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Gualeguaychu » El Dia
Fecha: 06/07/2025 01:52
El rol clave del Hospital "Prof. Dr. Juan P. Garrahan” para la salud pediátrica no tiene discusión: 354.299 niños y niñas de todo el país fueron atendidos en esta institución en 2024. A pesar de contar con servicios de pediatría de alta complejidad, consultas ambulatorias, internaciones, cirugías, tratamientos de mediano y largo plazo, el nosocomio ubicado en la Ciudad de Buenos Aires atraviesa un duro momento. Su personal se encuentra desde hace meses en lucha por recomposiciones salariales. A esta situación, esta semana se le añadió el cierre de las residencias nacionales, que pasarán a ser diferentes modalidades de becas. Los residentes ya no contarán con un sueldo en blanco, aportes jubilatorios, aguinaldos, licencias, ni antigüedad. Son médicos en formación que realizan un programa de posgrado para profundizar sus conocimientos en alguna especialidad (en el caso del Garrahan, se forman alrededor de 70 pediatras por año), bajo la supervisión de profesionales más experimentados. Sorprendentemente, según datos oficiales del anuario del Garrahan, Entre Ríos es la segunda provincia desde la cual se hacen consultas, solo detrás de Buenos Aires: 8.350 son los pacientes entrerrianos registrados, lo que supera a los 5.315 de Santiago del Estero y los 5.143 de Corrientes. Este informe detalla que esas cantidades corresponden a consultas ambulatorias, mientras que el año pasado hubo 1.051 tratamientos especializados sin internación, 516 internaciones y 568 teleconsultas (a distancia) a pacientes de la provincia. Puede interesarte En Gualeguaychú, los profesionales indican que el rol del Garrahan en la salud local es esencial. “Es nuestro centro de referencia de enfermedades raras o de difícil manejo. También de algunas patologías que no tenemos especialistas y que tampoco hay en Paraná, como por ejemplo enfermedades inmunológicas y reumatológicas, cirugías cardíacas complejas y todo lo que se refiere a trasplantes”, aseguró Inés Moussou (M.N. 12.157, M.P. 11.338), pediatra del Servicio de Internación y Guardia del Hospital Centenario. Según datos oficiales, el efector de salud de la ciudad realizó 98 derivaciones al Garrahan, y en lo que va del 2025 ya son 34 los pacientes. El número se enaltece aún más tras las palabras de la doctora: “Por una cuestión de organización de las provincias, nuestro punto de referencia es el Hospital San Roque de Paraná, es allí a donde debemos derivar los pacientes que no podemos atender. Sin embargo, para algunas patologías puntuales, los derivamos al Garrahan. Además, hay un gran número de consultas que hacen los padres por sus propios medios: estamos muy cerca de Buenos Aires y las familias van directamente, ya que en dos horas están allí”, explicó y agregó que en algunos casos trabajan en conjunto: “Los pacientes vienen con una orden de atención y nosotros acatamos lo que dice el Garrahan. Estamos en permanente diálogo. También existe la oficina de comunicación a distancia, que es otra vía de contacto con el hospital, mediante la cual se presenta a un paciente a través de telemedicina, ellos responden y se hace lo que dicen. Sin embargo, estamos tan cerca que, a veces, es más fácil subirse el auto, ir y consultar”. Moussou nombró ejemplos de derivaciones particulares al Hospital Garrahan, como son los pacientes oncológicos descompensados o algunos tumores del sistema nervioso central ubicados en áreas de difícil acceso. Puede interesarte En la misma línea, Viviana Kerai (M.N. 79.504, M.P. 7.527), cardióloga pediatra, nombró casos que en su especialidad necesitan ser atendidos en el Garrahan, en su mayoría cardiopatías congénitas (pacientes que deben ser operados) y ablaciones de arritmias. La cardióloga aseguró que en su consultorio particular debe derivar alrededor de uno o dos pacientes por mes y que, tras el paso por el Garrahan, los niños se controlan en Gualeguaychú, pero deben seguir viendo a su cirujano periódicamente en Buenos Aires. Kerai resaltó que en sus años de trabajo ha enviado cientos de chicos al Garrahan y que adicionalmente recurre a otros centros de mayor complejidad, como el Hospital de Niños de la Plata, el Gutiérrez de Buenos Aires, o el Pedro Elizalde. “Personas de Gualeguaychú, Aldea San Antonio, Villa Paranacito, Ceibas y Larroque, entre otros lugares, se atienden acá y también en Buenos Aires. La edad de pediatría incluye hasta los 14 años, pero en el Garrahan siguen atendiendo más grandes, porque son pacientes muy delicados que en su mayoría fueron desde bebés”, relató la médica. “La situación actual del Garrahan es un desastre. No solamente desde el punto de vista de los residentes, sino también de los médicos de planta. Un oncólogo o un jefe de oncología no debería tener un sueldo precarizado. Una especialidad como esa, en ese hospital, es una mochila muy grande. Lamentablemente, el residente es mano de obra barata: trabaja mucho y cobra una miseria. Además, la vida en Buenos Aires es mucho más cara”, opinó Kerai y visualizó lo que podría ser una baja en el personal operativo, ante la escasez de recursos: “Una reducción de la planta del personal implicaría que los turnos se otorgarán con más tiempo de espera. El residente no aprendería, porque en un servicio el médico de planta también es el que enseña. Entonces eso debilitaría al servicio y a la parte académica nacional. Cada vez va a ser peor la atención”. Puede interesarte En sintonía con su colega, Kerai no dudó en traer a colación la importancia de tener de respaldo un hospital público como el Garrahan, con el que muchas veces trabaja en conjunto: “En ocasiones me piden que les haga estudios a los chicos, para que vayan con algunos pasos hechos, si no muchos tendrían que viajar dos o tres veces por mes. Además, es una forma de descomprimir un poco al Garrahan. Por otro lado, en todos estos años de profesión, nunca me rechazaron pacientes, jamás”. La situación que atraviesa el nosocomio porteño no sólo afecta a quienes trabajan en él, sino también a miles de familias que encuentran ahí una esperanza frente a patologías complejas. En varias provincias, en las que muchos diagnósticos requieren atención insostenible para su sistema de salud, su deterioro impacta de forma directa. Lo que está en juego no es sólo la salud de los pacientes actuales, sino el futuro de una red pediátrica nacional que, hasta ahora, ha sido ejemplo de acceso, calidad y compromiso.
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