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Parana » Informe Digital
Fecha: 13/07/2025 08:03
El testimonio del piloto Juan Pablo Pinto despeja algunas dudas, aunque aún no logra convencer del todo a la Justicia en el caso de las llamadas “valijas libertarias”. Pinto está preparado para declarar de nuevo en los próximos días ante los fiscales penal y económico Claudio Navas Rial y Sergio Rodríguez de la Procuración de Investigaciones Administrativas, así como ante el juez Pablo Yadarola. En la misma línea, también se espera la declaración de José Luis Donato Bresciano, quien fue copiloto de Pinto en la aeronave que llegó en febrero de este año al aeroparque metropolitano procedente del estado de Florida, Estados Unidos. El avión es propiedad de una empresa del empresario Leonardo Scatturice, cercano a Javier Milei. Ambos transportaban a Laura Arrieta, relacionada con la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC) y empleada de Scatturice, junto con diez valijas. Pinto, en su ampliación de testimonio, afirmó que dos de estas eran equipaje en tránsito, ya que después de unos días regresarían en el mismo avión con destino a París. Además, bajo juramento de decir la verdad, Pinto declaró que, aparte de su propio equipaje, llevaba consigo una impresora, una mochila, un inflable para su hijo y una guitarra en su estuche, solicitada por Víctor Du Plooy, empleado de Scatturice, quien le pidió que transportara el instrumento por temor a que se dañara en su vuelo comercial a Buenos Aires. El piloto presentó ante la Justicia fotos de todo su equipaje, así como los recibos de compra correspondientes. Simultáneamente, el juez Yadarola busca determinar el punto de partida en Estados Unidos del Bombardier Global 5000, si fue desde Opa-Locka o desde Fort Lauderdale, y por ello ha solicitado las imágenes de las terminales aéreas de ambas localidades donde despegó el avión. Por otro lado, el magistrado accedió al pedido de la fiscalía para identificar a los empleados de aduana que acompañaron desde el arribo del avión hasta la zona de escáneres a los dos pilotos, Arrieta y al chofer que los trasladó desde la pista hasta la terminal, conocido como “Michi”. Las imágenes de las cámaras de seguridad muestran a una mujer que lideró el trayecto y facilitó una fila especial para evitar presuntamente el control del equipaje. Tanto Navas Rial como Rodríguez consideran que las inconsistencias provienen de mucho antes. No hay coincidencias entre la documentación, los registros y lo declarado al inicio de la investigación. Pinto no observó ningún procedimiento fuera del habitual “tanto en vuelos privados como en vuelos públicos” desde su llegada hasta la zona de aduana. Por el momento, de acuerdo a las pruebas recabadas, la responsabilidad parece recaer en el procedimiento de los empleados de Aduana del Aeroparque. El presidente Javier Milei intentó restar importancia al incidente al enfatizar que no existe connivencia y que la discrecionalidad en los controles “es arbitraria del personal de Aduana”. No obstante, la Justicia no quiere dejar nada sin investigar; por ello, es probable que, tras el requerimiento de la fiscalía para identificar al personal, estos sean citados a declarar y aclaren si realmente se omitieron intencionalmente pasos o si hubo un deliberado ocultamiento en el control del equipaje.
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