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» Voxpopuli
Fecha: 08/07/2025 07:21
En un momento donde discursos de odio y negacionismo intentan socavar los cimientos de la memoria, esta restitución, la del hijo de Graciela Romero y Raúl Metz, desarma una vez más la narrativa falaz del «curro de los Derechos Humanos». Es la prueba irrefutable de que la búsqueda de la verdad y la justicia no solo es legítima, sino que sigue dando frutos tangibles. El anuncio, hecho por la propia Estela de Carlotto, resuena como un bálsamo en tiempos de tanta violencia ultraderechista y negacionismo impulsado por los adláteres del presidente Milei. Mientras algunos pretenden borrar la historia y desprestigiar a quienes luchan por la verdad, las Abuelas, con 47 años de perseverancia, demuestran que su trabajo es real, necesario y profundamente humano. Este logro es un testimonio viviente de que, a pesar de las circunstancias adversas y los intentos de deslegitimación, hay esperanza para una Argentina justa. La restitución del nieto 140, nacido en cautiverio en la temible «La Escuelita» de Bahía Blanca, subraya la brutalidad de la dictadura y la resiliencia de quienes sobrevivieron y buscaron. Graciela Romero y Raúl Metz, secuestrados y desaparecidos, simbolizan el horror, pero su hijo recuperado es un faro de luz. Es crucial destacar la «labor silenciosa» de los trabajadores de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), quienes en condiciones precarias, siguen dedicando sus vidas a esta causa vital. Como bien expresó Estela Carlotto, «Con la restitución del nieto 140 confirmamos, una vez más, que nuestros nietos y nietas están entre nosotros. Los vamos a encontrar gracias al trabajo que llevamos hace 47 años». Esta frase encapsula la esencia de la lucha: una búsqueda constante, movida por el amor y la convicción, que contradice cualquier intento de desvirtuar su propósito. La restitución del nieto 140 es, sin duda, un nuevo capítulo de justicia que nutre la esperanza de una Argentina donde la memoria, la verdad y la justicia sigan siendo pilares fundamentales.
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