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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 08/07/2025 04:32
Revelaron cómo vivía el expolicía Horacio Grasso en el departamento donde hallaron el cadáver “Vivíamos con un asesino”, expresó una de las vecinas del edificio de la calle Buenos Aires al 300, en pleno centro de Córdoba, tras el hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición dentro de un ropero sellado con cemento. El descubrimiento puso en el centro de la investigación a Horacio Antonio Grasso, un ex policía que cumplía con una prisión domiciliaria por un homicidio. El sábado pasado, dos albañiles contratados para remodelar el departamento 3°B, propiedad en la que residía Grasso y era de su hermano Jorge, detectaron un olor nauseabundo al destrabar un armario cubierto con cemento. La estructura se encontraba en una habitación oculta tras una puerta tapiada con listones de madera. Al derribarla, los obreros hallaron el cuerpo envuelto en mantas, atado con cables y en posición sentada. No se encontraron documentos, objetos personales ni señales visibles que permitieran identificar rápidamente a la víctima. Los primeros estudios forenses determinaron que el cadáver presentaba un nivel avanzado de descomposición, lo que impidió establecer el sexo o la edad de la persona fallecida. Sin embargo, los investigadores manejan la hipótesis de que se trataría de una mujer, basados en el análisis inicial de la mandíbula, la morfología del esqueleto, cabellos hallados y algunas prendas de vestir. De acuerdo con los peritos, el cuerpo podría llevar al menos dos años oculto en ese placard, aunque esa estimación deberá corroborarse mediante estudios tanatológicos y cotejos con denuncias de personas desaparecidas en ese período. La Fiscalía espera que las pericias complementarias permitan establecer la identidad y el tiempo exacto de fallecimiento. El cuerpo podría llevar al menos dos años oculto en ese placard Los vecinos del edificio relataron que durante años no percibieron olores extraños. “Yo estoy en el 8° y no sentí nada”, aseguró una joven, mientras que otra mujer del 5° piso coincidió. Ambas señalaron que el olor comenzó a sentirse recién el viernes anterior al hallazgo. Describieron a Grasso como un hombre “bastante sucio” y “muy descuidado”, dueño de dos perros en mal estado. “Era una persona descuidada con la higiene y pensamos que era eso”, afirmó una de ellas. Las mujeres sostuvieron que la noticia generó un fuerte impacto entre todos los habitantes de la torre: “Vivíamos con un asesino”. El encargado del edificio, Cristian, reforzó estos testimonios: “Andaba sucio, descalzo, tenía los perros sucios y con olor y cuando salía dejaba una baranda”. Además, precisó que Grasso se mudó al edificio hace cuatro o cinco años, cuando inició la pandemia. “Los vecinos lo padecían, le tenían miedo por temor a represalias, preferían no decir nada”, explicó sobre la actitud de los inquilinos al enterarse del prontuario del ex policía. El departamento donde se realizó el hallazgo había sido alquilado por Horacio Antonio Grasso, ex agente de la Policía de Córdoba que fue condenado en 2007 por la Cámara 3ª del Crimen de Córdoba por el asesinato de Facundo Novillo Cancinos, un niño de seis años que murió el 26 de marzo de ese año tras recibir un disparo de FAL en la cabeza durante una balacera entre bandas narco rivales en los barrios Colonia Lola y Miralta, en Salta. Asesino de Facundo Novillo con un cadáver en el ropero Facundo viajaba en la parte trasera de un Renault 12 conducido por el albañil Héctor Gregorio Avendaño, de 45 años, acompañado por su pareja y madre del niño, Laura Cansino, de 35. Antes de este crimen, Grasso había sido separado de la fuerza policial tras ser considerado responsable de un robo en un comercio de indumentaria, sumando antecedentes judiciales previos a la condena de 27 años por el asesinato de Facundo. Facundo viajaba en la parte trasera de un Renault 12 En 2019, obtuvo la prisión domiciliaria al acreditar una afección cardíaca que el Servicio Penitenciario no pudo tratar adecuadamente. Más tarde, tras una fuerte discusión en la que golpeó brutalmente a su madre, violó la domiciliaria y fue recapturado. Pese a estos antecedentes, habría conseguido nuevamente el beneficio del arresto domiciliario, esta vez con tobillera electrónica. En el momento del hallazgo, Grasso no se encontraba en el departamento: había sido trasladado días antes al penal de Bouwer por incumplir nuevamente las condiciones de su prisión domiciliaria. Hasta el momento no fue imputado en esta nueva causa, aunque su situación procesal está bajo análisis.
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