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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 03/07/2025 12:32
Dolor de cabeza vómitos visión borrosa y confusión son algunos de los síntomas que pueden alertar sobre una intoxicación por monóxido (Imagen Ilustrativa Infobae) El invierno se instaló con fuerza en todo el país y expuso un problema de salud pública que cada año gana visibilidad por su gravedad: la intoxicación por monóxido de carbono, un gas invisible, inodoro e incoloro, que representa una amenaza real en espacios cerrados y mal ventilados. La reciente ola polar que afectó a gran parte del país dejó cifras preocupantes en cuanto a personas intoxicadas con este gas. Hasta la semana del 21 de junio, el Ministerio de Salud registró 473 personas intoxicadas por monóxido de carbono, lo que equivale a un aumento del 57 % respecto del promedio observado entre 2020 y 2024, según se desprende del informe del último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN). Las cifras del alza de intoxicados por monóxido de carbono según el Ministerio de Salud En total, este año fueron notificados 490 casos, pero finalmente fueron confirmados 473 de éstos. Si tenemos en cuenta que la media de notificados entre los años 2020-2024 fueron 301, significa un alza 172 casos, es decir, un 41% de los casos notificados y un 57% de los confirmados. Estas cifras de intoxicados en alza marcan un patrón claro: el frío extremo y la falta de mantenimiento de instalaciones de calefacción se combinan en un contexto económico adverso y generan consecuencias letales. Instalaciones defectuosas en la casa de Devoto donde ocurrió una tragedia familiar esta semana El fenómeno no solo abarca cuadros leves. Cinco muertes por inhalación se confirmaron el lunes último en el barrio porteño de Villa Devoto y la semana anterior hubo casos fatales en Córdoba y Mendoza. Especialistas en toxicología coinciden en que una de las causas principales del repunte de estos casos es la baja en la demanda de servicios de instalación y revisión de artefactos. Las restricciones presupuestarias llevan a muchas personas a prolongar el uso de equipos antiguos o defectuosos sin chequeos técnicos, mientras que otras improvisan soluciones que multiplican los riesgos. En muchos hogares tampoco hay detectores de monóxido instalados, lo que impide la identificación precoz de una fuga. La suma de estos factores explica por qué, cada invierno, emergen nuevos casos de intoxicación aguda. El monóxido de carbono es incoloro e inodoro por eso se lo llama el asesino invisible y puede acumularse sin ser percibido en espacios cerrados La peligrosidad del monóxido reside en su capacidad para enmascararse. “El monóxido de carbono (CO) es un gas extremadamente peligroso, conocido como el ‘asesino invisible’ porque no tiene olor, color ni sabor, y no irrita los ojos ni la nariz. Esto hace que su detección sea muy difícil, lo que aumenta el riesgo de intoxicaciones graves e incluso la muerte”, explicó a Infobae la doctora Paola Caro, directora médica de Vittal. El compuesto se genera cuando hay combustión incompleta de materiales que contienen carbono, como gas, carbón o madera, algo que ocurre con frecuencia en estufas, calefones, cocinas y motores de combustión si no funcionan en condiciones óptimas. Los ambientes cerrados representan un escenario crítico. Cuando el aire no circula y no hay mecanismos de evacuación adecuados, el monóxido se acumula y desplaza al oxígeno, lo que interfiere en la capacidad de la sangre para transportarlo hacia los órganos. Las zonas más sensibles son el cerebro y el corazón. Las revisiones técnicas de estufas y calefones son clave para prevenir intoxicaciones pero muchas veces se postergan por razones económicas (Imagen Ilustrativa Infobae) “La acumulación de este gas en ambientes cerrados puede afectar gravemente nuestra salud, ya que reduce la capacidad de la sangre para transportar oxígeno, afectando principalmente al cerebro y al corazón. La falta de oxígeno puede causar desde dolores de cabeza y mareos hasta pérdida del conocimiento y paro cardiorrespiratorio”, detalló la especialista. El problema se intensifica en invierno porque muchas personas cierran puertas y ventanas para conservar el calor. Sin ventilación cruzada, las emisiones de los artefactos quedan atrapadas en el interior y pueden alcanzar niveles peligrosos en pocas horas. Los síntomas iniciales, además, se confunden fácilmente con otras afecciones. Hasta el 21 de junio se reportaron 473 intoxicaciones por monóxido un 57 por ciento más que el promedio registrado entre 2020 y 2024 (AP) La intoxicación puede avanzar sin dar señales evidentes Desde el Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, el jefe de Toxicología Clínica, Gabriel Arcidiacono, advirtió sobre la complejidad del diagnóstico. “Al aparecer ‘disfrazada’ de otras problemáticas, como una intoxicación alimentaria, suele subestimarse”, sostuvo. Esto hace que muchas personas no consulten a tiempo y que la exposición al gas continúe, agravando el cuadro. Cuando los síntomas no se identifican de inmediato y la persona permanece en el ambiente contaminado, las consecuencias pueden escalar de forma rápida. “Muchas veces se mimetiza con otras enfermedades por lo que se debe consultar ante la sospecha. Mitos y verdades sobre el monóxido de carbono (Infografía: Metrogas) Los síntomas de intoxicación más frecuentes son dolor de cabeza, náuseas, vómitos, debilidad, confusión, visión borrosa, problemas de coordinación en la marcha, falta de aire, palpitaciones y respiración agitada”, sostuvo el experto del Clínicas. Y agregó: “Las manifestaciones se van agravando al permanecer en el mismo ambiente. Lo más grave puede ser la pérdida de conocimiento, convulsiones, arritmias cardíacas, coma y muerte. Las mascotas también pueden presentar síntomas, inclusive antes que los seres humanos”. El experto indicó que el tratamiento debe ser inmediato. La indicación médica ante la sospecha de intoxicación es clara: abandonar el lugar cerrado, garantizar la ventilación y acudir sin demora al centro de salud más cercano. Allí se administra oxígeno puro, una medida crucial para revertir el daño. Efectos del Monóxido de Carbono en el cuerpo (Metrogas) En los cuadros severos, se puede recurrir a terapia intensiva o a cámaras hiperbáricas que permiten una recuperación más eficiente de los tejidos afectados por la hipoxia. La atención no termina con el alta. “Muchas veces, personas que han tenido pérdida de conocimiento o convulsiones notan la mejoría de los síntomas y deciden no volver a consultar, lo cual es un error”, remarcó Arcidiacono. Por eso, quienes estuvieron expuestos al gas requieren controles toxicológicos y consultas con distintas especialidades durante al menos 40 días posteriores al evento, para descartar secuelas neurológicas u otras complicaciones. También se brindan pautas de alarma a los convivientes o contactos cercanos, quienes deben mantenerse alerta ante cualquier síntoma similar. Cómo prevenir una amenaza que se esconde en lo cotidiano El monóxido de carbono es el causante de las intoxicaciones más frecuentes y más difíciles de diagnosticar sobre todo la llegada de las bajas temperaturas. El monóxido de carbono no avisa. La doctora Caro subrayó que “las intoxicaciones por monóxido de carbono son más frecuentes en épocas frías, cuando aumentamos el uso de calefactores y cerramos puertas y ventanas para mantener el calor, impidiendo la entrada de aire fresco y la salida de gases tóxicos”. Por eso, la prevención requiere una combinación de decisiones técnicas y hábitos de cuidado dentro del hogar. El primer paso es garantizar que todos los artefactos de combustión estén instalados por gasistas matriculados. El mantenimiento anual es una de las recomendaciones básicas para asegurar que el funcionamiento sea adecuado. La limpieza de chimeneas, caños de ventilación y rejillas es otra medida indispensable. En cuanto a los ambientes, deben contar con ventilación permanente. Las rejillas no deben taparse nunca, incluso en días de bajas temperaturas. En espacios donde los artefactos están encendidos durante largos periodos, como cocinas, baños o dormitorios, se recomienda abrir ventanas o mantener puertas entreabiertas para permitir la renovación del aire. En lo posible, se sugiere no dormir con braseros o estufas encendidas y evitar el uso de hornallas para calefaccionar, una práctica riesgosa y frecuente en contextos de emergencia. El gas interfiere en la oxigenación del cuerpo y puede provocar pérdida de conocimiento convulsiones arritmias coma y en casos graves la muerte (Imagen Ilustrativa Infobae) Los detectores de monóxido representan una barrera eficaz para cortar el ciclo de exposición antes de que aparezcan los síntomas. Estos dispositivos electrónicos emiten una alarma sonora cuando la concentración del gas supera los niveles seguros. Son accesibles y simples de instalar, pero su uso todavía no está generalizado, especialmente en viviendas de sectores vulnerables. En ese punto, la implementación de políticas públicas orientadas a facilitar el acceso a este tipo de tecnología podría generar un impacto significativo. La posibilidad de que el monóxido se filtre entre habitaciones o departamentos también exige una mirada colectiva. Los detectores de monóxido pueden salvar vidas pero su instalación aún no está generalizada en los hogares especialmente en zonas vulnerables (Freepik) El gas es liviano y puede atravesar estructuras o circular por cañerías, lo que implica que un escape en un ambiente puede afectar a personas que no lo están utilizando. Por eso, ante un caso confirmado, se aconseja alertar a los vecinos y a quienes compartieron el espacio con la persona afectada, incluso si no presentan síntomas. “Para detectar la presencia de monóxido en el ambiente hay que tener en cuenta estos indicios: coloración amarilla o anaranjada en la llama de hornallas o estufas, manchas de hollín, tiznado o decoloración en los artefactos y conductos de evacuación. Si vemos estos signos se deben revisar y mantener los aparatos de calefacción y cocción, asegurándose de que estén en buen estado y funcionando correctamente. Además, es importante contar con detectores de monóxido de carbono en el hogar, especialmente en áreas donde se utilizan estos aparatos, para poder alertar a tiempo en caso de una acumulación peligrosa. La prevención y el mantenimiento adecuado son clave para garantizar un ambiente seguro y evitar riesgos asociados a este gas inodoro y peligroso”, sostuvo la doctora Caro. Medidas preventivas para evitar accidentes en la casa ante una fuga de gas El crecimiento sostenido de las intoxicaciones exige un abordaje integral. Las campañas de difusión pueden aportar herramientas clave para identificar síntomas tempranos, promover revisiones técnicas de los sistemas de calefacción y modificar hábitos que, en medio del invierno, se convierten en trampas invisibles. La experiencia de los últimos años muestra que el conocimiento salva vidas, especialmente cuando se trata de un enemigo que no se ve ni se siente. En contextos de emergencia climática, actuar a tiempo marca la diferencia entre una advertencia a tiempo y una tragedia evitable.
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