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Parana » Uno
Fecha: 06/07/2025 09:30
Franco Cacciabue Greca tenía una certeza: quería seguir a La Renga. Lo demás fue surgiendo en el camino. En 2009, junto a su amigo Martín Paul, decidió organizar un viaje para ver a la banda. No había oficina, ni redes sociales, ni WhatsApp. Apenas un cuaderno, una birome, y la escalera de la Catedral de Paraná como centro de operaciones improvisado. Así nació Terco Tour , la empresa paranaense que hoy lidera el traslado de público a recitales, festivales y eventos masivos en todo el país. “Fue todo un experimento. No teníamos nada: ni sede física, ni estructura. Solo ganas y confianza. Y la gente confió”, contó Franco a UNO. A sus 39 años, habla con gratitud, pero también con asombro por lo que construyó en estos quince años. “Nunca pensé que llegaríamos a ser lo que somos hoy”. El nombre Terco Tour lo propuso Martín, inspirado en la canción El Terco, de La Renga. Fue su manera de dejar una marca, de proyectar ese espíritu obstinado y pasional que los unía. Martín falleció seis meses después, pero su huella permanece intacta. “Nunca quise cambiarle el nombre. Es una forma de tenerlo presente”. Ese mismo año organizaron su primer viaje internacional para ver a AC/DC en River. Conseguir entradas era casi una misión imposible, pero Franco se las ingenió: viajó a Buenos Aires, se movió entre contactos, y volvió con los tickets para llenar un colectivo. “Uno de los pasajeros, al recibir su entrada, se largó a llorar. Me abrazó. Me dijo que era su sueño de toda la vida. Esas cosas no se olvidan más”. A partir de ese momento, Terco Tour no paró de crecer. En 2010 comenzaron a asistir de manera ininterrumpida al Cosquín Rock, y durante casi una década también produjeron recitales de bandas nacionales como Skay, Las Pastillas del Abuelo, Rata Blanca, Guasones, Viejas Locas, y hasta TINI, en Neuquén. En 2011 se expandieron a nuevos públicos con traslados a Creamfields y los históricos nueve shows de Roger Waters en River. Ese mismo año inauguraron su primera oficina en Paraná. Uno de los viajes más recordados fue en Olavarría, donde movilizaron a más de 1.200 personas en 25 colectivos para ver al Indio Solari. “También fue el más caótico. No había señal, no funcionaban los celulares. Me quedé hasta el domingo a la noche en Olavarría, buscando a quienes se habían perdido. No me podía ir sin saber que todos nuestros pasajeros estaban bien. Fue muy difícil, pero también nos enseñó mucho”. Viaje con identidad En 2014 sumaron un nuevo capítulo a su historia: organizaron un viaje relámpago a la final del Mundial en Río de Janeiro con 170 hinchas. En 2022 rompieron su propio récord trasladando a más de 2.300 personas para ver a Coldplay. En total, ya superaron los 55.000 pasajeros transportados. “Lo más lindo de un recital no es solo la banda. Es todo lo que lo rodea. Para mí, la experiencia empieza cuando subís al colectivo. La previa, el viaje, compartir con otros esa misma pasión. Esa ceremonia es lo que más me llena”, contó Franco. Esa lógica de disfrute compartido atraviesa toda la identidad de Terco Tour. “Siempre organizamos con tiempo. No queremos que la gente viaje apurada. Queremos que disfruten cada momento”. El recorrido continúa Desde sus inicios, la empresa se posicionó como un puente entre la pasión y la posibilidad. En tiempos donde conseguir entradas, coordinar horarios y resolver la logística era complejo, Terco Tour simplificó el acceso. “Antes no era como ahora. No había tickets digitales. Tenías que conseguir la entrada física, viajar a Buenos Aires. Muchos querían hacerlo, pero no se animaban solos. Nosotros vimos esa necesidad y nos metimos ahí”. Hoy, la empresa atraviesa una nueva etapa. Se muda a un local más amplio, ubicado en Almafuerte y Artigas, en uno de los espacios del exhipódromo, frente a la YPF. La apertura será el lunes 14 de julio, en el horario habitual de 10 a 19. “Estamos en plena mudanza. Son muchos años, muchos recuerdos. Pero era un cambio necesario. A veces uno no toma dimensión del recorrido hecho. Miro para atrás y no lo puedo creer”. El crecimiento vino acompañado por un cambio generacional. “Hoy tenemos pibes que viajan para ver a Duki, a artistas de la nueva camada. Después de la pandemia hubo un clic. Se volvió con ganas de vivir, de estar, de compartir. Y los productores apostaron fuerte. Hay muchos recitales porque la gente acompaña”. Franco sigue siendo fanático de La Renga, Almafuerte y Divididos. Pero, más allá del estilo musical, valora lo que cada evento genera en las personas. “Tengo pasajeros de los primeros viajes que todavía siguen viniendo. Se armó una comunidad. Y la gente es muy agradecida. Siempre nos dicen: ‘Gracias por hacerlo posible’. Eso es todo para mí”. Cuando se le preguntó qué pensaría Martín si pudiera ver lo que construyeron, Franco no dudó: “Él era el visionario. Yo lo acompañé, vi lo que quería transmitir. Espero haber hecho las cosas bien. Creo que estaría contento”. Lo que empezó como un impulso juvenil hoy es una empresa con identidad cultural, que convirtió una pasión en un legado. Un legado que sigue avanzando, colectivo tras colectivo, con la misma convicción de siempre: que cada viaje deje una marca, y que cada pasajero vuelva con una historia.
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