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  • Neonatal de Córdoba: la desgarradora carta del juez de la causa para los bebés sobrevivientes

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 23/07/2025 16:32

    El juez José Daniel Cesano, vocal de la Cámara Criminal y Correccional de 7° Nominación de la ciudad de Córdoba. Foto: Mario Sar “Hace muchos años, cuando ustedes eran bebés, con apenas unas horas de vida, y mientras estaban en el mismo hospital en el que habían nacido, una enfermera intentó matarlos”. Así empieza la carta que el juez José Daniel Cesano incluyó en los fundamentos de la sentencia en la que Brenda Agüero fue condenada a prisión perpetua por los crímenes en serie en el Neonatal de Córdoba. El mensaje, pensado para que lo lean en la posteridad los ocho recién nacidos que sobrevivieron a las inyecciones de potasio e insulina, es un “párrafo de lectura sencilla” que se acostumbra incluir en los fallos cuando es necesario adaptar la decisión de la Justicia a la capacidad de comprensión de las víctimas. El juez Cesano, que compartió tribunal con las juezas Laura Huberman y Patricia Soria, aprovechó la oportunidad para dirigirse también a las mamás y los papás de los cinco bebés asesinados por Agüero. “Frente a tan terrible dolor, nada – ni el propio Derecho – les puede reparar su quebranto”, reconoció. E intentó transmitirles algo de consuelo bajo la idea de que se reencontrarán con sus hijos, aunque no sea en un plano terrenal: “Recuerden que las almas son inmortales y que un día se volverán a reunir”. Las familias del Hospital Neonatal colocaron carteles con pedidos de justicia en los tribunales de Córdoba Este miércoles, la Cámara Séptima del Crimen de Córdoba reveló los fundamentos del jurado popular y los jueces para condenar a Brenda Agüero y a cinco médicos, directivos y funcionarios del Ministerio de Salud provincial. La enfermera fue sentenciada a prisión perpetua y está presa en la cárcel de Bouwer. La carta completa del juez para los bebés Mi nombre es José Daniel y, junto con Patricia, Laura, Melina Abril, Aldana Belén, María Victoria, Perfecta Beatriz, Mateo, Javier Matías, Marcos Pablo y Sebastián Darío, hemos sido los jueces de esta causa. Queremos contarles que, hace muchos años, cuando ustedes eran bebés, con apenas unas horas de vida, y mientras estaban en el mismo hospital en el que habían nacido, una enfermera intentó matarlos. Felizmente, gracias a la gran tarea que realizó todo el personal del hospital, pudieron salvarles la vida. Hoy, quien les hizo ese tremendo daño, ha sido condenada, de acuerdo a la decisión de la mayoría de estos jueces, y está en la cárcel por la gravedad de lo que hizo. También queremos decirles que fueron sus mamás y papás los que no sólo los acompañaron – y lo siguen haciendo – en aquel momento, sino que, además, fueron ellos los que lucharon incansablemente para que se conociese la verdad; una verdad que, por intereses mezquinos, pretendió ser ocultada y callada. Gracias a ellos, y como lo dijo Yoselin, la mamá de Angeline, gracias a esas valientes mamás y papás que tienen – y de quienes deben estar siempre orgullosos – sus historias no quedaron sepultadas por los papeles de un expediente. Asimismo, queremos decirle que, así como esa enfermera que hemos condenado les causó mucho daño, la gran mayoría de los médicos y enfermeras de todos los hospitales son personas que se desviven para hacer el bien; curándonos y acompañándonos, con sus conocimientos, para que estemos mejor. Hubo una mala profesional; pero hay millones que están dispuesta a sacrificarse, día tras día, para nuestro bienestar. Queremos, también, dedicar unas palabras a las madres y padres de Francisco, Benjamín, Ibrahim, Angeline, y Melody Luz. Para ellos y ellas, lo aclaramos, no es necesario ningún párrafo claro. Ellas y ellos saben, mejor que cualquiera, lo que es el peregrinar por justicia. Ellas y ellos han vivido momentos de terrible angustia durante las largas audiencias de esta causa; soportando, con estoicismo, y pese a nuestros esfuerzos para que no ocurriesen, algunos excesos de las partes. En su caso, nuestro mensaje es de otra naturaleza. La muerte, con sus sucias fauces, les arrebató a sus bebés. Frente a tan terrible dolor, nada – ni el propio Derecho – les puede reparar su quebranto. Sin embargo, esperamos, que con este frio proceso en donde se trató de llegar a la verdad – que no es consuelo de nada – puedan, no obstante, comenzar a transitar su duelo. Recuerden que las almas son inmortales y que un día se volverán a reunir. Y recuerden también estas bellas palabras de Julio Cortázar (“Romance del niño muerto”, Poesía completa, Ed. Alfaguara, Bs. As., 2025, pp. 524/525) que las compartimos porque, ustedes siguen siendo madres y padres de otros niños a quienes, quizá, sea bueno trasmitirles un mensaje apartado del luto y del espanto: “Será preciso que el sol no se entere de que lloras, porque juntaría nubes para acompañarte a solas y bien sabes que a los niños les gusta el cielo sin sombras. Cálmate, madre, que él tiene alas de luz y de rosa. Estará volando, allí donde se canta y se goza… ¿No sabes que un niño muerto se despierta mariposa?”.

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