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  • Una vecina del barrio de Sagunto en Córdoba, en la calle por un error de trámite

    » Diario Cordoba

    Fecha: 14/07/2025 10:47

    María Rosa Jiménez aún está en shock. El pasado 2 de julio, los funcionarios del juzgado se presentaron en su casa para ejecutar su desahucio y solo le dio tiempo a recoger algunas pertenencias antes de decir adiós a la que ha sido su vivienda durante más de cincuenta años, primero de alquiler, hasta que la compraron entre tres hermanos. Según relata, el piso era propiedad de ella y de dos de sus hermanos, uno de los cuales necesitó que la pusieran como aval para reestructurar una deuda. Cuando no pudo pagar las cuotas correspondientes, el banco inició los trámites para hacerse con la propiedad. «Fuimos a pedir un alquiler social, pero aunque fui a un gestor y me dijeron que me llamarían, nunca nos lo concedieron», explica María Rosa, «luego el banco vendió el piso a un fondo y desde entonces nos lo vienen reclamando». Afectada por su situación de desamparo, explica que buscó una abogada de oficio, «que desde el primer momento me insistió en que lo vendiera, incluso nos buscó a un comprador, pero yo no lo puse en venta, quería ver si había otras salidas antes de marcharnos». Sin alternativa habitacional, antes de hacerlo, acudió a la asociación Anfane, que movió los papeles para solicitar la aplicación de la moratoria de desahucios, ya que cumple todos los requisitos necesarios para quedarse hasta el 14 de mayo de 2028. Según su presidente, Rafael Cidres, «la documentación se preparó y se le envió a su abogada para que la presentara en los juzgados». Con esta opción sobre la mesa, María Rosa, de 63 años, soltera y sin hijos, se quedó tranquila. Sin embargo, esos papeles, presuntamente, nunca llegaron al juzgado. «Cuando vinieron a casa, yo no sabía qué hacer, llamé a la abogada y no me contestó, llamé a Anfane y vino Rafael, intentó parar el desahucio, pero nos dijeron que no se había presentado nada y que había que desalojar la vivienda». Antes de irse, «cogí mis pastillas, una maleta, mi documentación y poco más, todo lo demás se quedó en el piso porque no había preparado nada, no sabía que iban a echarme ese día». Una hermana se hizo cargo de ella temporalmente mientras Anfane investiga qué ha pasado. Este periódico ha intentado conocer la versión de la abogada, que ha rehusado hacer declaraciones. «Cogí mis pastillas, una maleta y mi documentación, todo lo demás se quedó en el piso» Por su parte, Anfane afirma que el fondo de inversión le ha comunicado que se ha presentado un recurso para anular el lanzamiento, pero esta asociación no tiene constancia oficial de ese recurso a través de la letrada, que tampoco se ha puesto en contacto con la familia después de lo ocurrido. «Estamos a la espera de que nos den una explicación, nos parece una negligencia grave si ha sido un error de la abogada, en cuyo caso presentaremos una reclamación ante el colegio, ya que una persona ha sido desahuciada por ese error», explica Cidres, «no es normal que ni siquiera conteste a los mails en estas circunstancias». Sin certezas, la asociación ha solicitado permiso para que María Rosa, que está en tratamiento psicológico después de lo ocurrido, pueda entrar en el piso para rescatar sus cosas mientras buscan un piso de alquiler. «Hemos localizado un trastero para guardar sus pertenencias porque no tenemos constancia oficial de que se haya presentado un recurso», insisten. Rosa sigue sin dar crédito: «Yo aún no me creo que esté en la calle, esto ha sido un golpe muy fuerte».

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