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» El Ciudadano
Fecha: 17/07/2025 12:52
La preocupación sigue escalando en eltrece de cara a lo que podría convertirse en el mayor fracaso televisivo de los últimos años. El programa de Mario Pergolini, Otro día perdido, continúa enfrentando un difícil escenario en materia de rating, consolidando la superioridad de La Voz Argentina, su competidor en la pantalla de Telefé. De hecho, este miércoles, la brecha de audiencia entre ambos ciclos se amplió drásticamente a 10 puntos, reafirmando el liderazgo del reality de canto de Telefé que tras sus audiciones a ciegas, en todos los casos con programas ya grabados, dará paso en los próximos días a los vivos del concurso. La contundente diferencia se hizo evidente con las últimas mediciones: mientras que el programa de Pergolini marcó solo 4 puntos de rating, un número casi inexistente para semejante producción con un costo millonario, La Voz Argentina alcanzó 14 puntos, algo verdaderamente notable en el contexto competitivo del prime time. Este resultado subraya una tendencia que se ha mantenido a lo largo de la semana del inicio del ciclo de la señal del Grupo Clarín, mostrando una clara preferencia de la audiencia por la propuesta de Telefé que ya lleva varias ediciones y que incluso este años sumó cambios en los coach y en la conducción, ahora de la mano de Nico Occhiato en el lugar que ocupó Marley. El camino de Otro día perdido en el rating fue cuesta arriba desde el inicio de la semana. El lunes, la diferencia ya era significativa, con La Voz Argentina marcando 13 puntos frente a los 7 de Pergolini. El martes, la brecha se amplió aún más, con el reality de canto alcanzando los 14 puntos y el ciclo de Pergolini cayendo a 5. La constante superioridad de La Voz Argentina en todos los enfrentamientos directos deja en claro la difícil tarea que enfrenta el equipo de Pergolini para captar la atención de la audiencia en un horario tan competitivo. Entre los aspectos fallidos del ciclo, está en un primer plano el propio conductor que en estos quince años de ausencia de la pantalla televisiva, a la que consideraba «muerta», perdió frescura y espontaneidad, con pasajes demasiado guionados, muy al estilo de la televisión norteamericana, algo que en la Argentina no funciona.
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