06/07/2025 17:37
06/07/2025 17:36
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
06/07/2025 17:30
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/07/2025 07:17
Una leve caída en los ingresos reales fue acompañada por el incremento del gasto primario (Foto: Shutterstock) Se va cerrando el tercer semestre de la gestión Milei y los números fiscales siguen en verde. Algo menos ambiciosos que en 2024, pero la meta de balance con el Fondo se cumple, mientras la campaña electoral no se refleja en las partidas de gasto. En los primeros cinco meses de 2025, se sostuvo el resultado primario del sector público no financiero. Si bien refleja una reducción (en términos reales) con respecto al año anterior, se ubica por encima de lo acordado con el Fondo Monetario Internacional para este período. Así, el balance primario (aquel que excluye el pago de intereses) alcanzó $6,9 billones, mientras que el acuerdo establece una meta indicativa (es decir, no es una meta de desempeño sobre la cual se define la continuidad del programa, pero sirve a los fines de monitoreo) de unos $6 billones. Por su parte, el balance global fue de $2,5 billones. El superávit fiscal es la columna vertebral del programa económico y es importante dar señales de continuidad en medio de un proceso electoral El superávit fiscal es la columna vertebral del programa económico y es importante dar señales de continuidad en medio de un proceso electoral. Podemos decir que los números “están en caja”. En cualquier caso, este resultado es algo menor a los registrados en 2024 cuando se compara en términos reales (a precios de 2025). Más específicamente, el resultado primario fue 32% menor que el del ejercicio previo. Una leve caída en los ingresos reales fue acompañada por el incremento del gasto primario. En cuanto al resultado global, la caída fue levemente menor (31%), dada la contracción de los intereses medidos en valores constantes; esto es fomentado por la emisión de bonos que no devengan intereses de forma explícita, sino que lo hacen de forma implícita con mayores amortizaciones. Que el superávit sea menor al del año pasado no es novedad, es algo que lo venimos repitiendo en cada actualización fiscal. No obstante, esto dista de ser un problema y es más bien un escenario esperable. El ajuste de 2024 fue de una magnitud difícil de sostener. Muchas de las partidas tuvieron una fuerte contracción inicial, estimulada tanto por las decisiones de recorte, como por un contexto de alta inflación que las erosionaba vertiginosamente (en especial en los primeros meses del año). Así, la recomposición real del gasto se hace inevitable, salvo que haya reducciones de las cantidades contratadas sustantivas. En este grupo se encuentran las erogaciones salariales, la obra pública ejecutada directamente por el gobierno nacional y los subsidios económicos. Estos son los pilares del plan motosierra que se traduce en superávit. Como todo ajuste, las dificultades son crecientes a medida que se profundiza (naturalmente, el 0 es un límite a la reducción del gasto). En el grupo de recorte del gasto se encuentran las erogaciones salariales, la obra pública ejecutada directamente por el gobierno nacional y los subsidios económicos El resto de los grandes rubros tuvieron alzas. Los bienes y servicios, así como también los programas sociales, mostraron incrementos relevantes. A su vez, las transferencias a provincias siguieron esta tendencia, luego de una reducción casi total en 2024 (por lo tanto, las variaciones porcentuales lucen espectaculares, aun cuando impliquen montos menores). En cualquier caso, podemos entender a las transferencias de capital como la contracara de la merma en la ejecución de infraestructura a cargo del gobierno nacional (de hecho, si sumamos ambos rubros, el nivel se sostiene interanualmente a niveles constantes). En cuanto a los ingresos, se observa una caída leve. Si bien la mayor actividad económica estimula los ingresos, la eliminación del Impuesto PAIS y caída de las retenciones juegan en el sentido contrario, moderando el resultado agregado. En cuanto a los no tributarios, la reducción fue algo mayor. Contexto: mayo vs diciembre Si bien son sólo cinco meses, basta ver cuán relevante fue el mismo período en la corrección fiscal del primer año de la gestión actual para tomar dimensión. La campaña electoral pone a prueba la firmeza del ajuste fiscal y el Gobierno está dando señales de no ceder en su primera contienda Cuando se observa el aporte al superávit primario de 2024 realizado en cada mes del año (a valores constantes, porque dada la alta inflación, por ejemplo, $1 de corrección en enero representó un esfuerzo mucho mayor que $1 en diciembre), se observa que alrededor del 70% se concentró en la primera parte. A su vez, mayo de 2024 fue excepcionalmente positivo por motivos de la recaudación tributaria, que este año están suavizados. No obstante, ya adentrados en el proceso eleccionario, las dudas de la sostenibilidad parecen disiparse. La campaña electoral pone a prueba la firmeza del ajuste fiscal y el Gobierno está dando señales de no ceder en su primera contienda desde que está a cargo del poder ejecutivo. ¿Cómo sigue el año? Este año tendremos nuevamente un holgado superávit primario. No obstante, la ausencia de un componente recaudatorio de primera relevancia en el pasado, como el Impuesto PAIS y (parte de) los derechos de exportación, así como también la inevitable recomposición de algunas partidas de gasto, sugieren que el balance será algo menor que el año pasado si se lo mide en moneda constante. Por el momento, las cuentas públicas siguen en verde, a niveles esperables y sin presentar complicaciones en lo inmediato Mientras la inflación va convergiendo a los valores deseados por el gobierno, ceder en el terreno fiscal implicaría retroceder varios casilleros. Por el momento, las cuentas públicas siguen en verde, a niveles esperables y sin presentar complicaciones en lo inmediato. Además, debe tenerse presente que existe una meta específica del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional referida al balance primario. Los números a mayo muestran que se está cumpliendo holgadamente. Aunque este tipo de umbrales suelen ser relativamente más difíciles de cumplirse hacia fin de año. Por su parte, el resultado fiscal global se muestra algo más modesto. Es importante destacar en este punto, que la utilización de bonos bajo par, cuyo interés implícito no se registra como un gasto (sino “bajo la línea”), subestima el rubro de rentas a pagar, facilitando la exposición de un resultado fiscal positivo. El autor es Economista Asociado de FIEL. Esta nota es un anticipo de la publicación Indicadores de Coyuntura N° 676 de la Fundación FIEL
Ver noticia original