servicios financieros formales, gracias a su facilidad de acceso. El Global Payments Report de Worldpay reveló que en Argentina las billeteras virtuales representaron en 2024 el 34 por ciento del valor de las operaciones en e-commerce y el 25 por ciento en puntos de venta físicos. Las principales fuentes de financiación de estas aplicaciones fueron las cuentas bancarias (29 por ciento), las tarjetas de débito (25 por ciento) y las tarjetas de crédito (16 por ciento). La proyección a 2030 es aún más contundente: el 48 por ciento de los pagos en tiendas electrónicas se hará con billeteras virtuales y el 39 por ciento en los comercios físicos. En paralelo, crece el sistema de pagos cuenta a cuenta (A2A), impulsado por el programa nacional Transferencias 3.0, que permite pagar con código QR entre cualquier billetera o aplicación bancaria. Se estima que este método crecerá un 12 por ciento anual en e-commerce y un 22 por ciento en puntos de venta físicos hasta 2030, superando a las tarjetas. Por su parte, el uso de tarjetas de crédito y débito tenderá a caer. En el caso de las primeras, se espera una baja del 27 por ciento al 18 por ciento en e-commerce y del 20 por ciento al 15 por ciento en tiendas físicas. Las de débito pasarán del 19 por ciento al 12 por ciento en el comercio electrónico, y del 21 por ciento al 13 por ciento en los puntos de venta tradicionales. De esta forma, Argentina se encuentra por encima del promedio regional, ya que en América Latina, las billeteras digitales representaron en 2024 el 22 por ciento del e-commerce, cifra que podría llegar al 29 por ciento en 2030. En cuanto al volumen económico, en 2024 se estimaron USD 27 millones en transacciones de e-commerce en el país y se espera que esa cifra crezca a USD 40 millones en 2030. En puntos de venta, el monto fue de USD 257 millones y alcanzaría los USD 306 millones en los próximos cinco años. A nivel global, el uso de este mecanismo se multiplicó por diez en la última década, alcanzando los USD 15,7 billones en valor de transacción en 2024. En este marco, el Ministerio de Economía argentino destaca que las billeteras cumplen un rol clave en la inclusión financiera, permitiendo operar sin necesidad de cuentas bancarias, generando intereses sobre los saldos disponibles y facilitando el acceso a moneda extranjera. En cuanto al rendimiento financiero, un relevamiento de la consultora Trascendo, especializada en finanzas personales, analizó cuáles son las billeteras digitales más convenientes del país en términos de intereses. Aunque ninguna logra ganarle a la inflación actual, todas ofrecen retornos superiores a los de una caja de ahorro tradicional, que no genera intereses. Encabezando el listado aparece Cocos Pay, con una tasa nominal anual del 31,03 por ciento, posicionándose como la más rentable del mercado. Le sigue Ualá (Uilo), que ofrece un rendimiento del 30 por ciento para montos de hasta $1.500.000. Brubank se ubica en tercer lugar, con un interés del 29 por ciento, aunque ese porcentaje disminuye al 24 por ciento cuando el saldo supera los $750.000. En una posición similar está Naranja X, que también ofrece un 29 por ciento, pero sólo hasta un tope de $800.000. Otras opciones incluyen Personal Pay, con un rendimiento del 25,92 por ciento, y Mercado Pago, que paga una tasa del 25,19 por ciento, de acuerdo a los últimos datos relevados. En este escenario, el efectivo continúa en descenso. En Argentina, pasó del 54 por ciento de las transacciones en puntos de venta en 2019 al 25 por ciento en 2024 y se proyecta que caiga al 16 por ciento en 2030. A pesar de esto, sigue siendo relevante en sectores informales o zonas con conectividad limitada y también entre quienes buscan privacidad en sus operaciones. Uso de las criptomonedas A pesar del creciente interés que generan las criptomonedas como alternativa financiera, su utilización como medio de pago sigue siendo mínima en Argentina y el mundo. Según el informe de Worldpay, durante el último año, solo el 1 por ciento de las transacciones de comercio electrónico en el país se realizó con criptoactivos, una cifra que se repite en otros países de la región como Brasil. A nivel global, ningún mercado superó ese umbral, lo que deja en evidencia que, por ahora, estas monedas digitales funcionan más como instrumentos de inversión que como medios de pago. De cara al futuro, sin embargo, el panorama podría cambiar. El mismo informe señala que el 51 por ciento de los consumidores estaría dispuesto a utilizar criptomonedas para pagar contenido digital, como suscripciones, videojuegos o música, lo que sugiere una posible expansión de su uso en nichos digitales específicos. En el caso argentino, se proyecta que para 2030 el uso de criptomonedas en el comercio electrónico apenas se eleve al 2 por ciento, un crecimiento modesto pero sostenido. El funcionamiento de las criptomonedas está basado en una tecnología descentralizada que la diferencia del dinero tradicional. Su base es la blockchain, un registro digital distribuido que actúa como un libro contable inalterable, donde todas las transacciones quedan registradas de forma pública y segura. Cada conjunto de operaciones se agrupa en bloques, y cada bloque se enlaza al anterior, formando una cadena que garantiza transparencia y evita fraudes. Otro elemento clave es la criptografía, una técnica que protege la identidad de los usuarios, autentifica las operaciones y regula la emisión de nuevas monedas. En algunas criptomonedas, este proceso se realiza a través de la minería, donde los llamados “mineros” validan las transacciones resolviendo complejos problemas matemáticos y reciben a cambio nuevas unidades de la moneda. Muchas criptomonedas tienen una oferta limitada: sólo se emitirán un número determinado de unidades, lo que busca evitar la inflación y preservar el valor en el tiempo. Esta escasez programada las convierte en un posible refugio ante economías inestables. Para operar con criptomonedas, se utilizan carteras digitales o wallets, que permiten almacenar, enviar y recibir fondos. Pueden ser aplicaciones en línea, programas instalados en computadoras o dispositivos físicos diseñados para proteger las claves privadas. Cada usuario cuenta con una clave pública, que actúa como dirección de recepción, y una clave privada, que confirma la propiedad y autoriza cada transacción. Si bien el uso cotidiano de criptomonedas en Argentina es aún reducido, el ecosistema sigue en evolución. En un país acostumbrado a la volatilidad económica, las criptomonedas podrían, a mediano plazo, consolidarse como una herramienta útil no solo para invertir, sino también para operar en entornos digitales, siempre que logren mayor adopción, regulación y confianza del público masivo.

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