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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 30/06/2025 12:52
La Mona Jiménez - Presentación En Cemento (1989) El 28 de junio de 1985, la ciudad de Buenos Aires fue testigo de la inauguración de un espacio que marcaría un antes y un después en la historia cultural argentina: la discoteca Cemento, ubicada en la calle Estados Unidos 1234, en el barrio de Constitución. El local, que funcionó durante casi veinte años, se convirtió en un emblema del rock nacional y en un punto de encuentro para las más diversas expresiones artísticas. La efeméride de los cuarenta años desde su apertura motivó a Katja Alemann, actriz y figura clave en la gestación del proyecto, a compartir un extenso y emotivo texto en Facebook, donde repasó anécdotas, desafíos y el legado de un sitio que permanece vivo en la memoria colectiva. La historia de Cemento comienza con la visión de Omar Chabán, empresario y gestor cultural, quien logró abrir el local gracias a un préstamo de la propia Katja, su pareja en aquellos años. La discoteca nació con una orientación clara hacia el rock, pero pronto se transformó en un espacio multifacético, donde convivieron recitales en vivo y manifestaciones artísticas de todo tipo. Durante veinticinco años fue considerado un sitio de culto, el más antiguo y con más anécdotas del circuito, y el lugar donde crecieron muchas de las bandas más importantes del país. En su publicación, Alemann reconstruyó con detalle la noche inaugural, marcada por la adversidad y la improvisación. “Hoy hace 40 años inaugurábamos Cemento. Después de la epopeya de la construcción, llegábamos casi sin aliento, es decir sin resto, a este 28 de junio de 1985. Con el piso recién hecho, con una mano de kerosene para sellar, y una lluvia torrencial, un diluvio propiamente, se inundó el lugar, ya que no habíamos llegado a arreglar los agujeros en el techo de chapa”, recordó. La imagen de Omar Chabán subido al techo en medio de la tormenta, intentando tapar los agujeros con tablas, contrasta con la de Katja en su casa, preparando su atuendo y enfrentando un percance inesperado: “Esa misma tarde me había sentado en un taxi con el asiento lleno de mier..., que no registré hasta que el olor persistente me hizo buscar de dónde venía y me di cuenta de que me había sentado encima. Fue un vaticinio para la inauguración”. La imagen compartida por Katja Alemann del momento de la inauguración de Cemento La apertura no estuvo exenta de riesgos y decisiones audaces. A pesar de la inundación y las condiciones precarias, la actriz insistió en abrir las puertas: “Aunque Omar insistía en que no podíamos abrir con todo inundado, le dije ‘abrimos igual’, y vinieron en circulación como 5 mil personas”. La noche resultó inolvidable. Los asistentes bailaron sin parar sobre un piso embadurnado de kerosene y pastina, mientras un DJ musicalizaba la velada. “Los zapatos de todos los que vinieron quedaron embadurnados con el kerosene y pastina del piso, bailando sin parar con la música del DJ Daniel Horacio Nijensohn, embriagados por tanta felicidad”, evocó Katja. Cemento se propuso desde el inicio como un espacio solidario y combativo, capaz de desarticular prejuicios y tabúes, romper convenciones e integrar a públicos y artistas. “Ahí empezó la gran batalla cultural de la primavera democrática, incluir a todos los públicos y todos los artistas en un espacio solidario y combativo, que desarticule prejuicios y tabúes, rompa convenciones y nos integre a la Vanguardia global”, escribió. El contexto político de la época, con una sociedad que salía de la dictadura y buscaba nuevos horizontes de libertad, dotó al proyecto de un sentido de gesta. “La dictadura había dejado a vastos sectores dormidos y domesticados. Fue una gesta. Construido por mí y comandado por Omar, que no cejó nunca en inventar hechos artísticos y promover una tupida agenda cultural, Cemento llegó a ser la Catedral del Rock, además del espacio policreativo e interdisciplinario que se propuso desde los inicios”. Durante casi dos décadas, el reducto albergó recitales, performances y encuentros que definieron la cultura joven de Buenos Aires. El local se ganó el apodo de “Catedral del Rock” y se consolidó como un espacio policreativo e interdisciplinario. Sin embargo, su historia se vio abruptamente interrumpida tras la tragedia de República Cromañón, otro local gestionado por Chabán. El 30 de diciembre de 2004, mientras en Cemento terminaba de tocar la banda Nuca, se desató un incendio en Cromañón, durante un recital de Callejeros. Los rumores que llegaban a Constitución hablaban de una catástrofe. De hecho, cuando subió al escenario Sancamaleón, los versiones indicaban que en el boliche de Once, donde se estaba presentando Callejeros, ya habían muerto 45 personas a causa de un incendio. El clima se tornó irrespirable y el show terminó abruptamente. Placa conmemorativa (Nicolás Igarzábal) El saldo final del incendio en República Cromañón fue devastador: 194 muertos y al menos 1.432 heridos. Las consecuencias no tardaron en llegar. Se implementaron controles mucho más estrictos en los locales nocturnos y el propio Omar Chabán fue encarcelado. Cemento no volvió a abrir sus puertas al público. Todos los recitales previstos después de esa noche se cancelaron, marcando el fin de una era para la cultura porteña. El cierre de Cemento dejó una huella profunda en varias generaciones. El local fue demolido por el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para convertirlo en un depósito, pero su legado persiste en la memoria colectiva y en numerosos documentales. Katja confesó que aún conserva material audiovisual inédito y que tiene pendiente la tarea de clasificarlo. “Hoy no existe más. Lo tiró abajo CABA para hacer un depósito. Permanece en la memoria de varias generaciones, y en documentales. Tengo pendiente la tarea de clasificar el material audiovisual inédito que tengo guardado. 40 años, casi 20 de los cuales estuvo abierto y agitando. ¡Felicidades Cemento!”, expresó. Un joven Omar Chabán, una de las cabezas creativas de Cemento La figura de Chabán sigue generando debate. En los comentarios al posteo de Katja, un usuario lo describió como “gran tipo que tuvo mucha mala suerte con la tragedia de Cromañón”, mientras otro señaló: “Chabán, el hombre que le abrió las puertas al crecimiento del rock nacional y le puso un candado a la salida de emergencia... La incomodidad de asumir que alguien que te caía bien, también puede llegar a ser un tremendo negligente”. Katja intervino para aclarar: “Por exigencia del dueño, que no quería que pasen al Hotel contiguo. Algún día contaré la historia, quizás”. Cuarenta años después de aquella noche lluviosa y caótica, Cemento sigue siendo un símbolo de resistencia, creatividad y transformación. Su historia, tejida por miles de protagonistas anónimos y figuras emblemáticas, continúa inspirando a quienes buscan espacios de libertad y expresión en la ciudad de Buenos Aires.
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