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  • Cómo doblar acolchados y mantas sin que ocupen tanto espacio

    » La Capital

    Fecha: 18/07/2025 14:05

    Guardar mantas, acolchados o frazadas de forma ordenada parece una tarea simple, pero cuando el espacio es limitado o hay muchas prendas, se vuelve un verdadero desafío. No importa si vivís en un monoambiente o en una casa con placares amplios: si no doblás bien estos textiles, terminás con pilas inestables, cosas que se caen cada vez que abrís una puerta o, peor, acolchados arrugados y con olor a encierro . Por eso, en esta guía te compartimos formas prácticas y eficaces de doblar acolchados y mantas, con consejos que realmente funcionan en la vida diaria. Nada de soluciones imposibles ni ideas sacadas de Pinterest que solo sirven para las fotos. Acá vas a encontrar métodos simples que podés aplicar en tu casa hoy mismo. Antes de ponerte a doblar como si fueras a empacar una valija, lo ideal es hacer una breve revisión : ¿cuántas mantas tenés?, ¿cuáles usás a diario y cuáles solo en invierno?, ¿hay alguna que ya no necesitás? Hacer esta especie de inventario previo te permite organizar mejor . Las mantas de uso frecuente deberían quedar a mano, mientras que los acolchados de estación se pueden guardar en zonas menos accesibles del placard. De paso, vas liberando espacio para otras cosas. También es importante tener en cuenta el tamaño de las prendas. No es lo mismo doblar una manta de sofá que un acolchado grueso de invierno para cama de colchón 2 plazas . Cuanto más grande y mullido, más atención vas a tener que poner en la técnica de plegado. 38110324_duvet-roll-down-filled-duvet-rolled-up-isolated-on-white-background El método más fácil y efectivo Una de las formas más cómodas y útiles de doblar mantas o acolchados es el clásico sistema en tercios. No es ninguna ciencia, pero cuando lo hacés bien, se nota la diferencia. Extendé el acolchado sobre una superficie grande, como una cama o una mesa. Si tenés un sommier 2 plazas , ese espacio es ideal. Doblá la prenda a lo largo en tres partes iguales, como si hicieras una tira alargada. Después, plegala de nuevo sobre sí misma dos o tres veces, dependiendo del tamaño. Te va a quedar un bloque rectangular, prolijo, fácil de apilar o guardar. Lo bueno de este sistema es que no solo ahorrás espacio, sino que también evitás que se arrugue demasiado. Y si lo hacés con varias prendas iguales, podés apilarlas perfectamente una sobre otra sin que se desparramen al primer movimiento. Cómo doblar para dejar a la vista Si sos de esas personas que tienen mantas decorativas sobre el sillón o al pie de la cama, existe una forma práctica y estética de doblarlas. Es una especie de "enrollado prolijo" que queda bien y además no ocupa tanto. Primero doblás la manta en una franja larga (a lo largo, dos veces está bien), y luego la enrollás desde un extremo hasta el otro, como si hicieras un cilindro. Este tipo de doblado se ve muy bien si tenés canastos, cajas decorativas o estantes abiertos. También sirve si querés dejar una manta al alcance de la mano sin que desentone con el ambiente. Otra ventaja es que al estar enrollada, no se forman tantos pliegues y la manta conserva mejor su textura, sobre todo si es de lana o tejidos más delicados. Bolsas al vacío, una solución que vale oro No se puede hablar de ahorrar espacio sin mencionar las bolsas de almacenamiento al vacío. Son perfectas para acolchados voluminosos, sobre todo si querés guardarlos por meses sin que se llenen de polvo o pierdan forma. El procedimiento es fácil: doblás el acolchado como vimos antes, lo metés en la bolsa y usás una aspiradora para sacarle el aire. El volumen se reduce a menos de la mitad y podés guardar la bolsa bajo la cama, en estantes altos o incluso dentro de cajones grandes. Eso sí, asegurate de que la manta esté completamente seca y limpia. Si guardás algo húmedo, el mal olor no tarda en aparecer. Y si querés sumar un detalle extra, podés meter dentro una bolsita con lavanda o un jabón neutro para que mantenga buen aroma. 48675982_unrecognisable-woman-folding-blanket-tying-up-living-room-cleaning-the-house Para los fanáticos del orden: método vertical El famoso método KonMari también puede aplicarse a mantas y frazadas livianas. Este sistema consiste en doblar las prendas de manera tal que puedan guardarse en vertical, como si fueran libros. No funciona bien con acolchados gruesos, pero sí con mantas finas, de microfibra, fleece o algodón. Las doblás en rectángulos compactos que se mantengan de pie, y luego las colocás una al lado de la otra dentro de una caja o cajón. La gran ventaja es que ves todo de un vistazo y no tenés que desarmar la pila para sacar la que está abajo. Es una excelente opción si tenés muchos textiles de este tipo y poco espacio horizontal. Ideal para placards angostos o cajoneras bajas. Algunos errores comunes que conviene evitar Aunque parezca una tarea simple, hay errores típicos que complican el guardado de mantas y acolchados. Evitarlos puede ahorrarte tiempo, espacio y hasta plata: No guardes textiles húmedos o con olor a guardado. Lavá y secá bien antes de doblar . No uses bolsas de nylon comunes para guardar por largo tiempo. No transpiran y generan humedad. Evitá usar cintas adhesivas para sujetar. Pueden dejar residuos o arruinar la tela. No sobrecargues los estantes . Si ponés demasiadas cosas apiladas, todo se deforma y se arruga. No enrolles a lo bruto. Si vas a enrollar, hacelo de forma pareja, doblando antes para evitar que se forme un cilindro gigante. Elegí el método según el espacio que tenés Una de las claves para que todo funcione es adaptar el método de doblado a tu casa. No sirve copiar tal cual lo que ves en redes si no tenés el mismo tipo de placard o lugar disponible. Si tenés una cama con cajoneras, podés guardar las mantas enrolladas en cajas con tapa. Si tenés estantes altos, aprovechá para poner los acolchados de temporada en bolsas al vacío. Si usás mucho las mantas en invierno, dejalas más a mano. Todo depende de tu rutina y tu espacio. Incluso, si vivís en un monoambiente, muchas veces guardar bien es más importante que tener mucho. Con dos o tres mantas bien dobladas y ordenadas, podés resolver mejor que con seis tiradas por toda la casa. Casas ordenadas, casas en calma Puede parecer exagerado, pero cuando todo está en su lugar, la casa se siente distinta. Abrir un placard y ver cada manta ordenada, bien doblada, sin caos ni pilas tambaleantes, genera una sensación de calma inmediata. Además, sabés dónde está todo, evitás que se ensucien o se estropeen, y hasta liberás espacio para guardar otras cosas. Y si te tomás el hábito de hacerlo cada vez que guardás una prenda, ya ni lo pensás y se vuelve parte de la rutina. Doblar bien acolchados y mantas no es solo una cuestión estética. Tiene que ver con la organización del hogar , con optimizar espacios y también con facilitarte la vida. Es una de esas pequeñas tareas que, cuando se hacen bien, tienen un impacto grande. No necesitás trucos mágicos ni ser obsesivo con el orden. Solo hace falta encontrar el método que mejor se adapte a tu espacio, a tu forma de vivir y a las prendas que tenés. Con eso ya estás más cerca de tener una casa más cómoda, más funcional y más liviana.

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