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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/07/2025 14:49
Tarta de queso y albaricoque, una receta sencilla y riquísima para el verano (Pixabay) Si buscas un postre refrescante, fácil de preparar y que guste a todos, esta tarta de queso y albaricoque es la opción ideal. Con ingredientes sencillos y sin necesidad siquiera de encender el horno, este pastel dulce es ideal para sorprender en cualquier comida familiar o con amigos este verano. El albaricoque será el encargado de darle a esta tarta un toque diferente. Esta fruta, la cual usaremos tanto en su estado natural como en forma de mermelada, es una de las joyas de la temporada de verano, un bocado natural lleno de dulzura y frescor que combina a la perfección con el sabor profundo y ligeramente salado del queso. Esta suma de elementos, además de otros ingredientes necesarios como la nata o la gelatina, dan como resultado una tarta riquísima, cuya única dificultad radica en el tiempo de reposo en nevera que requiere. Receta de tarta fría de queso y albaricoque sin horno Esta receta se compone de una base crujiente de galleta, un relleno cremoso elaborado con queso y nata, y una cobertura brillante de mermelada de albaricoque. A pesar de la facilidad de su preparación, este postre tiene un resultado vistoso y refrescante, perfecto para los meses más cálidos del año. Tiempo de preparación Preparación de la base: 10 minutos Preparación de la mezcla de queso: 15 minutos Montaje y reposo intermedio: 4 horas mínimo en la nevera Preparación de la cobertura: 10 minutos Reposo final: 1 hora en la nevera Tiempo total estimado: 5 horas y 35 minutos (incluye los tiempos de frío) Ingredientes 200 g de galletas tipo María o Digestive 80 g de mantequilla derretida 400 g de queso crema (tipo Philadelphia) 200 ml de nata para montar (crema para batir) 100 g de azúcar 6 hojas de gelatina neutra (o 10 g de gelatina en polvo) 1 cucharadita de esencia de vainilla (opcional) 300 g de mermelada de albaricoque 2 hojas de gelatina neutra (o 3 g de gelatina en polvo) 2-3 albaricoques frescos (opcional, para decorar) Cómo hacer tarta fría de queso y albaricoque sin horno, paso a paso Tritura las galletas hasta conseguir una textura arenosa fina. Mezcla las galletas trituradas con la mantequilla derretida hasta conseguir una pasta homogénea. Forra el fondo de un molde desmontable (20-22 cm) con la mezcla, presionando bien para que quede compacta. Reserva la base en la nevera. Hidrata las 6 hojas de gelatina en agua fría durante 5 minutos. Calienta 50 ml de la nata sin que hierva y disuelve la gelatina bien escurrida en la nata caliente. Bate el queso crema con el azúcar y la vainilla hasta que no tenga grumos. Incorpora la nata con gelatina al queso crema y mezcla bien. Monta el resto de la nata y añádela suavemente, integrando con movimientos envolventes. Vierte la mezcla de queso sobre la base de galletas y alisa la superficie. Lleva la tarta a la nevera y deja que cuaje al menos 4 horas. Hidrata las 2 hojas de gelatina para la cobertura en agua fría. Calienta la mermelada de albaricoque (añade 2-3 cucharadas de agua si está muy espesa) y disuelve la gelatina hidratada en la mermelada caliente. Deja templar y vierte sobre la tarta, ya cuajada, la mermelada de albaricoque con gelatina. Deja refrigerar al menos 1 hora más antes de desmoldar. Decora, si quieres, con rodajas de albaricoque fresco en la superficie antes de servir. Para un mejor resultado, utiliza moldes desmontables y espera el tiempo necesario de reposo en frío. ¿Cuántas porciones rinde esta receta? Esta receta rinde aproximadamente ocho a 10 porciones, dependiendo del tamaño de la porción. ¿Cuál es el valor nutricional de cada porción de esta receta? Calorías aproximadas: 320 kcal Hidratos de carbono: 32 g Grasas: 18 g Proteínas: 5 g Azúcares: 20 g Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción. ¿Cuánto tiempo se puede conservar esta preparación? La tarta se conserva en la nevera hasta tres días, bien cubierta con film o en un recipiente hermético. No es recomendable congelar por la textura del queso y la nata.
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