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» Politicargentina
Fecha: 14/07/2025 15:29
El operativo electoral de octubre no sólo traerá novedades como la boleta única en papel, sino que también marcará un hito en gasto público, puesto que el Gobierno nacional destinará $223.000 millones para organizar las elecciones legislativas, una cifra inédita que triplicaría el presupuesto ejecutado para los comicios generales de 2023. Lo paradójico es que esta elección tendrá menos categorías en disputa y menos distritos involucrados que una presidencial.En un contexto donde el discurso oficial gira en torno al ajuste y la reducción del Estado, el dato contrasta con la promesa de achicar el gasto político. Y más aún si se considera que la boleta única, según el oficialismo, venía a transparentar el sistema y a reducir sus costos. Sin embargo, esa transformación electoral, promocionada como una revolución, parece no haber tenido ningún impacto real en el presupuesto asignado.Buena parte del gasto estará concentrado en el Correo Argentino, que recibió una contratación directa por $223.000 millones para encargarse de la logística electoral. La cifra representa el corazón de una estrategia de gestión privatizada que desdibujó el rol de la Dirección Nacional Electoral (DINE) y trasladó las principales funciones operativas a la empresa postal presidida por Camilo Baldini. No es una novedad, en tanto, la misma ya había ganado terreno durante el macrismo, pero esta vez el poder de control estatal se diluyó aún más.El giro privatizador se consolidó cuando el Ejecutivo decidió transferir al Correo tareas que históricamente estaban bajo la órbita del Ministerio del Interior. A mediados del año pasado, bajo el mando del secretario Lisandro Catalán, se avanzó en una reforma administrativa que desplazó a la DINE y fortaleció el modelo de gestión empresaria de las elecciones. Todo esto, mientras desde el Gobierno se hablaba de achique, eficiencia y motosierra.En paralelo, el Correo impulsó una licitación reservada para contratar a la empresa que hará la transmisión de telegramas y el conteo de votos. Solo tres compañías recibieron el pliego y, sin anuncios oficiales, se supo por una comunicación informal que la española Indra, una vieja conocida del sistema electoral argentino, fue la elegida, con una oferta de $21.169 millones. La falta de transparencia en el proceso contrasta con la gestión anterior, que había abierto las contrataciones a partidos políticos, ONGs y actores del sector.Otro actor clave en esta transformación es Alejandro Tullio, extitular de la DINE durante los gobiernos del Frepaso y el kirchnerismo, hoy asesor del Correo y secretario electoral en Chubut. Con experiencia en licitaciones y vínculos en todo el espectro político, Tullio volvió a tener un rol central sin ocupar un cargo formal. Fue parte de las reuniones clave y se mantuvo en la mesa de decisiones que definió la estrategia nacional.
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