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  • Un descubrimiento histórico para entender el funcionamiento de la memoria en el cerebro: las misteriosas “onda ripple”

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 18/07/2025 04:31

    Un equipo de investigadores españoles logró identificar por primera vez rizados alternativos en el cerebro, un hallazgo que abre nuevas puertas para entender el funcionamiento de la memoria (Imagen Ilustrativa Infobae) Pensar en una lamparita que se enciende sobre la cabeza de un ser humano ante una idea, cobra mucho sentido cuando recordamos que el cerebro humano es una “máquina de electricidad”. Una corriente continua creada a partir de reacciones químicas en las células y la sinapsis de las neuronas. Entre esa electricidad se encuentran las llamadas “ondas ripple”, o fluctuaciones; esto es una corriente alterna que se produce cuando se rectifica la corriente continua. Un equipo de investigadores españoles logró identificar por primera vez en un entorno realista- es decir cercano a lo que sería la cotidianidad humana- estos rizados alternativos en el cerebro. El hallazgo abre nuevas puertas para entender el funcionamiento de la memoria y cómo se ordenan los diversos bloques de información; además de abordar desde una nueva perspectiva los trastornos vinculados a la memorización. Hágase la luz El cerebro humano sigue siendo un misterio tan grande como el cosmos y cada nuevo descubrimiento de su funcionamiento marca un hito. Las ondas ripple, un tipo de oscilaciones eléctricas de alta frecuencia, podrían ser las verdaderas responsables de cómo y por qué recordamos ciertas cosas y/ o situaciones. Así como nos maravillamos cuando comprendemos que las sinapsis del pasado y la creatividad están vinculadas, las ondas ripple serían las que indican dónde empieza y termina cada fragmento de información que se almacena en nuestra memoria. Este hallazgo es clave para entender cómo se organiza la memoria en nuestro cerebro en diversos compartimientos y así tratar, por ejemplo, enfermedades asociadas al deterioro mental. El cerebro no graba todo como en una película de forma continua; sino que va segmentando cada experiencia en pequeños episodios; en especial en situaciones complejas o de modificaciones en el entorno. (Imagen Ilustrativa Infobae) Cortos de una película A partir del estudio y visualización de estas ondas se detectó que el cerebro no graba todo como en una película de forma continua; sino que va segmentando cada experiencia en pequeños episodios; en especial en situaciones complejas o de modificaciones en el entorno. Luis Fuentemilla, responsable de la investigación, y miembro del Grupo de Cognición y Plasticidad Cerebral del Idibell y UBneuro explica que justamente las ondas “ripple” marcan esos cortes de alternancia creando un nuevo flujo de energía ante el flujo constante de estímulos que recibimos en el día a día. El estudio, publicado en la revista Nature, forma parte de la tesis doctoral elaborada en este mismo grupo por Marta Silva, actualmente investigadora posdoctoral en la Universidad de Columbia (Estados Unidos). Si bien ya se habían realizado avances en la observación de estas ondas en ratones de laboratorio, y su papel clave en transferir información entre el hipocampo y la corteza cerebral; la visualización en humanos se considera un evento histórico. El estudio Diez pacientes con epilepsia, a los que se les habían implantado electrodos intracraneales por tratamiento previo, fueron quienes participaron del experimento. Se los invitó a ver un episodio de la serie detectivesca Sherlock- creada por la BBC y se monitoreó su actividad cerebral. Durante los 50 minutos que duró el episodio se pudo registrar de manera precisa la activación de las ondas “ripple” tanto en el hipocampo como en distintas áreas neocorticales; esto es en la capa externa del cerebro que suele considerarse como la “más evolucionada”. En los seres humanos, el llamado neocórtex representa el 90% de la corteza cerebral. Durante el experimento se observó que el hipocampo reaccionaba entre cada “corto” de escenas, marcando una especie de episodio mental. Por otro lado, y en simultáneo, la corteza se mantenía activa y “grabando” la información en continuo. De esta forma, en una coordinación magistral las distintas zonas del cerebro, se creaba una memoria de la situación. “Se considera que estas ondas coordinan la transferencia de información entre el hipocampo y las regiones neocorticales —en el córtex temporal y frontal—, facilitando la integración de nuevos recuerdos”, resaltan en el estudio. Y subrayan que: “Esta señal neuronal es clave para generar potenciación sináptica, permitiendo al cerebro fijar y consolidar un recuerdo”. Este hallazgo promete abrir nuevas posibilidades en términos médicos y de desarrollo de potencialidades de la memoria humana que hoy atraviesa un nuevo mundo de presiones y ritmo algorítmico.

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