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  • El Gobierno cambió regulaciones del vino y se compromete el futuro del negocio

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 23/07/2025 07:26

    El gremio de trabajadores del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) alertó sobre los riesgos de la reciente reestructuración del organismo, oficializada por el Gobierno nacional en los últimos días. El INV, ahora dependiente de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ministerio de Economía, verá reducidos sus controles, que se limitarán a la etapa de comercialización, en lugar de abarcar todo el proceso productivo. Marcelo González, inspector del INV y delegado de ATE, explicó a la prensa especializada que esta medida pone en peligro la calidad de los vinos argentinos. “Controlar solo en góndola, sin verificar desde el viñedo hasta el embotellamiento, nos impide garantizar la trazabilidad del producto, su origen y características”, afirmó. Según González, esta modalidad facilita irregularidades, ya que solo se analiza el producto terminado. “Si detectamos un problema en una botella, retroceder todo el proceso es ineficaz. Ese no es el propósito para el que fue creado el INV”, cuestionó. El decreto 462/2025 mantiene la denominación del INV para garantizar la certificación en el comercio exterior, pero reduce su estructura operativa. Con 459 agentes y un presupuesto anual superior a $12.120 millones, el organismo está presente en el 70% de las provincias argentinas, desempeñando un rol clave en la salud pública, ya que el vino es considerado un alimento según el Código Alimentario Nacional. González destacó que la limitación de controles afecta áreas críticas como laboratorios, movimientos vínicos, estadísticas, cosechas y viñedos. “Esto cercena nuestro trabajo y puede permitir que algunos productores incluyan información engañosa en las etiquetas, confundiendo al consumidor”, advirtió. Además, expresó la preocupación de los trabajadores, que están en estado de alerta ante la incertidumbre. “Esperamos que las autoridades diseñen una estructura acorde a la función del INV”, señaló. El Gobierno justificó la reestructuración argumentando que el INV realizaba controles innecesarios que generaban sobrecostos y burocracia. Sin embargo, desde el gremio refutaron estas críticas. “No hay controles innecesarios; garantizamos la genuinidad de un alimento y su seguridad para el consumo”, afirmó González. También aclararon que los aranceles, regulados y pagados por privados, son significativamente más bajos que los costos de análisis en el sector privado. Las tareas del INV incluyen la verificación de variedades y hectáreas en viñedos, el control de la cosecha (variedad y tenor azucarino), el seguimiento de inventarios, procesos de elaboración, etiquetado y denominaciones de origen. Además, se realizan degustaciones en bodega y análisis de laboratorio para confirmar la calidad y aptitud del producto. Por su parte, las autoridades del INV declinaron hacer comentarios, remitiendo las declaraciones al equipo de prensa presidencial. Los trabajadores, en tanto, siguen en alerta, defendiendo el rol del organismo en la protección de la calidad del vino argentino y la salud pública.

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