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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 15/07/2025 12:37
De izquierda a derecha: el presidente estadounidense Donald Trump, Volodymyr Zelensky y el jefe de estado ruso Vladimir Putin (AP) “Volodymyr, ¿puedes golpear Moscú? ¿Puedes golpear San Petersburgo también?”. La pregunta, formulada por Donald Trump al presidente ucraniano Volodymyr Zelensky durante una llamada el 4 de julio, revela un giro inesperado en la postura del presidente estadounidense respecto a la guerra en Ucrania. Según fuentes citadas por Financial Times y The Washington Post, Trump planteó la posibilidad de que Ucrania atacara objetivos militares en el corazón de Rusia si Estados Unidos proporcionaba armas de largo alcance. Este intercambio, que tuvo lugar tras una conversación previa entre Trump y Vladimir Putin, marca una ruptura con la promesa de campaña del presidente estadounidense de poner fin a la implicación militar de su país en conflictos extranjeros. La conversación entre Trump y Zelenskyy se produjo después de que el presidente estadounidense calificara de “mala” su llamada con Putin el día anterior. Personas informadas sobre el diálogo entre ambos líderes aseguran que Trump preguntó de forma directa si Ucrania podría atacar objetivos militares en el interior de Rusia en caso de recibir armamento capaz de alcanzar esas distancias. Ante la pregunta, Zelenskyy respondió: “Por supuesto. Podemos si nos das las armas”. El respaldo de Trump a esta estrategia quedó patente cuando, según las mismas fuentes, describió el objetivo como una forma de “hacerles [a los rusos] sentir el dolor” y forzar al Kremlin a negociar. Un funcionario occidental, al tanto de la llamada, interpretó la conversación como reflejo de un creciente interés entre los aliados occidentales de Ucrania por suministrar armas de largo alcance que permitan “llevar la guerra a los moscovitas”, una idea que, según Financial Times, también ha circulado en privado entre funcionarios estadounidenses en las últimas semanas. FOTO DE ARCHIVO: Donald Trump y Volodimir Zelensky asisten a una reunión en la cumbre de la OTAN en La Haya el pasado 25 de junio de 2025 (Reuters) Misma versión fue planteada por el columnista David Ignatius del diario The Washington Post: “La determinación de Trump de presionar a Putin quedó patente en una conversación que mantuvo la semana pasada con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, según me contó una fuente. Trump le preguntó a Zelensky por qué no atacaba Moscú. ‘Podemos hacerlo si nos dais las armas’, respondió Zelensky. Trump dijo que Ucrania debía ejercer más presión sobre Putin, no solo en Moscú, sino también en San Petersburgo”. La Casa Blanca y la oficina presidencial ucraniana no respondieron a las solicitudes de comentarios de Financial Times. Sin embargo, la conversación entre ambos mandatarios derivó en la entrega de una lista de posibles sistemas de armas para Kiev por parte de Estados Unidos, durante una reunión celebrada en Roma la semana pasada. Tres personas con conocimiento de este encuentro confirmaron que Zelensky recibió un listado de sistemas de ataque de largo alcance que podrían llegar a Ucrania a través de transferencias de terceros países. Este mecanismo permitiría a Trump eludir la necesidad de aprobación del Congreso para la ayuda militar directa, autorizando la venta de armas a aliados europeos, quienes a su vez las transferirían a Ucrania. Entre las peticiones ucranianas figuraban los misiles Tomahawk, misiles de crucero de precisión con un alcance aproximado de 1.600 kilómetros. No obstante, tanto la administración Trump como la de Joe Biden han expresado reservas sobre la falta de moderación de Ucrania en el uso de este tipo de armamento, según una fuente familiarizada con la lista compartida con Zelensky. En una reunión celebrada el lunes en el Despacho Oval con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, Trump anunció un plan para suministrar a Ucrania sistemas de defensa aérea Patriot y misiles interceptores, aunque no mencionó el envío de otros sistemas de armas. El presidente estadounidense manifestó su descontento con Rusia y su líder por la ausencia de avances hacia un acuerdo para poner fin a la guerra. “Estoy muy decepcionado con el presidente [Vladimir] Putin, porque pensé que habríamos alcanzado un acuerdo hace dos meses”, declaró Trump. Por su parte, Dmitry Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia y antiguo presidente interino, restó importancia a la postura de Trump. “Trump lanzó un ultimátum teatral al Kremlin... A Rusia no le importó”, escribió Medvedev en X. Fuentes conocedoras de las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania sobre estrategia militar señalaron que uno de los sistemas discutidos fue el Army Tactical Missile System (Atacms). Ucrania ha empleado misiles Atacms suministrados por Estados Unidos, con un alcance de hasta 300 kilómetros (186 millas), para atacar objetivos en territorios ocupados por Rusia y, en ocasiones, en el interior de Rusia. Estos misiles, lanzados desde sistemas HIMARS entregados por la administración Biden, no tienen el alcance suficiente para llegar a Moscú o San Petersburgo. Rusia ha amenazado en repetidas ocasiones con atacar objetivos occidentales en respuesta al suministro de armamento avanzado a Ucrania, aunque hasta ahora no ha materializado esas amenazas. Tras el primer uso ucraniano del sistema Atacms contra objetivos militares en territorio ruso en noviembre pasado, Putin afirmó que la guerra había “adquirido elementos de carácter global” y respondió con el lanzamiento de prueba del Oreshnik, un misil experimental de alcance intermedio, sobre la ciudad de Dnipró. Sin embargo, el ataque más audaz de Ucrania se produjo a principios de junio sin este tipo de sistemas de misiles. Ocurrió cuando el servicio de seguridad SBU lanzó enjambres de drones suicidas ocultos en casas prefabricadas introducidas de contrabando en Rusia, atacando la flota de bombarderos estratégicos del país. Estos aviones habían participado en los bombardeos de Moscú sobre ciudades ucranianas durante la guerra. Al menos 12 aeronaves resultaron gravemente dañadas o destruidas en lo que Kiev denominó Operación Telaraña.
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