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  • Milei es el agente adelantado de EEUU, Inglaterra e Israel

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 09/07/2025 03:04

    Por Luis Esterlizi (*) Por Luis Esterlizi (*) “Un agente adelantado puede referirse a dos conceptos principales: en un contexto histórico, se refiere a un gobernador de una zona fronteriza, con facultades políticas y militares, nombrado por el rey. En un sentido más moderno, un agente adelantado podría entenderse como un agente que actúa con anticipación o que realiza acciones antes de lo esperado, como un intermediario que toma decisiones o gestiona asuntos antes del momento previsto. El término ‘agente adelantado’ también puede interpretarse como una forma de referirse a alguien que actúa proactivamente o que toma iniciativa, llevando a cabo acciones o gestiones de forma anticipada. Por ejemplo, un agente de seguros que busca clientes potenciales antes de que tengan la necesidad, o un agente inmobiliario que prepara documentos para una futura venta antes de que se formalice el acuerdo. En resumen, el significado de ‘agente adelantado’ puede variar dependiendo del contexto, pero generalmente implica la idea de anticipación , avance o representación con autoridad” (visión general creada por inteligencia artificial). La realidad expresa la verdad El desempeño de Milei como presidente argentino ha sembrado muchísimas dudas en cuanto a defender los intereses nacionales, ya que hemos podido comprobar en este primer tramo de su mandato una clara y manifiesta pretensión de someternos a la estrategia de la trilogía imperial de EEUU, Inglaterra e Israel. Su mandato exponiendo acciones tanto en el orden interno como en el exterior demostraron por medio de sus decretos, “conferencias” y contactos personales claras señales que contradicen su juramento realizado al asumir como Presidente cuando expresó taxativamente: “Yo, Javier Gerardo Milei, juro por Dios y por la Patria sobre estos santos evangelios, desempeñar con lealtad y patriotismo el cargo de Presidente de la Nación Argentina y observar y hacer observar fielmente de lo que de mi dependa, la Constitución de la Nación Argentina, sí juro”. Para tener la posibilidad de ser un “agente adelantado”, con poder en Argentina, había que lograr ser Presidente y para ello debía posesionarse como el que terminaría con la corrupción de “la casta” entronizada en el Estado, por ser los únicos culpables del desastre económico y social -hecho que impactó en la juventud-. En el balotaje, desplaza al macrismo y luego negocia su apoyo en la segunda vuelta para lograr la mayoría y acceder a la primera magistratura. Esta historia todos la conocemos. Pero una vez en el poder entra en el juego palaciego que él mismo había criticado y negocia con “La Casta”, incorporando a Patricia Bullrich y, como asesor económico, a Enrique Sturzenegger, quien poseía un compendio de leyes y decretos dedicado a “eliminar a muchos inservibles e innecesarios adosamientos y departamentos administrativos”. El pretexto fue la corrupción Con el argumento de combatir la corrupción, claramente ocultó su verdadero objetivo estratégico que es destruir las responsabilidades éticas, morales e institucionales del Estado, muchas de ellas inscriptas en nuestra Constitución Nacional, al que había jurado respetar. Demostró su total y claro desprecio por nuestra forma de ser y de promover la solidaridad entre los argentinos, amplia y abierta a relaciones armónicas y equilibradas como a nuestra vocación de organizarnos e integrarnos en un objetivo común, para no ser una masa multiforme y fácil de maniobrar. Si quería combatir la corrupción en los cuadros dirigenciales, cosa que bien conoce el pueblo, debió habilitar un proceso de recambio de la dirigencia provista de valores éticos y morales con la decisión de promover movilizaciones y apuntalar, la organicidad extendida a lo largo y ancho del país con miles de entidades intermedias libremente elegidas por sus afiliados. Pero Milei eso no quería. Su claro intento fue humillarnos e intimidarnos, aunque el pueblo -por medio de la constante presencia organizada de jubilados, como la de los empleados y alumnos de universidades y escuelas públicas, médicos y personal de hospitales, cuerpo de delegados y empleados de distintas ramas laborales, pymes, mutuales y cooperativas, etcétera- lo enfrenten diariamente defendiendo y ejerciendo los derechos populares. Milei y su rol como “agente adelantado” Su persistencia en extender el tremendo ajuste al pueblo argentino cumple con el presupuesto primero de degradarnos y, luego, destruir el trabajo y la producción nacional como el importantísimo potencial científico y tecnológico, evitando toda posibilidad de avanzar en un crecimiento económico y desarrollo social independiente, sustituyendo importaciones, las que Milei promueve como si fuese su “agente adelantado”, abriéndoles las puertas y bajándole los aranceles a dichos productos importados. El cierre de 60 sucursales del Banco Nación afecta directamente el sostén crediticio de las economías regionales y de los lugares del interior profundo que busca emerger con tesón, trabajo y producción a la posibilidad de una vida digna. La quita de aportes a las Provincias, Municipios, Universidades, caja de jubilaciones, entidades como el INTA, INTI, Conicet, Arsat, etcétera, y el aumento de las retenciones al campo, constituye la traición del Presidente que prometió defender los intereses nacionales y cortarse las manos antes de generar impuestos. Como lo expresé en mi último artículo: ”Con Milei, estamos destinados a vivir bajo la violencia impuesta por su anarcocapitalismo y por sus peligrosas divagaciones para convertirnos en un país sólo proveedor de materias primas, destino de bases militares extranjeras o ser descuartizado territorialmente, para el reparto entre EEUU, Inglaterra e Israel, o todas las opciones al mismo tiempo”. Perfil del adelantado Milei no parece ser ni obrar como un presidente argentino ya que permanece ajeno a las penurias económicas y sociales que padecen millones de ciudadanos; nunca habló de trabajo y producción nacional y justifica el ajuste como el costo que debe pagar el pueblo para salir de la crisis que dejaron los gobiernos anteriores. Mientras tanto, a la mayoría de los políticos que conducen partidos y coaliciones parece que sólo les preocupa cuidar sus privilegios y conservarlos en las próximas elecciones de medio término. A Milei, quien piensa igual, no le será fácil, ya que si -de alguna manera- logra reforzar su poder en el Congreso, no vemos que ofrezca alguna otra alternativa institucional más allá de buscar mediante turbias negociaciones la continuidad de su gobierno apocalíptico. Aclaremos que Milei no gobierna, Milei impone e incluso obliga a la oposición complaciente a aceptar sus propuestas, mediante su método sinuoso, agresivo, violento y decadente con sus desplantes y vituperios a gobernadores, periodistas, trabajadores, jubilados, etcétera, como lo hace con presidentes de otros países, convencido de que esa violencia verbal y gestual le otorga una mayor jerarquía. Es decir, de estadista no tiene absolutamente nada y como gobernar no es imponer, es persuadir y consensuar, éste es un desgobierno que se parece mucho a una dictadura disimulada y amparada por una democracia corrompida. Difícilmente, por todo lo sucedido, ni el famoso “pacto de mayo” o cualquier otro engendro propuesto por él -con este evidente anarquismo- puede anticipar soluciones trascendentes. Señales que encienden luces rojas Ante un contexto internacional que amenaza continuar con la guerra en Medio Oriente, donde Milei involucró a Argentina -sin la aprobación del Congreso Nacional y en medio de la campaña de las elecciones de medio término- se encienden luces rojas en su modelo económico que sin haber consolidado el déficit cero y terminar totalmente con la inflación, no le llegan las inversiones prometidas, decrecen las reservas y no puede cumplir con los pagos al FMI, que no admite ninguna ayuda más. Además el mercado de capitales parece abandonar el carry trade y apostar al aumento del dólar, hecho al que Milei se resiste porque sería la peor noticia: producir una devaluación de la moneda argentina. Ningún argentino quiere que se produzcan males mayores y espera ansioso comenzar a ver una luz al final del túnel. Pero, desgraciadamente, el anarcocapitalismo dominado por la especulación financiera -que prima no sólo en Argentina sino también en el mundo- sólo progresa con la miseria de los pueblos, el engordamiento de sus fondos buitres y el acaparamiento de las reservas estratégicas que poseen esencialmente los países en vías de desarrollo. Un cambio de época significa la dignificación de los pueblos sometidos, mediante el ejercicio de una democracia en la que el pueblo sea el que gobierne para el pueblo mientras las élites implementan su ejecución y, en ese camino, las comunidades organizadas institucionalizan un ámbito de coincidencias esenciales que les permita afianzar su unidad e integración a un mismo proyecto de liberación nacional. (*) Ex ministro de Obras Públicas de la Provincia de Córdoba

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