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  • Funcionaria de la prisión de Badajoz: "La agresión de Morón se podría haber evitado. El interno tenía un historial de impulso sexual muy grande"

    » Diario Cordoba

    Fecha: 15/07/2025 20:48

    "La agresión de Morón se podría haber evitado. El interno tenía un historial de impulso sexual muy grande", cuenta Gema González, funcionaria de interior en la cárcel de Badajoz desde el mes de abril, hasta entonces compartió centro de trabajo con la psicóloga agredida el pasado 8 de julio. El centro penitenciario de Sevilla II ha sido el lugar del último episodio violento de gravedad sufrido por los funcionarios de prisiones. Un recluso agredió física y sexualmente a la psicóloga de la prisión durante una entrevista individual. "La agresión ha sido muy dura, pese a ello, la compañera dice que está fuerte", asegura la funcionaria. "Historial de impulso sexual muy grande" El historial de este interno era extenso según explica esta trabajadora que hasta hace unos meses compartió trabajo con la agredida y estuvo en contacto con el agresor: "Era un interno con historial de impulso sexual muy grande". Así, señala que debía "tener muchos informes en su contra" por hechos similares a los realizados a la psicóloga. Por ello, asevera de manera tajante que "se había podido haber evitado perfectamente". Lo dice porque según detectaron "este interno tenía problemas con las funcionarias desde hace años". Las incidencias sufridas son de "todos los tipos". Incluso Gema González indica que "ha tenido tocamientos con alguna compañera y de aquello hay informes". Este incidente ocurrió hace un año y medio. Pese a haber registrado esta agresión, "continuó en Morón". Gema González, funcionaria de prisiones que trabajó con la psicóloga agredida en la cárcel de Morón. / Santi García Ayudada por otros internos Este recluso aprovechó estar a solas con la psicóloga para agredirla física y sexualmente. La profesional se encontró desprotegida el día 8 y los primeros en socorrerla fueron otros internos: "Ellos fueron quienes la ayudaron inicialmente y luego empezaron a llegar los compañeros", informa la excompañera de la agredida, que conoce que "en ese momento solo había un compañero en el módulo y estaba haciendo labores diarias del departamento". De esta manera, señala que si hubiera habido un sistema de alerta complementaria, como el botón del pánico, esta agresión se podría haber evitado. "Las medidas siempre se pueden mejorar y sobre todo mejora con más personal", reclama razonando que con una sola persona "no da la vida para llevar todo el trabajo diario de interior". Así, señala que además de acompañar a los reclusos a distintos lugares del centro tienen que llevar papeleo y explica que en el caso de que alguno de ellos "dé algún problema no puedes acompañarlo a él o a los demás". Por este motivo, pide que "siempre haya dos compañeros" en el módulo. "Una agresión cada 16 horas" Es una de las reivindicaciones de los sindicatos, el aumento de las plantillas que se enfrentan a los internos. Hoy en las prisiones de todo el país se han concentrado para solicitar soluciones y que las agresiones cesen. "Reivindicamos, una vez más, la falta de atención en cuanto a la seguridad de los trabajadores penitenciarios", denuncia Javier Caro, representante de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (ACAIP) y UGT en el centro penitenciario de Badajoz. Javier Caro, representante de los sindicatos ACAIP y UGT en la cárcel de Badajoz, atiende a los medios de comunicación. / Santi García Lo dice basándose en las estadísticas que manejan: "Estamos teniendo una agresión cada 16 horas" en España. El número de agresiones, según denuncian "está aumentando cada vez más". Para ponerle freno a estos números, reclaman al Gobierno soluciones. Así, informan que las negociaciones que se tienen "caen en saco roto". Una de esas mesas es la de seguridad de los trabajadores en las cárceles, en la que se está solicitando, entre otras medidas, "la incorporación del botón del pánico en los despachos de los profesionales técnicos trabajan con los internos". Esta petición lleva encima de la mesa desde hace años, pero no se ha implementado hasta la fecha. De este modo, lamenta que "una vez que una compañera ha sufrido la agresión es cuando se plantean incorporar la medida y otras muchas". Más reivindicaciones Otro de los aspectos fundamentales para los profesionales de prisiones es la clasificación de los internos, que ahora dicen "deja mucho que desear". Según explica Caro, en estos momentos la clasificación se hace "desde un punto de vista más ético que sobre los criterios de los equipos técnicos, basados en su comportamiento y su integración en la cárcel". Muestra de ello es el caso violento sufrido por la profesional de Morón de la Frontera: "Reclusos con una trayectoria de mal comportamiento y se les premia en módulos de respeto donde la seguridad es mucho más laxa porque los internos se piensan que no van a participar de estas agresiones", especifica. Así, explica que esta clasificación no debe estar basada en la tipología del delito por el que cumplen condena, sino por "el comportamiento en el régimen interno o la forma de integración". Además, los profesionales suman más reivindicaciones como que sean considerados como agentes de la autoridad, que "tampoco se está tomando en cuenta". Con esta consideración se abogaría por "unas condiciones con mucha más seguridad por esta consideración". Descenso de agresiones en Badajoz Los datos de agresiones sufridas en el centro penitenciario de Badajoz se han reducido en los últimos tiempos. Esta bajada se debe a que se están acometiendo una serie de obras que ha ocasionado el traslado de un 25% de la población reclusa. En estos momentos, son 454 internos los que viven en la cárcel pacense. Aunque la capacidad máxima del centro es de unas 500 personas, esta siempre "está sobredimensionada y podemos estar entre 600 y 700 internos cuando no hay obras". El descenso de presos genera que los episodios violentos bajen, según señala el representante de ACAIP y UGT. Pese a la reducción de episodios violentos, el último incidente sufrido por los trabajadores sucedió hace una semana y fue porque "un interno se parapetó con unos pinchos carcelarios y se enfrentó a los profesionales que estaban trabajando en el departamento". Este se solucionó "gracias al buen hacer de los profesionales" y a la rápida actuación. Eso hizo que "se aislara el problema y el interno cediera en su intento de agresión". Este incidente ocasionó, como asevera Caro, una sensación de "inseguridad entre los trabajadores por la facilidad de poder intervenir contra ellos de un interno". Aunque el número de reclusos ha descendido, Javier Caro informa que con el cierre de módulos se ha provocado que "muchos internos hayan entrado en otros módulos abiertos pasando de 60 personas a 100". Esto está generando que con el aumento de tensión entre ellos y el ambiente sea más difícil. Así, explica que salvo el módulo preventivo, en el resto se encuentra "con una mezcla de internos que está provocando posibles conflictos y deriven en agresiones entre ellos o hacia profesionales", explica. De este modo, reclaman soluciones concretas para que este tipo de incidentes laborales desaparezcan de su día a día.

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