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  • El impacto de descubrir que no fue adoptada, la búsqueda de su madre biológica y la trama de una red de apropiaciones: la historia de Vanesa Rodríguez en Del otro lado

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 01/07/2025 04:46

    Del Otro Lado - Vanesa Rodriguez “Su trabajo era hacer prácticas abortivas. Y si los chicos nacían, los vendían. Supe que no fui adoptada, sino sustituida”, afirmó Vanesa Rodríguez al repasar el momento en que descubrió la verdad sobre su origen. La docente narró cómo creció creyendo que era hija adoptiva, hasta que las preguntas sin respuesta y una confesión de su madre de crianza la llevaron a conocer que, en realidad, su llegada a la familia fue parte de un delito de apropiación de recién nacidos. Su testimonio está atravesado por la búsqueda de identidad y los hallazgos sobre la clínica donde nació, ubicada en Claypole, partido de Almirante Brown, al sur de la provincia de Buenos Aires. También por el intento por reconstruir qué ocurrió con su madre biológica y el impactante cara a cara con el médico responsable. “Yo solo quiero verla, conversar con ella. Sin resentimientos, sin rencores. Quiero cerrar esta historia y darle verdad”, dijo Vanesa, quien hoy integra una organización de personas que padecen historias similares y están en la búsqueda de su familia biológica. Vanesa Rodríguez: “De adulta supe que no fui adoptada, sino sustituida”. (Crédito: Gustavo Gavotti) Luis: — ¿Cuándo te enteraste que eras adoptada? Vanesa: — ¡Qué pregunta! Adoptada... Me enteré que no soy hija biológica de mis padres desde siempre. Siempre me lo dijeron. Me dijeron que ellos me tuvieron desde el corazón. Yo crecí con esa versión porque no tenía la necesidad de buscar, de indagar mucho más, hasta que, averiguando, tuve la oportunidad de hablar con mi madre de crianza y supe que no fui adoptada, sino sustituida. Luis: — ¿Cuál fue la primera versión que recibiste sobre tu mamá de crianza? ¿Qué te contaron que había pasado con tu mamá biológica? Vanesa: — Me contaron que mi mamá biológica había muerto una semana después de mi nacimiento, que nací en una clínica en Claypole, que era muy jovencita, tenía alrededor de 18 años, era rubia y muy parecida a mí. Yo nací en esa clínica donde se realizan prácticas abortivas. No se sabe si me dejó ahí, fue a hacer una práctica abortiva o cómo fue esa situación. Pero estuve 12 días después de mi nacimiento ahí. No se sabe dónde específicamente ni en manos de quién. Luis: — O sea, aquella primera versión que te dieron —de que tu mamá biológica había muerto— pasó a ser: “Tu mamá biológica te dejó en esa clínica”. ¿Pudiste averiguar qué pasó realmente? Vanesa: — Fui a la clínica. Hice todo un trabajo en el barrio, pregunté por el médico y llegué a él, que vive ahí en la misma clínica que nací. Y tiene causas. No por identidad sino porque hizo mala praxis. En la clínica hubo allanamientos, de todo... Luis: — ¿Y había registros? Vanesa: — No había nada. Pero sé que soy una sobreviviente porque en el lugar encontraron restos de fetos. Cuando pude hablar con ese médico. Uno se hace la idea previa de que es un monstruo, alguien desalmado. Y cuando me atendió, era una persona mayor que en su discurso se hacía ver como un “salvador”. Luis: — ¿Qué te decía que hacía? Vanesa: — En textuales palabras me dijo: “Y bueno, yo tenía que hacer mi trabajo”. Su trabajo era hacer prácticas abortivas y, según él, si los chicos nacían, que para él solo nacían, como si fuera mágicamente, después lo vendían. Luis: — ¿Él te dijo en algún momento: “Vanesa, nosotros te vendimos”? Vanesa: — No. Pero en esta búsqueda que tuve, me encontré con muchas más personas que nacimos en esa misma clínica y en algunos casos han pagado mucho dinero, como decirte un departamento, un auto. Pero no sé. Yo no sé quién pagó por mí. No creo ser una excepción porque este médico de Claypole estaba en coordinación con otro médico que era de Lomas de Zamora. Y ese médico de Lomas es quien me lleva a mí a mi familia de crianza. Luis: — ¿Vive tu mamá de crianza? Vanesa: — Sí, mi mamá sí. Mi papá de crianza, falleció. Y nunca pude hablar de este tema con él. Luis: — Y a tu mamá de crianza, ¿pudiste preguntarle si habían pagado por vos? Vanesa: — Sí. Y me dijo que ellos no pagaron y que, en teoría, este médico de Lomas de Zamora, tampoco pagó. Que él se quería quedar conmigo, pero como ya tenía una bebé que había nacido hace poco, decidieron que no se podían quedar conmigo y me llevaron a otra casa. “Siempre digo que tenemos una vida paralela o dos vidas. Una es con la familia, el trabajo, las amistades y la otra es la vida de la búsqueda que nos atraviesa todo”, señaló Vanesa. (Crédito: Gustavo Gavotti) Luis: — ¿Y tu familia de crianza te inscribió como propia? ¿Hoy, formalmente, sos hija de tu padre y tu madre de crianza? Vanesa: — Sí. Y esa es la diferencia en lo legal y la sustitución. Luis: — ¿Y qué querrías que pase? Vanesa: — Yo quisiera encontrar a mi madre biológica. No necesito tener una mamá, una familia, porque ya la tengo y la tuve. Yo lo único que quiero es verla, conversar con ella sobre qué le pasó en ese momento. Sin resentimientos, sin rencores. Pero quisiera saber para cerrar esta historia con verdad para mí y para mi familia también. Yo tengo una hija y ella también es parte de mí. Luis: — Imagínate que te está viendo. ¿Qué le dirías? Vanesa: — Le diría que la quiero conocer y quiero que me cuente su historia. Quiero saber qué le pasó y que la espero para que me lo cuente. Le diría que se quede tranquila que estoy viva porque por ahí piensa que no lo estoy. ¿Cuántas historias hay que entregan cuerpos que no son? No sé si se debe imaginar que yo estoy viva o si me dejó. En teoría, yo nací con siete meses, pero en realidad tampoco sé si es real. Luis: — Es muy valiente de tu parte de ir por tu cuenta y hablar con este médico en Claypole. ¿Conociste más gente en esta misma situación? Vanesa: — Siempre digo que tenemos una vida paralela o dos vidas. Una es con la familia, el trabajo, las amistades y la otra es la vida de la búsqueda que nos atraviesa todo: las emociones, lo psicológico... Conocí un montón de gente, somos un montón de personas en Argentina, hay una organización a la cual pertenezco, Verdades Infinitas, desde la que se está haciendo un recurso de amparo para que el Estado nos pueda reconocer porque no somos parte de la época de la dictadura, nacimos años después, y tenemos muchas personas que están buscando a su familia. Luis: — ¿En algún momento quisiste hacer el ejercicio de decir: “Borro todo y no me quiero enterar de nada más”? Vanesa: — Cuando tenía la primera versión que mi mamá de crianza me dijo que mi mamá estaba muerta, ahí no tuve la necesidad. Pero cuando nació mi hija, ese sentimiento de búsqueda se despertó porque en realidad uno transita muchas cosas en la vida y yo había empezado a hacer diferentes terapias. Hice la terapia convencional y constelaciones familiares, que me lo recomendaron. Un día la consteladora me dijo: “Tu madre biológica está viva” y yo me quedé con ese dato. Pero dije: “¿Cómo voy a dudar de mis padres de crianza?” Luis: — Nunca había aparecido esa expresión por parte de tu madre biológica sino que fue una consteladora la que te lo dice. Vanesa: — Me lo afirmó así con el dedo, me lo acuerdo patente porque fue como un flechazo. Cuando nació mi hija, pude hablar con mi mamá de crianza y le pregunté. Ahí es donde ella rompe esta especie de pacto de silencio con mi papá que los dos hasta la tumba no me iban a contar nada. Y me confiesa que mi madre biológica podría estar viva. Luis: — ¿Sentís hoy en día enojo o rencor por alguien? Vanesa: — No, yo creo que cada uno hace lo que puede. A veces desde la mirada del otro, no es lo que debe. Pero hay que estar en los zapatos. No siento rencor por nadie. Quiero saber la verdad, encontrar a mi madre biológica y hablar con ella. Luis: — Imagino que cuando tu madre de crianza te dijo la verdad, sufriste un shock. Vanesa: — Sí. Ese shock fue súper adrenalínico. Yo antes era una persona muy sumisa, callada, introspectiva, pasaba desapercibida. Y a partir de ahí es como que necesité moverme, decirlo, hablarlo con familiares, con las personas de mi trabajo, contárselo como podía a mi hija porque ella un día me venía re contenta y al otro llorar. Y cambió todo. Yo me siento otra persona. Fue como un shock que tuve, fue como un despertar. “No siento rencor por nadie, solo quiero saber la verdad”, confesó Vanesa en diálogo con Luis Novaresio. (Crédito: Gustavo Gavotti) Luis: — ¿De quién te aferraste o quién te ayudó a pasar de un lado al otro? Del apocamiento a esta polenta para averiguar la verdad. Vanesa: — Y mi familia fue un bálsamo. La familia que decidimos formar: mi esposa, mi hija y Nacho, que es el hijo de mi esposa. Me bancaron día y noche con llantos y alegrías. Luis: — Hablarle a alguien que tiene la sospecha, pero que no se anima porque que si pregunta siente que se derrumba su vida. Vanesa: — Hay muchas personas que no saben de su identidad biológica y yo sé lo que se siente. Es una crisis, pero hay que decidirse y afrontarla. Uno piensa que puede llegar a lastimar, pero hay que seguir adelante e indagar, preguntar y no quedarse. A veces tenemos bajones, pero hay que seguir porque no estamos solos en el mundo, podemos pedir ayuda. Mi mensaje es que tienen que seguir adelante. No importa que por ahí tengan bajones, siempre hay una salida. Luis: — Sospecho que en esa clínica no solo estaba este médico, había más profesionales, enfermeras, administrativos que deberían saber. ¿Nadie quiso romper el silencio? Vanesa: — No. Yo creo que se sienten omnipotentes y no sé si bajan de ese pedestal porque manejan vidas, historias y hay muchas personas: la policía, el Registro civil, médicos y enfermeras. Pero hay también hay personas no eran enfermeras profesionales, eran chicas que venían por ahí de las provincias, le retenían los documentos y les decían que le iban a contar a la familia si ellas hablaban. Muchas historias me llegaron por mensajes sobre personas que trabajaban ahí. Uno puede pensar mal. Pero hay otras historias atrás de estas, que también son muy fuertes. En Del otro lado buscamos testimonios que puedan marcar la diferencia: historias que inspiren y generen conciencia sobre temas poco visibilizados, como la salud mental, las adicciones, la discapacidad y las neurodivergencias. Si querés compartir tu experiencia personal, escribinos a delotrolado@infobae.com

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