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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 01/07/2025 10:09
El coordinador de los refugios municipales de Paraná, Julián Jarupkin, se refirió al trabajo que se realiza tras la muerte en Plaza de Mayo de un hombre en situación de calle. En declaraciones realizadas al móvil del programa A Quien Corresponda (Radio Plaza 94.7), Jarupkin comentó que en el refugio de calle Belgrano “durante el día abre desde las 7.30 con desayuno, almuerzo, merienda y cena, y duchas, y durante el día intentamos que el tránsito tenga un seguimiento porque lo importante es que haya un proceso y que las personas que están en situación de calle, en algún momento, puedan salir. Por eso hablamos de una cuestión situacional, de gente que aparte de no tener lo habitacional solucionado, tiene aparejadas otras cuestiones muy complejas: consumo problemático, ruptura de vínculos, adicción al juego, al alcohol, problemáticas psiquiátricas”. “Acá tenemos 38 lugares para dormir en la noche, que están todos ocupados, con una fuerte demanda, y es un dispositivo porque trabajamos las 24 horas, los 365 días del año, y buscando hacer este proceso hacia el afuera, y que una vez que ingresan poder salir y que no vuelvan a la situación de calle, si logran salir bien. Los demás dispositivos están abiertos por la noche durante el invierno”, explicitó. Reiteró que el refugio de calle Belgrano “tiene el objetivo de pensar y problematizar lo que es la situación de calle. Hace tres años elaboramos y presentamos un protocolo junto con las organizaciones sociales y que ahora incluye las instituciones provinciales, por lo que lo importante es que vamos a poder fijar cuáles son las prioridades”. Respecto de la muerte de un hombre en Plaza de Mayo, sostuvo que “es una situación constante, pero excepcional, la mayoría está buscando un lugar donde dormir, donde quedarse refugiados del frío, pero también entendemos que a esas situaciones excepcionales hay que darles un trato excepcional. Fijar las prioridades mediante un protocolo donde cada una de las instituciones interviene sobre las situaciones clínicas, emergencias y urgencias en casos clínicos por la cuestión física o psiquiátrica y deben ser abordados por la gente competente”. “Por ejemplo, si una persona dice que no quiere venir a un refugio, pero la vemos que no puede moverse, no tiene reacción, no tiene continencia, eso es para tratar desde otro lugar. Porque traerlo a un dispositivo para personas en situación de calle donde no tenemos el personal adecuado para el tratamiento y no podemos darle la atención adecuada no sirve, y con ese protocolo debemos fijar las prioridades y que actúen las instituciones de acuerdo a la responsabilidad civil que tienen”, mencionó. En cuanto al trabajo con la provincia, Jarupkin reveló que “ayer tuvimos una charla con el director de Salud Mental y acordamos que, en esta semana, lo más urgentemente posible, juntemos las cabezas del hospital San Martín y del Hospital Escuela para empezar a delinear cuál sería la política que tenemos que tener en estos tipos de intervenciones que no pueden seguir fallando”. “En esto hay que hacer un mea culpa y decir que hubo un nivel de responsabilidad. Quizás la muerte de Tito hubiese llegado más tarde o más temprano, pero podría haber sido una muerte digna y no es una plaza, podría haber sido con un acompañamiento”, afirmó. Sobre el caso particular del hombre fallecido, contó que “a Tito lo conozco desde hace 12 o 13 años y estuvo alojado cuando esta dependencia estuvo en el CIC II, y cuando nos trasladamos estuvo alrededor de un año acá, con todas sus idas y vueltas, con sus problemas de consumo de alcohol, que siempre tuvo, de desvinculación y re vinculación con los familiares, pero siempre intentamos acompañarlo. Hace poco se hizo un abordaje con él durante el día y durante la noche en la recorrida le ofrecimos que pudiera acercarse y tener un cobijo en los distintos dispositivos que están abiertos para eso”. Consultado por el accionar cuando las personas no quieren acudir a los refugios, Jarupkin evaluó: “Algo que debemos discutir es que se le echa la culpa a la ley de salud mental, que ya no hay más internaciones, pero la ley claramente dice que, si corre riesgo su vida o la de terceros, necesariamente tiene que ser internado contra su voluntad. Creo que hay protocolos en relación a la salud mental que se podrían haber activado antes, quizás no se tuvo el registro de esa persona, pero sí existe esa posibilidad. Creo que es necesario que no le tengamos tanto miedo a esa posibilidad de que una persona que está en la calle, con consumo problemático, con menos de 4 o 5 grados de sensación térmica, que no tiene registro de su propia salud, corre riesgo su vida. Entonces, hay que empezar a tener prioridades y activar algunos resortes que sean mucho más rápidos en la repuesta ante estas situaciones”. “Así como Tito hay cuatro o cinco personas más con las cuales intervenimos durante el fin de semana, que a algunas se les pudo dar respuesta y a otras no, a otras necesitamos que se apliquen ciertas prioridades, y por eso será importante la reunión con los directores de los hospitales para poder aclarar algunas formas de intervención, cuál es la capacidad de respuesta de cada uno y cuál es la capacidad que tienen de alojar este tipo de situaciones teniendo en cuenta que son prioritarias”, apuntó. Por último, comentó que “las 38 personas que están alojadas en el refugio, no son todas de Paraná. En general son personas solas, son adultos, mayores y hombres. Una cuestión que se ha venido dando en los últimos dos años y medio es que hay mucha migración del interior y de otras provincias en búsqueda de trabajo, especialmente. Es un fenómeno que se empezó a ver desde el 2023 a esta parte, coincide muchísimo con el cambio de gobierno, con la falta de oportunidades de ingreso”.
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