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Parana » Analisis Litoral
Fecha: 18/07/2025 19:38
El reciente ingreso de los buques African Raven y Paiwan Ace al puerto de Concepción del Uruguay, con destino a la India, marca otra postal del presente productivo argentino: 18.000 toneladas de troncos de pino sin procesar que parten del Litoral sin generar el desarrollo que podríamos alcanzar si agregáramos valor en origen. Desde hace más de tres décadas, el Estado ha financiado —a través de distintos planes de subsidios— la plantación forestal en las provincias de Entre Ríos, Corrientes y Misiones. Pero esa política nunca fue acompañada por una estrategia de industrialización seria. El resultado está a la vista: exportamos árboles, no trabajo. Mandamos materia prima, pero no desarrollo. Un ciclo interrumpido Durante los años 90, importantes empresas se instalaron en la región, entre ellas MASISA, Sadepan Latinoamericana, ECA y decenas de aserraderos. Fue una etapa prometedora. Incluso en el año 2003 comenzó un incipiente proceso de agregado de valor en productos como pollo, arroz, cítricos y madera. Sin embargo, según señala el Ing. José Eduardo Moulia, uno de los actores clave en la gestión de inversiones para el sector forestoindustrial, “el mayor error fue decirle no a las papeleras. Eso fue decirle no a la industria”. Desde entonces, pasaron más de 23 años sin que llegaran nuevas inversiones significativas al rubro, con excepción del esfuerzo genuino de algunas empresas locales que, sin demasiada ayuda estatal invirtieron, generaron empleo y sostuvieron las economías regionales. -lo que hoy desde este gobierno provincial se esta tratando de revertir-, Uruguay y Paraguay sí lo hicieron Mientras Argentina se debate en la inercia extractivista, Uruguay y Paraguay apostaron fuerte por la industrialización del sector forestal. Con inversiones extranjeras, políticas activas de fomento y visión estratégica, desarrollaron plantas industriales de última generación, parques forestoindustriales y logística integrada para exportar productos terminados, no solo materia prima. El contraste duele: nuestros vecinos generan más empleo, más divisas y más valor local con un recurso que en Argentina es igual o incluso más abundante. La diferencia está en la voluntad política y en la decisión empresarial de mirar el mercado global. Una oportunidad que voló… y se estrelló La historia del aeropuerto internacional de cargas en la región es otro ejemplo del desarrollo frustrado. Ese proyecto, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), hubiera sido clave para potenciar la exportación de productos forestoindustriales y agroalimentarios. Pero fue mal gestionado, quedó en la nada, y hoy no solo no existe el aeropuerto, sino que Argentina debe devolver ese préstamo. Una oportunidad única que literalmente “cayó del cielo” y fue desperdiciada por falta de visión, de gestión y de compromiso. Estado miope y empresarios conservadores La falta de políticas públicas integrales se suma a una clase empresaria que históricamente miró solo al mercado interno, sin ambición de competir a nivel internacional. Mientras tanto, ningún gobierno —nacional ni provincial— en los últimos 30 años diseñó un plan para cerrar el ciclo forestoindustrial completo. No hay incentivos fiscales para la transformación de la madera. No hay líneas de crédito accesibles para plantas industriales. No hay programas de integración tecnológica. Solo hay árboles. Y barcos. El Litoral tiene todo… menos decisión La región tiene materia prima, puertos, acceso a mercados, tradición forestal y recursos humanos. ¿Qué falta? Decisión. Política. Estrategia. Audacia. Si el objetivo es generar trabajo genuino, competitividad, empleo industrial y arraigo territorial, el camino no puede seguir siendo exportar madera en bruto. Tenemos que exportar valor, tecnología y diseño. No kilos de troncos. Un llamado urgente Exportar troncos es exportar el futuro sin procesar. Es seguir atrapados en un modelo extractivo de país periférico. Uruguay y Paraguay lo entendieron. Argentina aún no. La pregunta es: ¿cuánto tiempo más vamos a seguir dejando pasar oportunidades? El momento de agregar valor a la madera —y al país— es ahora. Por Análisis Litoral www.analisislitoral.com.ar Agradecemos la gentileza del ingeniero José Eduardo Moulia
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