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Parana » InfoParana
Fecha: 22/07/2025 18:00
El Secretario de Planificación e Infraestructura de la Municipalidad de Paraná, Eduardo Lorefice, se refirió en Palabras Cruzadas por FM Litoral a los problemas actuales con el suministro de agua potable en la ciudad, especialmente en las zonas oeste y sur. El funcionario municipal destacó la decisión política de la Intendenta Rosario Romero de atender con recursos propios de las arcas municipales la inversión para atender un reclamo histórico por la falta de suministro de agua potable de un vasto sector de la ciudad. El responsable de planificación explicó que «se conformó un equipo de trabajo después de las dificultades experimentadas el verano pasado para diagnosticar la situación y desarrollar un plan de mejora» y a partir de ese relevamiento se encaran una serie de acciones para resolver el problema crónico que afecta a una populosa barriada de la capital entrerriana. Lorefice destacó un proyecto significativo que comenzó la semana pasada: la instalación de una nueva tubería de impulsión de gran diámetro. Esta tubería, que mide entre 500 mm y 700 mm de diámetro y tiene aproximadamente 4.400 metros de largo, irá desde la planta Echeverría hasta la planta del Cristo. Según explicó ante la consulta periodística, «el objetivo es reforzar el servicio y aumentar la capacidad de la planta de Ramírez, que actualmente produce menos agua, pero funciona como un centro de distribución crucial, alimentando al centro de distribución Ejército, el cual abastece a las áreas más vulnerables del oeste y suroeste de la ciudad. La meta de esta nueva tubería es incrementar la capacidad de agua en estas zonas». Medidas adicionales y desafíos Además de la nueva tubería, se están implementando otras acciones, como la instalación de 10 válvulas reguladoras de presión en el sector oeste. Esto es fundamental debido a las significativas diferencias de elevación en esa área, que causan alta presión de agua y roturas de tuberías en las zonas bajas, y baja presión o falta de servicio en las zonas más altas. Estas válvulas ayudarán a regular la presión, evitar la pérdida de agua por roturas y asegurar una distribución más equilibrada. Lorefice también señaló el importante desafío que representa la antigüedad de la red de distribución de agua. Más adelante afirmó que «hay más de 81 kilómetros de tuberías de hierro fundido, algunas con casi 100 años de antigüedad, y más de 57 kilómetros de tuberías de asbesto-cemento en uso» y agregó que «las tuberías de hierro fundido sufren de incrustaciones internas que reducen su capacidad y presión, mientras que las de asbesto-cemento son frágiles y propensas a roturas, especialmente en el suelo arcilloso de Paraná. El reemplazo de estas tuberías antiguas es un proceso largo y costoso, ya que implica excavaciones extensas y interrupciones». Finalmente, Loréfice indicó que la municipalidad está priorizando estos reemplazos de forma gradual, centrándose en las áreas con las necesidades más urgentes.
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