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Parana » ER 24
Fecha: 24/07/2025 07:54
MATE o FERNET: El crespense con tonada cordobesa que proponen Bahl y Michel para diputado En el peronismo entrerriano hay nombres que suenan por trayectoria, por militancia, por historia. Y después está Rodrigo Minguillón, el crespense con tonada cordobesa que llegó a la lista como quien se cuela en un cumpleaños familiar diciendo que conoce al dueño de casa. Y lo conoce: conoce a Guillermo, claro. Pero no a Moreno, ni a Francella. A Guillermo Michel, el verdadero armador, el que tiene la lapicera y el control remoto. Porque si hay algo que está claro en esta elección es que el PJ OFICIAL no armó su lista con cafés compartidos con la militancia, ni con plenarios, ni con debates. La armó Michel, desde la aduana o desde donde esté, y la firmó Bahl, que acepta el traje aunque ya no lo planche él. EXPORTANDO CANDIDATOS Minguillón no tiene antecedentes de militancia activa ni participación visible en el PJ. Su camino no fue el de la rosca partidaria, sino el de la logística, los embarques y las declaraciones aduaneras. Literalmente, es un producto de exportación. En su única entrevista pública hasta ahora, confiesa que conocía a Michel “desde mucho antes que a Beto”. Y eso es todo un síntoma: la puerta de entrada a la política ya no es la militancia, sino el contacto correcto. La frase podría sintetizarse así: no es que Bahl lo propuso y Michel lo aceptó, es que Michel lo eligió y Bahl lo bendijo. ¿Mate o Fernet? En ese clima enrarecido donde la liturgia partidaria va quedando para las efemérides, surge la gran pregunta simbólica: ¿Mate o Fernet? ¿Qué toma el PJ hoy cuando arma sus listas? ¿El mate compartido de la militancia, o el Fernet con hielo de los acuerdos de escritorio? La campaña de Minguillón parece más cerca del fernet 70/30, con etiquetas verdes y vasos altos, que del mate cebado en la ronda de barrio. Y no por una cuestión estética: es que el espacio de lo popular fue reemplazado por lo profesional, lo técnico, lo empresarial. Como si ser “ajeno” a la política fuera hoy una virtud. El Dream Team… pero sin camiseta La candidatura de Minguillón recuerda a esas épocas en que el “Bambino” Veira armaba equipos llenos de estrellas sin alma, con trajes caros y poca transpiración. El “Dream Team” del peronismo entrerriano hoy parece hecho a imagen y semejanza de esa lógica: nombres nuevos, sin pasado, sin conflictos, sin camiseta… pero con contactos. Cabrera y compañía, encargados del operativo electoral, parecen más preocupados por medir encuestas que por generar épica. De ahí que, en vez de comités, se organicen reuniones de Zoom, y en lugar de bombos haya planillas Excel. Mientras tanto, la militancia mira desde afuera, mate en mano, preguntándose cuándo los van a invitar a la mesa. ¿Quién es Rodrigo? El nombre de Rodrigo Minguillón no resuena en ninguna interna histórica del peronismo entrerriano. No participó en campañas anteriores, no fue candidato a nada, no encabezó ninguna causa popular, ni presidió seccionales. Su rol destacado en el comercio exterior, su experiencia en logística, su llegada a Buenos Aires: eso sí se reconoce. Pero eso también dice mucho del peronismo actual: ya no se eligen candidatos por representar al pueblo, sino por representar un perfil. Y si ese perfil además conoce a Guillermo, mejor. Epílogo con espuma Rodrigo Minguillón es, en definitiva, el candidato perfecto para estos tiempos de peronismo con marketing: sobrio, técnico, sin historia partidaria que lo incomode y con vínculos sólidos con el poder real. Un crespense con tonada cordobesa que nunca fue a un acto de la JP, pero que puede hablar de exportaciones con soltura. Un candidato que no viene del barrio, sino del depósito fiscal. Un dirigente que no toma mate, pero que brinda con Fernet. Y como decía el Bambino: “nene, esto es un quilombo… pero con clase”.
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