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  • Hasta siempre, Estela González

    » Comercio y Justicia

    Fecha: 30/06/2025 19:11

    Con profundo dolor, la comunidad de Comercio y Justicia despide a esta querida compañera y asume su legado, para seguir construyendo el cooperativismo por el que ella tanto luchó Estela González, la querida “Estelita”, luchadora, compañera desinteresada, comprometida con sus colegas y protagonista de las principales etapas de Comercio y Justicia, nos dejó físicamente el pasado viernes 27, pero su legado quedará imborrable como horizonte para todos quienes supimos compartir con ella el trabajo diario. Sus convicciones, su integridad como persona, consecuente con sus ideales, son un camino que quedará marcado para siempre. Su desaparición física, ocurrida el viernes pasado en la ciudad de La Rioja, donde residía junto a su familia en los últimos meses, enluta a la comunidad de Comercio y Justicia y deja una huella en el corazón de quienes la conocimos. Licenciada tanto en Letras como en Trabajo Social (ambas de la UNC), Estela se desempeñó como correctora del Diario Comercio y Justicia durante un largo período y, luego, como coordinadora y editora de Semanario Jurídico, revista especializada en doctrina y jurisprudencia del Diario Comercio y Justicia. También fue socia fundadora y vocal del Consejo de Administración en los primeros años de la recuperación de la empresa como cooperativa de trabajo. Una vida dedicada al diario “Conocí a Estela hace casi 52 años”, recuerda Andrés Fabiano, miembro histórico del diario, y prosigue: ”Yo acababa de ingresar a la administración de Diario Comercio y Justicia como encargado de la recepción de publicidad y ella se desempeñaba como encargada de las suscripciones del diario. Junto con ‘Toti’ Sileoni, Ramón Báez, Marta González, Inés Molina y Nélida Bustos conformábamos esa sección. Desde aquellos tiempos la supe solidaria, luchadora, comprometida. Luego, nos reencontramos en el quehacer gremial, yo como delegado, ella en un cargo en el viejo Sindicato de Prensa, una de las semillas del actual Cispren. Al poco tiempo yo fui trasladado a la redacción y Estela recaló en la corrección del diario, aportando su profundo conocimiento en la materia, no sólo corrigiendo -tarea de cual hacía un ‘sacerdocio’- sino también aportando la idea oportuna para mejorar un texto o intercambiando ideas para que ese texto viera la luz con la mayor perfección posible. Siempre atenta a lo que la rodeaba y dispuesta a sumar pasión y conocimiento. De la corrección del diario pasó a ser una de las columnas vertebrales de Semanario Jurídico, la publicación hermana de Comercio y Justicia. Allí, sin dudas, dejó su impronta, brindando -como siempre- lo mejor de sí para jerarquizar y enriquecer la publicación, en una tarea a la par de las valiosas plumas jurídicas que conformaron y conforman ese suplemento, pionero en su especialidad en Córdoba. En estos momentos de despedidas, creo que Estela nos dejó lo mejor de sí y que -desde ahora- seguramente sabremos valorar mucho mejor sus aportes en esta cruzada cotidiana de hacer periodismo”. Compañera y amiga Más allá de sus logros profesionales, “Estelita”, como la llamaban cariñosamente sus compañeros, fue una persona de una calidez inigualable, aportan Andrea Losso -actual coordinadora de Semanario Jurídico– y Cristina Musteikis, quienes compartieron años de trabajo a su lado. Su optimismo y generosidad contagiaba a todos a su alrededor. Siempre dispuesta a escuchar y a ayudar, dejó un legado de amistad, integridad y profesionalismo que perdurará. Hoy recordamos su costumbre de preparar chocolate caliente; así, logró tejer lazos de calidez en nuestro lugar de trabajo. No sólo mezclaba leche y cacao, mezclaba también paciencia, ternura y la más genuina intención de hacer sentir bien a los demás. Su chocolate era más que una bebida: era un abrazo en taza, una pausa en medio del ajetreo, un recordatorio de que alguien pensaba en nosotros en las tardes de invierno en la redacción del diario. Su ausencia será profundamente sentida, pero su espíritu de lucha, bondad y excelencia continuará inspirando a las generaciones venideras. “Corazón” del Semanario Jurídico “Despedir a una querida amiga que ha partido físicamente pero que ‘vive’ en el corazón de los que, de un modo u otro, compartimos sus afanes y su dedicación en Comercio y Justicia no es una tarea sencilla”, reflexiona Francisco Junyent Bas, uno de los directores académicos del Semanario Jurídico. “Lo primero que cabe decir, en diálogo con nuestra querida amiga y compañera, es ‘no temas, Estela; tu compromiso y entrega constituyen una ‘lámpara encendida’ que seguirá guiando el camino de los que integramos Semanario Jurídico y -obviamente- la cooperativa Comercio y Justicia”, prosigue Junyent Bas y agrega: “No podemos dejar de enfatizar que nuestra relación de amistad y colaboración viene de antes de que naciera la cooperativa de trabajo y recordar con emoción al grupo humano que asumió, con valentía y sacrificio, la continuidad de la empresa, cuando -en el año 2002- la jueza Beatriz Mansilla habilitó la locación del establecimiento que vehiculizaba la editorial”. “Épocas difíciles en las que Estela bregó, día a día, por la marcha de toda la editorial y demostró su valía personal y profesional, marcando los nuevos rumbos de una ‘recuperación empresarial’ en la que no muchos creían e iluminando con su capacidad de trabajo y sus conocimientos los equipos que permitieron recuperar los productos editoriales, ya sea el diario, ya sea Semanario Jurídico, Factor y otros. Allí, en ese viejo edificio de la calle Mariano Moreno, Estela nos reunía e imprimía una dinámica grupal que demostraba su liderazgo, su conocimiento y su profesionalidad. Nuestra querida amiga se distinguía por su trato respetuoso y afable para enderezar el trabajo común y, así, no solamente editar el Semanario, con doctrina y jurisprudencia, tanto local como nacional, sino también lograr números especiales sobre los temas más relevantes en el derecho. No podemos dejar de recordar lo notable de su versación en el uso del lenguaje y muy especialmente del latín, lo que la convertía en una ‘correctora de lujo’ que podía ‘enmendar la plana’ al mejor profesional y ajustar los sumarios de los fallos con exactitud y solvencia. Esas cualidades profesionales engalanaban su personalidad sencilla y trabajadora, aspectos que la hacían querible y la convertían en una líder nata, asentada sobre ideales de justicia y solidaridad, valores que cultivaba permanentemente. Por su parte, Manuel Rodríguez Juárez, también director académico del Semanario Jurídico, dejó su impronta sobre Estela.“La historia de Comercio y Justicia se hizo con el esfuerzo y la dedicación de muchos, pero el nombre de Estela González es sinónimo de Semanario Jurídico. No sólo porque le dedicó muchos años de su vida sino por la calidad de su trabajo, su dedicación y saber. Era un placer que Estelita te corrigiese un escrito, porque lo hacía enseñando y con una delicadeza (casi como pidiendo disculpas) porque era una dama, formada en la vieja escuela en la que no había errores de ortografía ni de redacción. Cómo duele escribir desde el dolor porque no sólo vamos a extrañar su trabajo sino su persona, su calidez humana y la generosidad con la que ayudaba a mejorar cada día, este Semanario Jurídico que más que una revista para ella era un transcurrir de su vida. Agradezco haberla conocido, aprender de sus sabios consejos y que me honrara con su amistad. Estas líneas no dicen adiós sino hasta siempre”.

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