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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 12/07/2025 23:03
De ANÁLISIS En el programa de televisión “Memoria Frágil” que se emite todos los sábados a las 20:30 por Canal 9 Litoral, y también disponible en YouTube (http://www.youtube.com / @memoriafragiltv16), se abordó la vida de una persona que, desde las orillas del Paraná hasta los quirófanos del mundo, Domingo Liotta fue un hombre que escuchó el latido profundo del porvenir. Con la precisión de un cirujano y la visión de un pionero, exploró los laberintos del corazón humano y los entramados del poder político. Inventor incansable, tejió puentes entre la ciencia, la salud pública y su entrañable Diamante natal. Memoria Frágil recorre la vida de quien soñó con corazones artificiales y vivió con uno de carne lleno de ideas, compromiso y memoria. Se podría decir que hay vidas que se expanden más allá de los límites del tiempo y los mapas. Y la de Domingo Liotta —este médico, inventor, pensador, servidor público— parece haber estado tallada con la misma materia de los corazones que intentó replicar en sus laboratorios: resistente, palpitante, tenaz. Nacido en la ribera entrerriana, en la ciudad de Diamante, fue hijo de inmigrantes italianos y heredó de ellos no sólo el idioma de la esperanza sino también el pulso constante del trabajo y la superación. Aquel niño que caminaba las aulas de la escuela primaria soñó con estudiar Medicina y lo hizo con la voracidad del que intuye que su destino lo empuja hacia algo más grande que sí mismo. Gracias a los testimonios de Gino Segura Oliva, Patrick Liotta, Víctor Acosta, Fabián Oliva, Pablo Morkocich, Virginia Bordón y la voz de archivo del propio Domingo Liotta, Memoria Frágil se aproxima al umbral de una vida que ha extendido la vida. En Córdoba, en París, en Houston, y más tarde en Buenos Aires, su nombre comenzó a ser pronunciado en voz alta por aquellos que sabían que la cirugía cardíaca estaba a punto de ser transformada. Inventó. Escribió. Sanó. Su búsqueda por el corazón artificial no fue sólo una obsesión técnica, sino también una cruzada humanista: darle más tiempo a la vida, cuando el corazón propio ya no podía sostenerla. Pero Liotta no fue únicamente un médico brillante. Fue un hombre de Estado, secretario de Salud en el último gobierno de Juan Domingo Perón, secretario de Ciencia y Tecnología con Carlos Saúl Menem, precandidato frustrado en la política entrerriana. Y, pese a haber vivido en la cúpula de la medicina y de la política, nunca olvidó la costa del río que lo vio nacer. Diamante fue siempre su ancla y su faro. Su vida —tan vasta como un delta de pasiones, ideas y luchas— es ahora narrada como merece: con imágenes, voces y memoria, en este documental que intenta, de algún modo, tocar lo intangible de una existencia irrepetible. Domingo Liotta, el que siempre volvió a su pueblo El médico entrerriano Domingo Liotta fue uno de los más importantes cardiólogos a nivel nacional e internacional, surgidos desde Entre Ríos. Fue secretario de Salud en el tercer gobierno del general Juan Domingo Perón y uno de sus principales asistentes médicos hasta el fallecimiento del presidente. Fue un fallido precandidato a gobernador de Jorge Busti a fines de los ’80 y secretario de Ciencia y Tecnología del gobierno de Carlos Menem. Falleció meses antes de cumplir 98 años, el 31 de agosto de 2022. Gino Segura Oliva “Primero que es un honor hablar de él y una responsabilidad enorme. Porque tenía -como los diamantinos lo conocíamos- un montón de historias, por ahí a una figura que se la veía tan lejana, pero que a la vez compartía el barrio de tu casa, compartía… vivía enfrente del club donde asistís a veces a los partidos todos los domingos, y traes a tus primos, a tus hijos, a hacer las prácticas de fútbol, y eso lo hacía un poco más terrenal. Pero, charlar con Domingo era muy interesante. Nosotros tuvimos la oportunidad en 2018 de hacer una entrevista con él muy linda, contando parte de su historia, con la producción en ese momento de un programa llamado ´Bar Abierto´. Y, bueno, y para nosotros gestionar, producir toda esa entrevista fue un desafío enorme, porque imagínate hablar con una persona reconocida a nivel mundial y que vive en el vecindario de tu casa. Entonces, tener una charla tan simple, pero a la vez tan compleja, ¿no? Y fue una experiencia muy linda. Yo lo recuerdo con muchas ganas, con mucho entusiasmo, con mucha alegría”. Patrick Liotta “Primero que éramos muchos hermanos, y después que mi viejo estaba hiper ocupado. Yo era malo jugando al fútbol, así que jugaba al rugby. ¡Nunca me pude ir a ver un partido! … Entonces, yo esas cosas sí… Yo en un momento, de hecho, soy el menor de 6, así que era bastante rebelde… era un tipo que me enojaba con él. Me acuerdo que me fui de mi casa a los 18-19, me fui de mi casa al Sur a vivir, no lo quería ni hablarlo, me llevaba mal literalmente con él. Pero, por suerte, cuando él ya estuvo ya más más grande, y yo también pude entender la dimensión de la obra de él y que no me haya ido a ver un partido de rugby, es lo que menos importa por el bien que hizo a la humanidad, ¿no? Porque lo de él es, estamos hablando de un pionero en cirugía cardiovascular cuando no había nadie. Estuvo en el momento justo en el la época justa, con las ideas muy brillantes, y se y se juntó con la gente adecuada. Entonces, hoy entender eso le perdonó todo. Igual, él tenía algo que era muy lindo… y él, dentro de su ocupación tremenda, él cada tanto nos llevaba de viaje. Entonces, era como su manera de ganar el tiempo perdido… y por suerte conocí Europa muy chico y todas cosas con él que también son recuerdos entrañables, ¿no?”. Víctor Acosta “Tengo 66 años ya. Y, bueno, siempre valoré la figura de del doctor Liotta. Y desde la docencia, cuando el grupo que estábamos en aquel entonces, el de directivos y todo promovimos que fuera personalidad destacada de Diamante. Después, el Concejo Deliberante lo nombró así. Pero, nosotros tuvimos el honor de darle como escuela, como institución, de darle nuestro reconocimiento en un presente que le hicimos en el acto principal de ese nombramiento, de ese reconocimiento. Y en cuanto a mí, siempre… yo siempre quise… lo tengo presente en mis lecturas y en mi literatura. Para el que no me conoce, yo tengo 15 libros editados y en tres o cuatro libros está el doctor Liotta, sí o sí. Pero, no como una personalidad diamantina solamente, sino que como, porque yo hablo solamente de distintos aspectos de la cultura entrerriana, sino como una personalidad entrerriana que se ha destacado a nivel nacional y a nivel internacional. También teníamos la literatura de él en nuestra biblioteca. Yo soy bibliotecario. Y así que yo creo que todo el elogio va a ser poco para que Diamante lo tenga en cuenta a nivel mundial, digamos. Todo elogio es poco por lo que brindó a la ciencia mundial, pero también como persona… La persona… él pudo haberse ido de Diamante y no volver nunca más porque era recibido, bien recibido por todo el mundo, especialmente por Estados Unidos. Sin embargo, siempre volvía Diamante… a caminar sus calles, a visitar sus escuelas, a compartir con nosotros y con los alumnos… se me pone la piel de gallina… y siempre tuvo los pies sobre la tierra. Nos hablaba como que era uno más, un vecino más de Diamante, y bueno, y eso no todo el mundo lo tiene, de ser una personalidad reconocida a nivel mundial y que tenga tan grande la humildad, tan grande la humildad. Y bueno, seguramente ya saben que por Diamante trajo la Colonia de rehabilitación mental y aparte trajo el Conicet, digamos, en el Instituto de Investigaciones que tenemos en Diamante. Si él hubiese podido hacer más cosas por Diamante, la haría porque amaba a su pueblo, amaba a su pueblo”. Fabián Oliva “Él siempre hacía referencia a nuestra ciudad, a nuestro pueblo, porque realmente yo creo que él nunca… yo una vez le pregunté, un poco hablando de la juventud, y él le decía: “Doc, ¿y usted qué anduvo por todo el mundo, que vivió mucho más afuera que acá, siempre Diamante? Sí, dice, mirá, yo fui, la verdad que pasé por muchísimos países, situaciones, clínicas. Soy agradecido porque él era muy agradecido, me atendieron muy bien, me dieron oportunidades, confianza, afecto. Sin embargo, yo siempre me sentí sapo de otro pozo, dice, yo siempre quería estar en la Argentina y en Diamante. Por cuestiones laborales y demás anduve por el mundo, pero siempre quise volver, siempre tuve eso. Porque hablábamos de esta cuestión de los chicos jóvenes que por ahí está muy en boga irse a desarrollarse otros lugares, y él decía que no es fácil, que él, a pesar de que él fue, obviamente, con una situación privilegiada generada por él mismo, como era ser un hombre de la medicina y de la ciencia de punta, y con todas las atenciones que significaba eso, él siempre quería volver acá. Así que, bueno, de alguna manera él no pudo involucrarse mucho en la medicina asistencial porque, obviamente, no era su trabajo el hacer medicina o atender gente en nuestro pueblo. Su trabajo era otro, por supuesto… dedicarse a la cirugía, a aportar toda la experiencia y demás”. El médico Domingo Liotta nació en Diamante en 1924. Hijo de inmigrantes italianos, cursó sus estudios primarios en la Escuela Independencia de su ciudad natal, y los secundarios en el histórico Colegio del Uruguay, de Concepción del Uruguay. Tenía 19 años cuando se fue a estudiar Medicina a la Universidad Nacional de Córdoba, y obtuvo su graduación en 1949. Hizo la carrera en no más de 6 años. Poco después obtuvo su doctorado en Medicina y Cirugía. Pablo Morkocich “Creo que el doctor Domingo Liotta, en esa simbiosis del científico y del hombre pueblerino, del hombre que siempre quiso volver a su lugar en el mundo, fue quizás también aquel que generó ese estereotipo de bajo perfil y que a lo mejor fue también lo que llevó a que todavía no se conozca lo que ha hecho y la magnitud del trabajo que ha realizado. Cuando vos decís, no se lo reconocen Entre Ríos, yo digo, ¿cuántos de ustedes, de la gente de nuestra provincia querrán tener en su pueblo a un a un doctor Domingo Liotta. Yo por ahí también digo a un a un a un Hernán Pujato, ¿no? También que es diamantino, ciudadano ilustre, y que llegó por primera vez a la Antártida. Pero, digo, son estas personalidades que indudablemente todavía, al no ser reconocidas, siguen dejando un nicho que indudablemente puede servir y mucho para el conocimiento de nuestros gurises y sobre todo para la para la pertenencia, ¿no? (…) El otro día -lo hablaba con su hijo Patrick-, y yo lo sé también si en estas cuestiones no se entremezclan las situaciones ideológicas, partidarias, de estas de esta de este caminar que tenemos muchas veces en la Argentina por veredas enfrentadas. Pero, indudablemente, en algún momento alguien tendrá que poner ese claro sobre ese oscuro que todavía hay y que existe en la historia del doctor Domingo Liotta, ese oscuro que es el del desconocimiento, ¿no? Porque la claridad está en lo que la cardiología y la cirugía cardiológica ha avanzado en el mundo a partir de un Domingo Liotta. Y esto lo reconocen en Estados Unidos y en todo el mundo. Nos falta a nosotros y quizás sea también, porque como es algo tan específico, porque como por ahí tiene que ver más con cuestiones estrictamente técnicas y que no llegamos a dimensionar, por ahí a lo mejor eso es lo que nos falta todavía decodificar a la hora del reconocimiento. Pero, en definitiva, Liotta hoy es un apellido reconocido en el mundo por aquel primer corazón artificial, por todo lo que significó eso y todo el desarrollo que vino después. Pero, además, porque fue un hombre que para la Argentina le ha dado mucho. Y específicamente en el caso nuestro para los diamantinos. Nosotros acá tenemos un hospital Colonia de Salud Mental gracias al doctor Domingo Liotta. Aquí nosotros tenemos un centro de investigaciones, es ejemplo en el país… del Conicet, que es gracias al doctor Domingo Liotta. Y así seguramente si recorremos el país, nos encontraremos también con estas experiencias o con colegas del doctor Domingo Liotta, que seguramente han tomado algo de sus conocimientos. Entonces, si vos me preguntás qué nos está faltando, y seguramente lo que nos falta es un montón de reconocimientos que tenemos que hacer de la historia de nuestro país y en donde generalmente lo llevamos agua para nuestro molino de acuerdo a cómo pensemos o en qué lugar ideológico nos paremos, ¿no?”. Patrick Liotta “No había medios. No había medios, o sea, lo que logra él en Córdoba en el año ´60 junto al ingeniero (Tomás) Taliani es digno de admiración. De hecho, los norteamericanos querían venir a conocer a Taliani y, pues, no podían entender cómo un tipo salta, de hacer microelectrónica en aviones, hacer bioingeniería de este a este nivel. No lo podían… en realidad, lo que pasa es que mi viejo lo formó a Taliani, y Taliani se enamoró de esta idea de ser un corazón artificial. Pero, en el fondo había limitaciones. O sea, llegaron a un punto que fue fantástico, que fue lograr una sobrevida en perros de 13 a 14 horas. Eso fue un hito, en el año ´60. Pero ya en el ´61, cuando él se instala en Estados Unidos, había otros medios, más universidades, cómo es allá… Mucha más facilidad en cuanto no había problemas económicos, no había problemas, o sea, ya empezaban a poner, apostar este tipo de investigaciones. Pero, él siempre decía, váyanse, fórmense y vuelvan. No sé, vuelvan a su país. Siempre van a ser tratados como extranjeros, no importa lo que hagan… no importa lo que hagan, siempre van a ser un extranjero, vuelvan a su país y traigan lo aprendido para para para su país. Era algo que él siempre me repetía. Por eso, cuando yo me vengo y me instalo después finalmente, yo estuve también viviendo afuera, y me vengo a cada Diamante a vivir, él estaba… ¡Entendiste todo! Me decía. Fue como muy muy enriquecedor, ¿no? Y muy lindo, muy grato a nivel personal poder llegar a esa súper, digamos, esa unión padre e hijo que tuvimos al final”. Gino Segura Oliva “Creo que fue una figura que Diamante va a recordar, obviamente, en su eternidad, como lo va a recordar el mundo entero por sus logros científicos. Pero, como un vecino, como un ciudadano, también lo vamos a recordar y lo vamos a querer, y vamos a querer que muchas personas de Diamante sigan ese ejemplo y sean como él. Sobre todo, como humano, como ser humano, como persona que nos dejó muchísimo a los diamantinos también (…) Hay un trabajo muy grande de su familia, de instituciones, de su hijo Patrick, que él no dudó en reabrir las puertas de esta casa, que es donde estamos hoy haciendo este informe, que muestra mucho su historia, porque acá donde estamos parados, donde estábamos sentados recién, es donde él craneó toda esta historia que escribió después, donde él tenía su cable a tierra, donde él disfrutaba su tranquilidad, su soledad, sus momentos, su creatividad salía de acá. Entonces, hoy pisar este lugar y que, aparte, se haya hecho un museo, esté al alcance de cada uno de nosotros todos los artefactos con los que él convivió, creó, estudió, y hoy poderlo tener al alcance de los chicos de secundaria, de primaria, de personas comunes como nosotros, que podamos llegar a acceder a eso y ver, por ejemplo, el primer prototipo de corazón artificial acá en Diamante, eso creo que hoy está revalorizando cada vez más el nombre del doctor Domingo Liotta… que para los diamantinos, para por ahí, por cuestiones tal vez contemporáneas, de tiempos, de edades, muchos hoy no lo conocieron, no pudieron, no tuvieron la oportunidad de hablar con él… pero, otros sí tuvimos la oportunidad de hacerlo, de conocerlo, y creo que está en nosotros el trabajo de contarles a nuestra descendencia, a quien no tuvo la oportunidad de conocerlo, quién fue y cómo era, sobre todo, en lo personal, en la intimidad, el doctor Domingo Liotta. Y que yo creo que eso, para quien lo conoció, no va a morir jamás”. Liotta siguió sus estudios médicos en Francia, donde comenzó a profundizar en cirugía torácica y cardíaca. Y en 1958 se volvió a la Argentina, precisamente a su amada Córdoba, para empezar a trabajar sobre el corazón artificial, que fue su obsesión profesional y, de alguna manera, lo catapultó a nivel internacional. La publicación de sus estudios lo llevaron a ser contratado en Houston, donde consiguió el reemplazo total del corazón con un corazón artificial. Domingo Liotta “El primer cambio que he tenido, no cuento los años que estuve de entrada en Francia cumpliendo la residencia. La residencia médica es casi una obligación después de estudiar medicina. Entonces, pero los cambios que eso no lo cuento, muchos años que, como 6 años que estuve en Francia completando eso. Pero, después, hay un gran cambio. Cuando me doy cuenta que estaba en sus albores la cirugía cardiovascular, que quería pasar a la cirugía cardiaca, de la cirugía general a la cirugía cardiovascular. Entonces, ese fue un gran cambio que me llevó 11 años de estar en los Estados Unidos. No había nada afuera en ese momento de los Estados Unidos en esta especialidad, y ahí se distinguía un doctor que se llamaba Michael E. DeBakey, Denton A. Cooley, E. Stanley Crawford; tres grandes cirujanos cardiovasculares, ya se distinguía un poco en la Universidad de Baylor. Entonces, ahí me crucé… eso es un gran cambio realmente, es un gran cambio e inicia uno otra senda de trabajo. Y ahí creamos la asistencia circulatoria. Después le puedo decir unas palabras sobre la asistencia circulatoria, y también el corazón artificial. Pero, sobre todo, lo interesante en la asistencia circulatoria no se saca al corazón en el enfermo. Se le agrega otro ventrículo izquierdo, otro corazón para que lo asista, porque se llama asistencia. Por ejemplo, ahora en este momento que estamos utilizando bombas de flujo continuo, bombas de flujo continuo, por ejemplo, nosotros ahora como estamos sentados así un poco en actividad, tenemos unos 6 litros de sangre por minuto, bombea nuestro corazón. Entonces, le hacemos bombear 2 litros al corazón natural, al corazón natural siempre tiene que contraer y 4 litros a la bomba artificial, y eso es la asistencia circulatoria, que ahora hay miles y miles de pacientes en asistencia circulatoria que se utiliza también para trasplante. Enfermo que están muy mal, en una línea pésimamente mal, entonces, los cuales en un año se pierden 50 por 100 de los pacientes en esa línea. En esa línea se benefician entonces poniéndole la asistencia circulatoria y después trasplantarlo”. Patrick Liotta “Una de las válvulas que inventó se sigue usando permanentemente. Hoy, no se cambió nada de lo que él hizo, nada. Porque en general, en este tipo de cosas, viene otro y te modifica una piecita, viene otro y te dice, ¿ya va? Listo, obsoleto, empieza otro nuevo, y te modifican aquello… es mejor, esta válvula no se tocó más, es la que sigue funcionando, una biológica. Pericuspide es biológica porque tiene parte de porcino y parte, digamos, de materiales que no son rechazados por el cuerpo. Pero sí, es impresionante que nunca quiso abrir una clínica privada, nunca quiso, siempre trabajó, siempre… Mirá, Perón, por ejemplo, lo mandó a China en el año ´73, como fue la primer comitiva oficial Argentina en visitar China, fue la primera. En realidad, Perón quería traer chinos a la Patagonia. Pero, bueno, pasó esto… fue esta comitiva, y en una conferencia de prensa, esta es muy interesante, en una conferencia de prensa, un periodista chino le pregunta, le hace un cuestionamiento, porque en China, en la orilla del del río Yangtsé, gigante, el río de China, los pescadores comen… mucho con la mano y absorben el pescado, ¿no? Y el arroz y todo junto. ¿Y qué pasaba? Muchas espinas se les quedaban atascaditas y algunos se hacía úlcera, otros pasaban y otros no pasaba y se podían morir. Mi papá se estaba por corazón, hablando de corazón, y este hombre le preguntó por unas espinas cuando comés pescado. Mi viejo se quedó duro y le dice: no, no, perdón, yo estoy hablando de otro tema acá. Pero no se olvidó. Seis meses después, me contó, iba caminando por el Hospital Italiano en Buenos Aires, donde él fue jefe por 20 años, y dice, ya sé lo que hay que hacer… e hizo toda una técnica para curar a las espinitas del corazón. Se la terminó mandando a los médicos chinos, andá a saber cuántos chinos salvó con eso, no tiene ni crédito por eso. Era un tipo que permanentemente estaba peleando por la vida, ¿no? Peleando… un luchador por la vida. Eso es, un tipo que era incansable. Pero no quería, digamos… no le importaba tanto que lo reconozca todo el mundo. Porque, de hecho, -como te digo-, mucha gente no sabe quién fue”. Domingo Liotta nunca se quedó cruzado de brazos. Era un generador de ideas y proyectos todo el tiempo. Fue miembro de numerosas sociedades médicas de diversas partes del mundo, propietario de doce patentes de invención en Argentina, Estados Unidos y Francia. Fue el autor de cientos de publicaciones y libros científicos, también de más de cien libros de humanismo médico en idiomas inglés y español. En el regreso del general Juan Perón a la Argentina y su retorno al poder en 1973, el presidente lo designó secretario de Salud Pública de la Nación. Creó un “Sistema Nacional de Salud Pública” y firmó varios acuerdos históricos con los gobiernos de China e Israel. Pese a ser un encumbrado médico o funcionario nacional, siempre tuvo presente a su ciudad de origen, a Diamante. De hecho, se reencontró con uno de sus amigos, Neye Taleb y desarrollaron juntos dos proyectos por calidad de vida en Diamante. Uno fue la erradicación de ranchos y la construcción de 286 viviendas de material, no sólo en los barrios cercanos a la costa, Puerto Viejo, Puerto Nuevo, sino también otros barrios carenciados. Y también apostó a la Colonia de Salud Mental, en las instalaciones del entonces Regimiento del Ejército, lo que fue un desafío para la ciudad. Domingo Liotta “Pero la decisión mía, en esa etapa, de volver al país… eso para mí ha sido extraordinario también, es un cambio fundamental, y vine como que jefe de cirugía del Hospital Italiano, de cirugía cardiovascular. Decir, en eso tuvo una gran influencia mi señora, porque yo quería irme a Italia unos años. Y ella me dijo: si nosotros nos vamos de Houston, nos vamos a la Argentina, pero no a otro país… estaba asustada la pobrecita, ya llevaba muchos años afuera. Yo afuera… uno no deja de ser un extranjero, o sea, por más que esté muy bien y que domine hasta la lengua, que es importante, que uno debe dominar la lengua extranjera. Y, entonces, acá también fueron 20 años de jefe de cirugía del Hospital Italiano. Eso fue muy importante, porque en ese período de tiempo también tomo contacto con la República Popular China, y por 23 años fui y ayudé a los chinos a desarrollar la cirugía cardiovascular… 23 años, del año ´73 hasta 1996”. Fabián Oliva “También estuvo mucho en la educación universitaria en Buenos Aires, en el Ministerio en los años ´70 del de la Nación, ¿no? Pero, acá en Diamante, cuando tuvo la oportunidad, nos ayudó bastante institucionalmente con la creación o terminar de darle forma a la Colonia de Salud Mental, que es una institución de salud mental de nuestro de nuestro pueblo, que se emplazó dónde estaba antiguamente el Regimiento de Artillería acá en Diamante que fue en los años ´70. Después, él volvió a hacer un aporte en los años ´90, también nos ayudó mucho con la creación, ahí ya más directamente también, del centro de investigaciones que hay acá en Diamante, asociado al Conicet, él tuvo mucho que ver en el impulso de esta institución. Bueno, fue reconocido también por muchos gobernantes, el CIC, que es nuestro Centro Integrador Comunitario lleva su nombre con mucha honra. Así que, bueno, este, y la verdad que cualquier vecino podía venir a golpearle la puerta y conversar un rato con él. Sé de algunos casos que él… y la verdad que a él le gustaba prestar atención e involucrarse con la gente. Como conversamos a veces con Patrick, su hijo, él era una persona muy de los libros, de la charla, con los íntimos, de estar… No era una persona súper social, digamos, pero es lo que yo lo conocí, vuelvo a repetir, dentro de la última etapa de la vida, en la cual tuve varias la oportunidad maravillosa de tener varias charlas y conversaciones con él, ¿no?”. Pablo Morkocich “Su bajo perfil, quizás fue la contracara de su inmensidad científica. Y entonces, él cada vez que generaba algo que tenía que ver con un antes y un después en la salud del mundo, lo fue primero con el corazón artificial y después con todo el trayecto, con toda la trayectoria que tuvo, inclusive como docente. Inclusive, con este último libro que hizo de anatomía y el de fisiología que no terminó, inclusive con la Universidad de Morón y todo lo que hizo en el Conicet y como secretario de como ministro de Salud de la de la Nación. Cada vez que sucedía eso, él sabía que había un lugar en donde bajaba a tierra. Y era en este actual Jardín Agatina que su hijo Patrick ha puesto en valor: es su casa. Era venir a Diamante. Era encontrar en el silencio de esa casa o en el murmullo de los ecos sonoros de nuestro pueblo o en el canto de los pájaros, donde Domingo Liotta encontraba esa paz que necesitaba y que eligió siempre porque nosotros conocimos al doctor Domingo Liotta y a sus hijos porque en las vacaciones nos encontrábamos siempre. Los veíamos siempre, y particularmente yo recién de grande, pude conocer todo lo que había hecho Domingo, ¿no?”. Gino Segura Oliva “La ciudad que a él le daba tanta satisfacción y que, como repasaban hace un ratito, era una ciudad que él anhelaba todos los días su cable a tierra y que por ahí compartía y decía, ¿por qué no estoy en Diamante hoy? Y con ese dejo de nostalgia también, recordaba a su Diamante natal en cada lugar donde él esté. Él estaba muy orgulloso de su ciudad, y nosotros tenemos que estar muy orgullosos de que él haya sido diamantino también, y que así lo recuerde a nuestra ciudad. Y, bueno, sin duda que este museo hoy tiene que ser revalorizado todos los días, puesto en una agenda cultural para las instituciones locales y provinciales y te diría que, hasta nacionales, porque es algo muy grande que se ha logrado en la historia de este de este médico, de este doctor, de esta persona única como fue Domingo Liotta”. Víctor Acosta “Me la contó alguien muy cercano a él, que cuando su hijo se fue a Estados Unidos a trabajar allá -el traumatólogo- me contaron que él dijo: yo voy a trabajar a Estados Unidos, pero por mi cuenta no voy a decir que soy el hijo de Domingo Liotta, porque me van a abrir todas las puertas y no va a ser por mi mérito. Y bueno, en esa búsqueda de trabajo y de realizarse como profesión, tiene que ir a una Universidad, creo que en Houston me parece, y me cuenta, esto es lo que me asombró a mí, dice que él fue por sus medios y resulta que lo hacen cruzar por un auditorio gigante, y cuando pasa por el auditorio, sin decir él que era el hijo, dice que el auditorio, ese gigante, se llamaba Domingo Liotta. Esa es la anécdota que a mí me contaron alguien muy allegado a la familia. Y, bueno, una hermosa anécdota. Y bueno, y también habla de que cómo creó a sus hijos, ¿no? Que no se valen del nombre grande que tiene el papá, sino que quieren valerse por sí mismo para salir adelante (…) Nos contaba de sus anécdotas cuando era chico, que jugaban en el patio ahí. Bueno, todo eso todo eso me marcó en lo literario para yo transcribirlo en mis libros, ¿no? Y, bueno, así que nos ha dado mucho el doctor Liotta y nosotros nos sentimos muy orgullosos como diamantino, nos sentimos plenamente orgullosos. Creo que es la personalidad más grande que ha dado esta ciudad, sin duda, sin duda. Ha dado muchas personalidades, incluso Entre Ríos, muchas personalidades, pero creo que Liotta está entre los números uno de Diamante y de la provincia de Entre Ríos”. Jorge Busti lo convenció de ser precandidato a gobernador a fines de los ’80, en tiempos en que la política -de la mano de Carlos Menem- buscaba nuevos referentes, sin cuestionamientos y con un perfil profesional o empresario. Liotta se había entusiasmado con la idea y estaba dispuesto a desarrollar ideas y proyectos para la provincia, pero Busti, finalmente, optó por Mario Moine. El médico diamantino ni siquiera participó de la interna peronista de diciembre de 1990, donde triunfó la fórmula Moine-Hernán Orduna. Y reapareció en la escena pública con el gobierno de Menem, como secretario de Ciencia y Tecnología, lo que ejerció entre 1994 y 1996. A la vez, fue interventor del Conicet. Desde esos lugares de poder dio impulso a la construcción de 3 Centros de Ciencia e Investigación. Uno de ellos en su ciudad, Diamante. Fue otro convenio entre Municipio y Nación. Lo firmó con un Intendente radical, Humberto Ré, y la construcción también con personal oriundos de Diamante como ingenieros y arquitectos. Patrick Liotta “Nunca olvidó sus raíces. Pensá que él fue secretario de Salud pública en el año ´73-´74, hasta el día de la… fue médico personal del general Perón… y él en esa época, una de las cosas que le tocó hacer es recorrer -como secretario de Salud pública- los hospitales psiquiátricos de Buenos Aires. Eran lo más parecido a una película de terror: el Borda, el Moyano, él salió espantadísimo. Y entonces le dijo a Perón, ¿por qué no abrimos en Diamante un lugar más abierto, una colonia de salud mental que está el Regimiento 3 de Artillería Montada, que había quedado abandonado en el año ´67. Y Perón con un llamado telefónico dice, inmediatamente le dan a Liotta los terrenos y se acabó. Listo, se acabó, con un llamado, y pensá que desde el año ´74 funciona esta colonia de salud mental que está ´requete´ activa, muy activa. Después, ya en los ´90, cuando él fue presidente del Conicet, también con el gobierno de (Carlos Saúl) Menem, no se olvidó de su Diamante querido y pudo hacer el Centro de Investigaciones un, digamos, una sede del Conicet acá en Diamante. Nunca se olvidó… nunca… nunca. Y si hubiese vivido más, creo que seguía haciendo cosas (…) Una de las cosas que a veces la gente no sabe, pero el primer puesto en la Quinta de Olivos estable, digamos, él hizo poner una guardia permanente por la salud de Perón, y eso se mantuvo. La guardia permanente de la Quinta de Olivos fue idea de él… dijo, porque claro: cuando el presidente se descompone acá y hasta que llegamos a un hospital no… guardia permanente en Olivos. Fueron cosas que pasaron. Pero, él era un tipo de perfil bajo, un tipo que no… o sea, tiene sus méritos y es reconocido más en el ámbito médico, científico y más específicamente cardiovascular, porque muchos médicos no saben quién fue, que no se dedican al corazón, en general los que se dedican al corazón casi que lo tuvieron que estudiar. Pero, él no era algo que le preocupaba mucho la fama y eso. Él estaba más en educar, en seguir enseñando, ¿no? Él fue un apasionado de la cirugía, por un lado, de todo lo que era el estar en un hospital y tratar enfermos; y, por otro lado, la docencia (…) No está en el lugar para mí que merece en la historia. Y Entre Ríos, más allá de la parte política, realmente, hay que correr la parte política a un lado, pues la obra de él es abismal comparado con lo político, o sea, no tiene nada que ver. No si venía un radical él, no, no te opero, no, no pasaba, él era un tipo que le tocó, ¿sí? Le tocó por una cuestión de un tío mío, en realidad, que fue el que un poco lo propuso para ese cargo, y Perón enseguida lo quiso. Pero, él, de hecho, se rehusó al comienzo, no quería ser el secretario de Salud pública, le dijo que no era no era un tema de él, era que necesitaban otro tipo de persona que esté en planeamiento. Él estaba en algo muy concreto que era corazón, y le dijo, Perón, no, yo no soy la persona. Pero Perón lo quería porque él era un tipo reconocido a nivel mundial, y Perón no era tonto, entonces, dijo: no, yo lo quiero a usted. Y al final lo convenció, pero hizo lo que hizo, hizo una ley… la ley de Salud Pública y la ley sanitaria nacional. O sea, por unanimidad en el congreso, eso lo presentó en la en la Organización Mundial de la Salud. Lo copió Israel, lo copió Canadá a la ley Liotta. Pero, después, cuando muere Perón, al tiempo, la los militares y también los sindicatos no quisieron y la derogaron porque no les convenía, digamos, por decirlo. Pero, bueno, el tipo siempre y eso y, perdón, y de China, y te cierro lo de China: 23 años formando médicos chinos, sin cobrar un centavo, por el simple hecho de mostrarles cómo es la cirugía en occidente. China, cuando él fue, me lo contó, llegó a conocer un paciente que estaban operándolo a corazón abierto, y la anestesia era con acupuntura. El tipo estaba despierto. ¿Vos podés entender eso? Tipo estaba despierto con el corazón abierto, le estaban así, le decían, quédese tranquilo, el tipo se queda así tranquilo. Mi viejo decía, no, no, esto es una locura. Los chinos seguían todavía con las anestesias milenarias, tocaban puntitos… imagínate hacer eso, ahora nada, ¿qué van a hacer eso? Están todos con anestesia. ¿Quién puede soportar una cosa así? Solamente un chino con una calma tremenda, porque si no cualquiera entra en pánico de ver una cosa así… pero, ellos… él vivió esa época, ¿no? Es esa transición donde la medicina cardiovascular estaba muy en pañales y él fue de los que la llevó a buen término”. Liotta dejó la función pública y siguió trabajando en su especialidad profesional como médico y su rol humano, salvando cientos de vida cada año. Y siempre estuvo cerca de Diamante, más allá del paso del tiempo y de su edad avanzada. Nunca pudo estar lejos de su terruño, aunque pocos lo reconozcan desde la política. Y lo hizo hasta su muerte, en agosto de 2022. Pablo Morkocich “Despojado de cuestiones que tuvieran que ver estrictamente como económico. Patrick también me decía hace algunos días: ´con todo lo que hablamos de mi papá, la gente piensa que somos multimillonarios´. En realidad, él tuvo un corazón idealista, tuvo vocación, tuvo convicción y tuvieron un buen pasar. Pero, nunca fue más importante la plata, el dinero, que lo que tenía que ver con la salud (…) No se puede creer lo que no se conoce, y creo que en esto está la pertenencia. Creo que los entrerrianos seríamos mejores si pudiéramos encontrar en la historia de los Domingo Liotta, de los Hernán Pujato, de los Víctor Velázquez, y de los de tantos pro hombres que ha tenido esta provincia. Ese reconocimiento por conocer lo que han hecho. Porque en definitiva nos han marcado el camino. Yo creo que una vez que encontremos en la historia de ellos el verdadero camino a seguir, dejaremos de tomar atajos para saber que justamente en el camino que ellos marcaron está el futuro que todos merecemos”. Virginia Bordón “En primer lugar, yo al ser médica, sabía, digamos, de él, de la existencia de él, también porque el lugar donde trabajo se llama ´Doctor Domingo Liotta´ … y bueno, y sabía que había venido a su casa. Así, que una tarde yo vivo cerca en el barrio, iba caminando y estaba ahí asomado a la puerta de la casa mirando la calle, y no había muchas personas, así que yo dudé por esta cuestión de una persona, digamos, de no molestar a una persona importante que está en su casa, pero me animé y decidí saludarlo y presentarme como colega, y expresarle mi admiración. Así que habrán sido unos minutos que nos encontramos, él me saludó, me preguntó de dónde era… sonrió, fue como muy amable. Y bueno… fue eso y yo después me despedí, no habrá habido mucho otro intercambio de palabras. Creo que yo estaba como también tratando de no molestar, pero al mismo tiempo creo que no sabía muy bien cómo seguir esa charla, ¿no? Por la admiración de alguien que de tanta trayectoria y que está ahí, al lado de una, ¿no?”. Patrick Liotta “Un poco mi misión es esa. Yo siento que al volver estoy tratando de justamente ponerlo en el lugar histórico que él se merece. No hay manera de calcular las vidas que salvó. Es imposible. No solamente los que salvó, sino los hijos que tuvieron los que él salvó. No sabemos hasta dónde llega él. Estoy trabajando todavía en un documental y estuve con gente muy importante que hoy están en lo que es la última generación en órganos en corazones artificiales, y todos hablando maravillas de él, diciendo cómo empezó todo, ¿no? Este entrerriano, este diamantino, que sorprendió al mundo, literalmente”. Víctor Acosta “Como tantos nombres que, ¿no es cierto? Que somos encima… tenemos la mala costumbre los argentinos de valorar a esas personas cuando se mueren… cuando se mueren, no en vida. Por eso, uno de los argumentos por los cuales quisimos nombrar la personalidad destacada es que había que hacerle un homenaje en vida. Porque somos de festejar la las muertes y, bueno, sí, es verdad… estoy de acuerdo con que tendría que saberse más, tendría que estar en todos los libros de los entrerrianos especialmente. Pero, también de los argentinos, tendría que estar en la currícula de la educación formal de todos los niveles, de todos los niveles. Pero, bueno, es lo que hay, digamos… es lo que hay… Hay mucha falta. Yo me animo a decir, de acuerdo a mis investigaciones, que hay muchos agujeros en la educación, lamentablemente. Hay muchos agujeros en la educación. Por ejemplo, el Conicet… estamos hablando del Conicet… en el Conicet, bueno, me voy a ir de boca, pero bueno, lo digo: me doy cuenta que lo que investigan los científicos es algo extraordinario. Es algo que nosotros lo debemos agradecer todos los días lo que investigan esa gente… y lo que día a día y acá y todo el todo el tiempo. El tema es que no llega a la gente esa investigación, no llega a la gente. Yo he tenido en mis manos los paper, los paper son los trabajos científicos, están hechos en lengua científica, si lo lee cualquiera no lo entiende, no lo va a entender. Y bueno, y todo eso que van descubriendo los científicos no llega lamentablemente. Llega así a las revistas especializadas, a los sitios especializados, los blogs especializados, incluso a nivel internacional pueden dar vuelta al mundo, pero esa información no llega a la gente. Por lo menos en el tiempo que yo hubiese querido, ¿no es cierto? Y bueno, ese es otro… y así es una falta de reconocimiento, falta esa extensión entre el científico y la gente y bueno y obviamente faltan otras cosas más, ¿no es cierto? Qué sé yo. Podría nombrarle montones de cosas que tendría que estar en la educación formal, en los distintos niveles de la educación formal, pero bueno. Ahora estamos hablando del doctor Liotta, que lo merece, lo merece ampliamente, merece cualquier homenaje que se le haga documental, película, estudio, libro, canciones, todo lo merece este hombre que ha dado todo por la ciencia, ¿no? Y, bueno, y por la educación también. Y la universidad, ¿no es cierto? Ha fundado universidades. Así que y lo repito porque la gente no lo sabe. La gente no lo sabe. Y capaz que los de China, los de Francia, saben más de Liotta que nosotros, ¿no? Mejor dicho, que nosotros los que estudiamos el tema estamos conscientes de eso, pero no la generalidad de la gente que podría saberlo a través de la educación. Si todas las generaciones de los distintos niveles de la educación lo supieran, listo, ya está, ya está. Pero, bueno, hay que seguir luchando para se subsane medianamente esta falta, ¿no es cierto?”. Fabián Oliva “Domingo era un tipo muy… tremendamente simple y era muy profundo, ¿no? Pero, era muy simple. Él hacía siempre hincapié en vivir bien, en que lo importante era estar bien… los afectos, el equilibrio emocional, compartir con la gente que uno quiere. Es decir, el manual que tenemos todos, digamos… fue muy simple, siempre una persona completamente humilde en su postura, en su trabajo, ¿no? Esto de que hoy la medicina está tan menospreciada y él dedicó la vida a mejorar la salud de la humanidad. Es un valor extraordinario para nosotros. No puede no sentirse orgulloso de que semejante personaje, nacido acá a la vuelta, sea un conciudadano nuestro, ¿no? Así que, sí, yo rescato, soy un admirador de él, ¿no es cierto? Y rescato mucho su simpleza y su grandeza, por supuesto, ¿no? Que es más fácil de ver”. Virginia Bordón “Creo es muy difícil a veces dimensionar esa grandeza, pero también tiene que ver con la humildad de esas personas, también con el paso del tiempo, cuando desarrollan afuera de la ciudad sus carreras, esa ese tiempo y esa distancia, ¿no? Pero, creo que es muy valioso volver a retomar el principio, el hilo, de donde partió y poder recuperar estas figuras”. Gino Segura Oliva “Revalorizarlo, yo creo que revalorizarlo también desde lo político, desde lo institucional. Porque fue una institución, o sea, hoy tenemos que recordarlo como tal, porque marcó un antes y un después en la historia de la medicina para los diamantinos ni hablar. Hoy instituciones médicas de salud llevan su nombre y nosotros estamos muy contentos de que así se lo reconozca. Pero, hay que seguir revalorizándolo todos los días, desde lo cultural, desde lo colectivo, desde lo social”. Patrick Liotta “Deberían inflarse los entrerrianos de nuevo el pecho y decir: miren… un prócer. No es porque sea mi viejo, literal, es porque ni yo entendía la obra de él. Es difícil, viene corazón artificial, la gente todavía hoy no sabe si existe eso, ¿verdad? Hay gente que dice, ¿cómo? Lo cuestiona como, ¿pasa eso de verdad? Sí, sucede, hay corazones hay asistencias cardianas mecánicas, que es ayudar a tu corazón, y hay corazones artificiales totales que, dentro de muy poco tiempo, menos de lo que nos imaginamos, uno va a poder ir a un laboratorio y aparte vos piensas, te doy este dato, solo en Estados Unidos, por año, 250.000 personas necesitan un trasplante de corazón. ¿Sabés cuántos trasplantes se hacen por año en Estados Unidos? 6.000 – 7.000. Es toda la gente que queda afuera. Por eso ellos no son tontos, saben, y esto va a bajar los costos, porque también un trasplante es carísimo. Entonces, la gran alegría de él es que los costos sean accesibles, porque él lo que quería era… él estaba muy en contra del negocio de la medicina… estaba muy en contra del negocio en la medicina, ¿no? Era algo que él… toda esa cuestión lo perturbaba. Yo me acuerdo que él decía, hay que hacer cosas que la gente lo pueda pagar y la gente pueda tener una segunda oportunidad, ¿no? Es alguien del cual tenemos que estar orgullosos, tenemos que rendirle homenaje de todas las formas que sea posible. Empezamos una maratón del corazón hace un cuando se cumplieron los 50 años de del primer corazón artificial total en Houston, para honrarlo. Él fue, estuvo en esa carrera, de hecho, él arrancó, eso hay que retomarlo, me parece que es algo para hacerlo a nivel provincial. Me parece que todas las escuelas deberían saber por todas las escuelas deberían saber quién es doctor, de Entre Ríos, todas tendrían que tener la información de quién es Domingo Liotta, quién fue, qué hizo. Y nosotros, bueno, humildemente, con el museo seguimos trayendo escuelas, seguimos trayendo. Ya me enteré de tres chicas chiquitas que quieren estudiar Bioingeniería después de venir acá. Para mí eso ya es un montón, ¿no? Es una manera de continuar con el legado del viejo; que la verdad eso era lo que más quería él… que las generaciones futuras se nutran y sigan y sigan para adelante con este camino interminable de la ciencia, ¿no?”. Memoria Frágil: Domingo Liotta, el que siempre volvió a su pueblo
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