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Concordia » El Heraldo
Fecha: 25/07/2025 02:07
La radio pública, impulsada durante la gestión de Gustavo Bordet, fue aprobada por el Concejo Deliberante y comenzó a funcionar en diciembre de 2015. La idea original según afirman algunos allegados fue de Claudio Gastaldi, quien se convirtió en su primer director. Luego paso por la conducción el periodista Alberto Guaglianone. Ads Desde su origen, la emisora no nació del reclamo popular ni respondió a una necesidad concreta de la comunidad. Se inauguró equipada, con recursos municipales, y estuvo destinada a servir como bocina del oficialismo. Lejos de fortalecer la pluralidad, vino a sumar otra antena al enjambre de medios que históricamente orbitan en torno al PJ entrerriano. El problema, sin embargo, no fue solo ideológico. La radio competía en el mercado publicitario con los medios privados locales, que sobrevivimos con mucho esfuerzo, sin respaldo estatal, luchando cliente a cliente. Con nuestros impuestos se financió un medio que no solo restaba audiencia, sino también ingresos a quienes de verdad apostamos a la comunicación como oficio y empresa. Ads Durante años advertimos que aquello era insostenible, y la realidad nos da la razón: no hay manifestaciones populares pidiendo su continuidad, no hay, ni nunca existió una audiencia masiva, por lo tanto, no habrá muchos que reclamen por Radio Municipal. La ciudad de Concordia es la que más radios tiene en toda la provincia. Una emisora menos, y estatal, pasará desapercibida. En este contexto de ajuste generalizado y necesidad de eficiencia en el gasto público, lo decidido por Azcué y los concejales no solo es racional: es justo. Se evita sostener con fondos públicos un dispositivo inútil que nunca estuvo al servicio de la comunidad, sino de una estructura partidaria que ya tiene suficientes micrófonos disponibles. Ads La radio, si debe existir, tiene que ser de la gente, abierta a todas las voces y sostenida con reglas claras. Pero cuando se convierte en un bunker de intereses, disfrazado de medio público, pierde legitimidad y sentido. Y entonces, apagarla no es censura: es simplemente apagar un gasto innecesario. Puede interesarte
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