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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/07/2025 20:35
El avance de la genética en el xenotrasplante en Argentina presenta una esperanza ante la escasez de órganos, con más de 5 millones de personas esperando un trasplante en el mundo, y 6000 de ellas en Argentina en 2020, con largos tiempos de espera (Imagen ilustrativa Infobae) Científicos del Laboratorio de Biotecnología Animal del INPA (UBA-CONICET) y el Hospital Garrahan logaron un avance importante en el campo del xenotrasplante. Por primera vez en América Latina, crearon un cerdo genéticamente modificado que pudo evitar el rechazo hiperagudo, el mayor obstáculo inmunológico en los trasplantes de órganos animales a humanos. Este logro abre nuevas posibilidades para el trasplante de órganos en pacientes pediátricos, un área crítica en la medicina tras el alarmante déficit de donantes en Argentina y el mundo. g El avance argentino se inscribe en un contexto global de crisis en el acceso a trasplantes. Más de 5 millones de personas esperan un órgano en el mundo, pero solo se realizan unos 120.000 trasplantes al año. En Estados Unidos, 13 personas mueren cada día por no recibir un órgano a tiempo. En la Argentina, la situación es igualmente alarmante: en 2020, cerca de 6000 pacientes aguardaban un trasplante renal, con tiempos de espera de entre 7 y 10 años. Además, más del 70% de los trasplantados requieren diálisis en la primera semana posoperatoria, lo que evidencia complicaciones y una función tardía del injerto. Científicos argentinos lograron crear el primer cerdo genéticamente modificado para evitar el rechazo de órganos humanos (Imagen Ilustrativa Infobae) El proyecto, desarrollado por el INPA en colaboración con el Hospital Garrahan —el centro con mayor número de trasplantes pediátricos del país—, se basa en la edición genética de cerdos para hacerlos potencialmente compatibles con el organismo humano. El procedimiento experimental consistió en perfundir un riñón porcino modificado con sangre humana entera, fresca, anticoagulada y a temperatura corporal. El órgano no fue destruido de inmediato por el sistema inmune humano, como suele ocurrir, y mostró signos de funcionamiento, incluyendo la producción de orina y el mantenimiento de su estructura. El cirujano cardiovascular Ignacio Berra, del Hospital Garrahan, explicó que el objetivo es ofrecer una solución concreta para que los niños accedan a órganos compatibles y a tiempo. El doctor Ignacio Berra, del Hospital Garrahan Durante el experimento, los investigadores monitorearon parámetros como la presión de perfusión, la diuresis renal y la resistencia vascular, además de analizar signos de trombosis tanto macroscópica como histopatológicamente. La evaluación histológica reveló un menor grado de rechazo en comparación con órganos no modificados. El núcleo de la innovación reside en la edición del gen GGTA1, responsable de una molécula en la superficie de las células porcinas contra la que los humanos tienen anticuerpos preformados. Esta molécula desencadena una respuesta inmunológica inmediata que destruye el órgano trasplantado. Mediante la técnica CRISPR-Cas9, los científicos lograron inactivar ese gen —un proceso conocido como “knock-out”— y así evitar la activación del sistema del complemento, responsable del rechazo hiperagudo. En enero de 2023, nacieron en el laboratorio del INPA los primeros cerdos modificados para xenotrasplante. Además de eliminar el gen GGTA1, algunos ejemplares fueron editados en el gen del receptor de la hormona de crecimiento (GHR), lo que da lugar a animales de menor tamaño —facilitando el trasplante— y, según estudios recientes, podría conferir mayor longevidad y resistencia a enfermedades como la diabetes o ciertos tipos de cáncer. El trabajo conjunto entre el INPA (UBA-CONICET) y el Hospital Garrahan ha dado lugar a un cerdo modificado genéticamente para producir órganos potencialmente compatibles con humanos, eliminando el gen GGTA1 para evitar la respuesta inmune de rechazo (Marcelo Regalado) El protocolo experimental actual consistió en conectar un riñón de cerdo modificado a un sistema de perfusión ex vivo con sangre humana en condiciones fisiológicas, para comprobar si el órgano podía filtrar sangre y producir orina sin desarrollar trombosis intravascular inmediata, el sello del rechazo hiperagudo. El riñón mantuvo su estructura, produjo orina y mostró menor inflamación y rechazo que los órganos no modificados. El xenotrasplante se perfila como una solución disruptiva y de largo plazo ante la escasez de órganos. Aunque la idea de trasplantar órganos animales no es nueva, los avances en edición génica, inmunología y biología del rechazo han renovado el interés internacional. En 2022, en Estados Unidos, se realizó el primer trasplante de un corazón de cerdo con 10 modificaciones genéticas en un paciente humano. El receptor sobrevivió 60 días, pero falleció por la reactivación de un citomegalovirus porcino, lo que subrayó la necesidad de controles sanitarios estrictos y crianzas en ambientes estériles. La edición genética en cerdos mediante la técnica CRISPR-Cas9 ha sido clave en el avance del xenotrasplante, permitiendo la creación de órganos compatibles con humanos, un paso crucial para resolver la escasez global de órganos para trasplantes Los investigadores argentinos proponen que estos cerdos modificados funcionen como “fábricas biológicas” para producir órganos compatibles. Si se confirma su viabilidad y seguridad, podrían establecerse protocolos clínicos en el mediano plazo. El objetivo inmediato es perfeccionar las ediciones genéticas, avanzar en pruebas funcionales de órganos como corazón, hígado o páncreas y establecer colaboraciones con centros internacionales de referencia, como el Massachusetts General Hospital de Boston, donde se desarrollan los ensayos clínicos más avanzados en este campo. El impacto de este avance es especialmente relevante para la población pediátrica. En la Argentina, actualmente 166 niños esperan un trasplante, de los cuales 98 necesitan un riñón. Aunque la Ley Justina facilitó el acceso a órganos en adultos, en menores de 18 años aún se requiere consentimiento familiar, lo que limita la donación pediátrica.
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